Cuando El Cielo Desciende

11. NO TITLE

 

    El cuerpo de Ormingt estaba tirado, comenzando a transformarse en otra persona. Cerraron la puerta, dejándola parada. Una voz comenzó a deambular por las cabezas de todos.

-Les dije que se apresuraran, el está convirtiéndose, como me hicieron a mi.

-¿Y tú quién demonios eres? -Gritó Gordan.

-Yo soy Elizabeth. Siempre lo atendía cuando iba al bar, y el me mató. Ormingt se está desvaneciendo, como siempre suelo hacer yo, en sus visiones. Por eso cambiamos, al morir, nuestro rostro cambia por completo, y el de Oring está comenzando a dar su cambio. -Pasos se escuchaban, y Elizabeth se desvaneció al instante.

-Oh, pobrecita. -Desde la oscuridad, su rostro comenzaba a revelarse, era él, era William-. Annie, como no pudiste insistir, o fijarte hacia atrás mientras ibas en bicicleta, yo te seguí, maldita. Andrew... ¿quieres venir con papi, o prefieres ver un espectáculo? -Con su hacha en mano, parecía un maniático que iba a atrapar a su presa. Todos intentaron escapar, pero la puerta estaba fuertemente cerrada-. Oh, creo que no pueden salir. ¿Quieren saber cual es el espectáculo? Cuando el cielo desciende, malditos. -Su maléfica risa comenzó a oírse, y el lugar comenzaba a reducirse, cada vez más.

-¡¡¡William!!! -Gritó Annie-. ¡¡¡Deja de reírte y suelta ese hacha!!! -El no paró-. ¡¡¡Que la sueltes!!! -El grito se escuchó, quizás, por el exterior. En el interior, todos se quedaron con los oídos rotos, pero William no paraba.

-Vamos. Ese bicho me convenció para que trabaje junto a él. En realidad, hay otro yo. El me eligió a mi para que lo ayude, y yo acepté. El plan... es, reducir el mundo. Hacer descender el cielo. -Lanzó el hacha con todas sus fuerzas y atravesó a Michael, y luego, le dio en toda la cabeza a Arnald. Los gritos fueron fuerte, el pobre Samuel se había quedado sin padre y no podía vivir solo, fue el quien pegó un terrible grito. El cielo estaba descendiendo cada vez más, los astros se llegaban a ver perfectamente, los astros son las estrellas. Una especie de ataque comenzó a agarrarle a William, quien cayó casi desmayado.

 

Aspartoz se iba a escapar mediante la máquina. Cuando llegó hacia su sótano, se llevó la sorpresa de que la máquina estaba rota, y veía como el cielo estaba a miles de metros de él. William fue inteligente, y no dejó que ellos se escaparan, el aceptaría la propuesta pero no dejaría volver a Aspartoz. El planeta Tierra estaba reduciéndose. El alienígena, William, y todos los demás murieron, pero no cambiaron de rostro, simplemente se fueron hacia la nada, no tenían cielo en el que habitar. William, ante una puerta, en un lóbrego aposento, y dudó si abrirla o no. Se dijo que si. «Ahora sí, campeón. Vamos William, estás en tu lugar, bienvenido a tu planeta Willy, bienvenido a tu querido Marte». El se la había robado, inteligentemente, algo muy estratégico por su parte.

 

FIN

(THE END)


 



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En el texto hay: extraterrestre

Editado: 04.04.2018

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