7. ANDREW

7. Andrew.

¿Disparos a un alienígena? Eso era ingenioso, pero nadie sabía si iba a resultar, y si no era así, habría un problema que resolver. El oficial prometió contactar a William en cuanto terminen con su misión, y confirmar si realmente resultó, aunque él no estaba seguro de ello.

Estaba sentado en el sillón, leyendo un cómic de Superman. No prestaba atención en la lectura, la imagen de aquel monstruo retumbaba por su cabeza, y todavía no entendía como nadie reaccionó con un verdadero gesto de miedo. Solamente todos salieron corriendo, pero sin un grito. Los niños, más que aterrorizarse, disfrutaron que los bichos de televisión que siempre veían cuando pasaban sus dibujos animados favoritos existían realmente, y eso era demasiado extraño. William tiró el cómic al suelo, y dirigió su mano a sus ojos, que acababa de cerrar antes de que la mano llegue. Dio dos golpes al suelo, y eso provocó que el sótano largue una terrible pólvora del techo, estaba abandonada, y nadie de la casa pensaba en limpiarlo. Annie estaba descansando, y el pequeño Andrew miraba la televisión. Alcanzaba a oír las chillantes voces de los personajes, y, seguido de eso, la risa del chiquillo. El pequeño le había comentado a William que había visto algo. Hacía un día, cuando el salió al patio trasero a jugar con sus coches, vio a un espectro monstruoso que poco a poco se le acercaba, y luego como se desvaneció, al igual que un cuerpo de una mujer que se regeneró cuando esta criatura se fue. La mujer lo miraba fijamente, con sus oscuros ojos. Poco a poco iba cayéndose hacia atrás, mientras comenzaba a derramar sangre de su alrededor. El pensó que tenía una especie de conexión con aquel bicho. William quedó paralizado cuando Andrew terminó de contarle, ¿como un niño podría ver eso? Antes de que el se vaya, agregó: mi amigo Samuel también vio lo mismo, pero ambos creemos que es un sueño.

William se quedó de acuerdo con eso, y pensó que era una ilusión de niños. Cuando despertó al día siguiente, entendió que no era una ilusión. Soñó lo mismo que Andrew le contó. Los cuerpos desvaneciéndose, la sangre derramada por la mujer, el bicho extraño, todo. El observaba todo, en la misma zona en la que había sucedido aquello, lo del alienígena. William pensó que el extraterrestre estaba relacionado con su sueño, y la visión de los pequeños.