“Nunca he estado con un hombre aparte de ti”...
No puedo moverme, no se que decir, sólo la miro, - Fran trata de salir bajo mío, y en ese mismo instante reacciono, pongo mis brazos a cada lado de su cabeza y la trato de calmar... Piccola, tranquila, no pasa nada, sólo que pensé. Hay Dios, no he pensado nada y he pensado todo, lo reconozco, pero no tiene nada de malo, sólo que no se que decir...
- Sabía que esto sería un problema para ti, estas acostumbrado a mujeres con experiencia, por eso no quería decirte - ¡NO!, no pongas palabras en mi boca que no he dicho, y sólo la beso, la beso como nunca lo he hecho quiero beber su alma a través de ese beso, quiero fundirme en ella, pero debo ser suave. - ¿Porqué reaccionas así entonces? - Porque me sorprende que no hayas sido capaz de hablar conmigo de algo tan importante, y escúchame, no se trata de si has estado con otro o no, se trata de que si es tu primera vez debe ser maravilloso, un recuerdo agradable y la brusquedad está prohibida en este momento, por eso debiste decirme, casi cometo un gran error y pude haberte dañado. ¿Entiendes lo que quiero decir?, sólo la veo asentir...
Ven pequeña, déjame mostrarte las bondades de la vida, prometo ser suave. Y comienzo a besarla lentamente hasta hacerla temblar, acaricio su cuerpo para que se relaje y nos movemos al unísono en un vaivén que nos transporta al mismo cielo.
Francesca
Estoy muerta de miedo, pero sé que Daniel no me hará daño, no puedo dejar de sentirme nerviosa, lo veo acercarse y me hace sentir extasiada, lo veo como acaricia mi cuerpo y trata de ser suave, se que está conteniéndose, es muy distinto a los besos que me dio en el camino, ahora es suave, lento, de pronto lo veo mirarme y como si pidiera permiso entra lentamente en mí, no puedo evitar sentir dolor, pero se queda quieto besándome hasta que ya pasando el momento de tensión lo veo moverse cada vez más rápido y ya no puedo aguantar más, siento como un volcán que está a punto de hacer erupción, sólo que amenaza con salir de mi estómago, no me doy cuenta cuando doy un grito y me me aferro a él, lo siento moverse y de pronto me aprieta con fuerza para quedarse quieto respirando en mi oído.
Te amo piccola... Te amo Daniel.
Me recuesta a su lado y me abraza como si me fuese a escapar, comienza a acariciar mi espalda y luego no me doy cuenta cuando estoy dormida entre sus brazos. Ha sido hermoso y valió la pena esperar tanto para esto, le digo antes de cerrar mis ojos.
POV Daniel
Ya puedo morir en paz, no que estupidez digo, necesito cada puto día de mi vida para amar nuevamente a Fran, la veo dormir abrazada a mi cuerpo y sólo la acaricio, se ha quedado rendida y no quiero despertarla, aunque ya la esté deseando nuevamente. Cómo pude estar molesto por cosas que ni siquiera habían pasado. Fran es mía, mi mujer, de nadie más, soy su primer hombre y eso nadie lo podrá cambiar, es tan hermosa, y me siento en la gloria a su lado, no quisiera salir más de esta habitación. La cubro con la sábana y me quedo contemplándola dormir... su primera vez y la mía también, jamás había sentido esto con nadie, jamás había entregado mi alma a nadie, una vez lo hice a una chiquilla en la universidad y resulta que ahora lo vuelvo hacer con la misma, pero ya convertida en mujer.
Sentir lo que he sentido con ella es indescriptible, piel con piel, sin barreras, sin trabas sin... puta, ¡sin protección! Daniel!!!. ¿Cómo no la cuidaste?, se supone que tú eres el experto, idiota. Mañana tendré que hablar el tema y veré que hacer. Ahora sólo quiero disfrutar su compañía, nada me opacará este momento.
Cuando despierto no veo a Fran a mi lado, me levanto rápido y al mover las sábanas veo la prueba de su inocencia. Mi pequeña, es completamente mía, me levanto al baño y siento ruido en la cocina, me acerco despacio y es ella cocinando, me acerco despacio y la tomo de la cintura besando su cuello.
¡Daniel!, me asustaste - ¿y quién más que yo podría ser? ¿ah?, ella sólo ríe y se abraza de mi cuello, ven piccola, ven a acompañarme a la ducha, no quiero estar solo. - pero Daniel, y el desayuno - Me giro a apagar la cocina y la tomo en mi hombro, sólo grita, - ven vamos, nos bañamos y luego preparamos juntos algo para comer.
Estamos bajo la ducha y aprovecho cada instante para acariciarla, echo jabón en su espalda y masajeo lentamente recorriendo su cuerpo para limpiar cada parte de él. También quiero que se relaje porque mi amigo necesita más de ella.
Poco a poco comienzo a besarla y siento como su respiración se hace más rápida, la tomo de la cintura y no puedo evitar amarla nuevamente, siento como se apega a mi cuerpo y siento sus uñas clavarse en mis hombros, mientras yo disfruto haciéndola mía nuevamente.
Luego de estar más del tiempo suficiente bañándonos, nos cambiamos de ropa y vamos a comer, - ven piccola, necesitas recuperar energías, porque este que tu vez aquí no se cansa de ti y no se cansará nunca.
Estamos desayunando cuando recuerdo que nuevamente no usé protección, - Fran, necesito decirte algo, - veo como me mira tratando de adivinar lo que voy a decir... Fue mi culpa, yo debí cuidarte, pero anoche y hoy no usamos protección, te juro que nunca había estado con alguien así, pero no es escusa, debí protegerte y simplemente me olvidé de todo. Tendremos que comprar la pastilla y si quieres podemos ir a un médico para que te cuides.
-La veo como abre sus ojos y no me dice nada - Fran, ¿me escuchaste? - Daniel, yo tampoco pensé, oh Dios, ni siquiera llevo la cuenta de mis días... - Perdóname pequeña, fui yo el irresponsable, se supone que soy yo el que tenía experiencia.
No puedo quedar embarazada, recién estoy comenzando a recuperarme de mis crisis y nosotros... nosotros. - ¿nosotros qué? , que estás pensando Francesca- Otra vez soy Francesca -
-Por favor, mírate esto tiene solución, pero no me gusta que te refieras así de nosotros - Fran, entiende tú y yo estamos juntos, somos novios y si es necesario ponerte un anillo en ese dedo para que estés segura de mis sentimientos lo haré. Sólo quiero que confíes en mí.