Cuando Comencé a Quererte

NOS VOLVEMOS A VER

Anoche después de terminar con Dalia y explicarle quien ha vuelto me dirigí a mi departamento, debo confesar que me sorprendió un poco su actitud, pero agradezco su apoyo, después de todo siempre ha estado a mi lado.

He llegado más temprano de lo normal a la oficina, hoy, hay mucho por hacer, le envío un mensaje a Max para que venga a la empresa ya que yo tengo cosas pendientes y ellos lo saben. Antes de ir a la oficina de Damián, llamo a mi abogado para saber que ha averiguado de ella - El correo debe estar llegando en estos momentos me dice- aunque debo advertirte que no hay mucho que ver.

Abro mi computador y comienzo a leer:

- Francesca Andrea Carusso Santos

- 27 años

- Soltera sin compromiso ni pareja.

- Dirección: Calle del Pinar 284

- Trabajo actual: Desempleada

- Trabajo anterior: Arquitectos Santis & asociados, 4 años.

- Enfermedades principales: Crisis de pánico, tratada.

Y un sin fin de cosas que ya sabía, entonces es cierto, no fingía ayer con su desmayo, y no puedo creer que haya estado trabajando tan sólo a unas manzanas de acá y nunca la haya visto. Vive más alejada, pero en una buena zona. Sin novios ni compromisos, mmm, pensé que estaría casada y con familia, pero veo que hasta en eso mentía, tampoco deseaba formar nada, de lo contrario ya estaría casada.

Voy a la oficina de Damián y le pido el currículo de Francesca, ahí sale su teléfono y dirección, coincide con la que tengo en mis manos. - bien es hora de que tú y yo tengamos una seria conversación piccola.

Le informo a Damián que iré a buscarla y que él y Max están a cargo, apenas tenga respuestas vuelvo, me giro y salgo de la oficina. De pronto siento miradas sobre mí, doy la vuelta y mis empleados están parados mirándome, los miró seriamente y sin gritar les digo que vuelvan a sus trabajos si no quieren ser despedidos. Es cierto que ayer tuve un mal día, pero no por eso voy a estar aguantando que hablen a mis espaldas. Salgo directo al subterráneo donde me espera mi chofer.

Llego a unos departamentos bastante modernos, esta es la dirección Fernando, le digo a mi chofer, espérame lo que sea necesario, no sé cuánto me demore. Después de convencer al guardia de que soy un antiguo amigo, logro que me deje pasar y ya en el 4to piso estoy frente a su puerta. Estoy sudando, respiro hondo y toco el timbre, pongo mi mejor postura de hombre arrogante y frialdad en mi cara, esperando su reacción.

La sorpresa la llevo yo porque al abrirse la puerta me encuentro con una castaña bajita, que con tan sólo verme se tira hacia mí, gritando una y mil palabrotas y empujándome al pasillo. Luego parece reaccionar y baja la voz - ¡Qué estás haciendo TÚ MALDITO IMBECIL en este apartamento! ¡No ha sido ya bastante el daño que has hecho! Gilipollas, me grita.

Recomponiéndome un poco la miro y aparto, vuelvo a entrar en esa pose de alto ejecutivo y con voz grave le digo: No sé quién eres, pero yo a ti no te conozco, busco a Francesca. En eso ella vuelve a hablar bajito pero cada palabra pronunciándola muy bien y con rabia. - ¡Tú no me recordaras Daniel Santoro, pero yo sí y muy bien, sólo te pido que te vayas y dejes en paz a mi amiga! Ya bastante daño has hecho. Con esto se da la vuelta y me cierra la puerta en la cara

Por unos segundos repito sus palabras en mi cabeza "Ya bastante daño has hecho"

- ¡Pero que se habrá creído esta mujer! y ¿quién será? ¿la doctorcita?, ¡Claro, es la amiga de Fran!, ya la recuerdo, insisto tocando nuevamente el timbre y golpeando la puerta, y ya, lo reconozco, también grito, ¡necesito hablar con Francesca! y no me moveré de acá hasta conseguirlo.

Dentro del departamento, Fran se despierta por unas voces algo alteradas, cuando sale de la habitación su amiga le dice que eran unos vendedores molestos que ya se han de haber ido. En ese mismo momento escucha esa voz que no puede olvidar ¡FRANCESCA, SÉ QUE ESTÁS DENTRO, ¡VAMOS DA LA CARA! en eso vuelven a tocar el timbre y siente golpes en la puerta.

Daniel va a volver a golpear con su puño, cuando la puerta se abre nuevamente y ahí están esos ojos que tanto adora, pero ya no brillan como antes, ahora pareciera que echaran relámpagos y escucha decir- Ya estoy aquí Daniel Santoro ¿Qué es lo que buscas?

Debe reconocerlo nunca la había escuchado hablar así, se pierde en su mirada y tarda más de lo necesario en decir "estas contratada" , es lo primero que se le ocurre, aunque por dentro sólo quiere gritar y preguntar, hacer muchas preguntas.

Francesca lo queda mirando y se cruza de brazos - ¿Perdón?

- Que he venido personalmente a tu casa a decirte que estás contratada, comienzas mañana.

Debo reconocer que no entiendo nada, mi vida es un completo caos, estas últimas 48 horas, primero lo veo después de casi 5 años, ayer viví una de las peores crisis de mi vida y hoy está en mi puerta como si nada pasara y me dice que estoy contratada.

- Definitivamente perdiste un tornillo Daniel, crees que aparecer, así como si nada en mi apartamento con tu porte elegante y arrogancia diciendo estás contratada va a ser suficiente para que yo corra tras tuyo.

- ¡La caradura de aparecer en mi empresa fuiste tú y luego de deliberar decidimos que eres la mejor opción!

jajajajaj, permíteme reír un poco, - es mejor que te vayas por donde viniste, me doy la vuelta y cierro la puerta.

Apenas estoy segura dentro de mi hogar comienzo a hiperventilar y Mariela se acerca, pero la aparto y le digo que estoy bien, debo aprender a controlar mis ataques como ya lo había logrado en el pasado, no es posible que llegue Daniel y vuelva todo a cero.  - Anoche, le digo - estuve pensando mucho y necesito ser fuerte, de lo contrario mi vida será insufrible. Así que me obligo a respirar y seguir los consejos que me daba mi terapeuta, me hago una nota mental que tendré que visitarla nuevamente. 




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