Hannah.
Miré la hora de mi celular por cuarta vez mientras golpeteaba con la punta de mis dedos la entrada de la biblioteca, se suponía que debía ver a uno de mis tutorados aquí, supongo que se le hizo tarde.
—No puede ser, ¿también eres tutora? — Aline se paró frente a mi —. Bonita, amable e inteligente, lo tienes todo Hannah
Mis mejillas se calentaron — Gracias, Aline. ¿tú eres mi tutorada?
—Tristemente no, me toco otra tutora, pero aquí entre nos, te habría preferido a ti — sonrió —. Vine a representar a Axel, tuvo un inconveniente.
—¿Seré tutora de Axel?
Estaba sorprendida. La tutoría de hoy era de biología, y el mellizo de Aline estuvo conmigo en clases, y parecía entender todo, a pesar de ser clases más avanzadas.
—Si, mi hermano es una especie de genio en ciencia, y algo me dice que tu igual — arreglo su cabello —. De hecho, la subdirectora creyó que serias la perfecta guía para Axel.
—Pues me halaga que piensen eso, pero si tu hermano no viene, no veo razón para quedarme en la biblioteca.
—De hecho, Hannah, me gustaría hablar contigo — expresó la castaña —. No tengo amigas en Perkins y tú has sido muy amable dese que nos conocimos.
Le sonreí—. Claro.
Caminamos por los pasillos hasta el patio, nos sentamos en una de las bancas a conversar.
Aline era el tipo de chica que no se cohibía a hablar con personas con las que tienes poca o nada de confianza, tenía tan manejo de la información que quería dar que quedabas satisfecho con sus respuestas, en otras palabras, Aline Hawthorne te dejaba saber lo justo y necesario.
—Por cierto, conocí a tu hermana— comentó después de un pequeño silencio —. Es…diferente.
—Creo que es la primera vez que escucho a alguien decir que Heather es diferente —y no mentía, usualmente lo dicen de mí.
—Se que es tu hermana y toda la cosa, pero no me agrada — me miró —, a diferencia de ti.
—Heather es complicada a veces, pero es una gran chica, solo tienes que darte el tiempo de conocerla.
—¿Siempre eres asi?, ¿o solo con tu hermana?
—¿A qué te refieres?
—Anteponer a otras personas antes de ti — me miró fijamente —. No intentes negarlo, linda, soy buena leyendo a las personas.
—¿Y qué lees, supuestamente, de mí?
—Que eres el tipo de chica que siempre antepone los intereses de otros antes que los tuyos — estiro su mano a mi brazo —, y qué harías cualquier cosa por los que amas.
¡Vaya!, es buena. Y ahora que lo escucho en voz alta, y de una chica desconocida, no suena tan bien.
—Si, eres buena — no pude evitar sonreír.
—Gracias — quito su mano de mi brazo —, y aunque intentes meterme a tu hermana por las orejas, te prefiero a ti, a pesar de conocerte poco.
Caminamos por los pasillos de la escuela, mientras Aline me comentaba cosas sobre su antigua escuela. Al parecer su antigua escuela era muy diferente a esta. Durante mi conversación con la castaña, logre descubrir más cosas sobre ella, en cierto modo me recuerda a Katie, por lo espontánea y extrovertida, aunque también me recordaba a mi prima Claudia, por lo encantadora y franca.
Recordatorio mental: llamar a Claudia.
—Tu antigua escuela suena algo …—
—Anticuada, aburrida, más estricta que escuela militar.
—Iba a decir conservadora — reí.
—Sinónimos — hizo un gesto con la mano, miró la hora en su reloj de muñeca —. Ya es tarde, debería irme a casa
Salimos de la escuela.
—¿Me dirías donde están los paraderos?, tengo que tomar el bus para ir a casa.
—¿Cómo te has ido y venido los otros días? — pregunté.
—En auto, soy la única de mi familia que no sabe conducir — contestó acomodando su cabello —. Mi coordinación puede llegar a ser un asco cuando estoy nerviosa.
—Si quieres puedo llevarte — saqué las llaves del Nissan —. Asi podemos hablar un poco más.
La chica sonrió y me siguió hasta mi auto, una vez dentro encendí la radio, dejando que la dulce voz de mi amada Dua Lipa llenara el espacio. Aline soltó un ¡amo es esa mujer! Mientras tarareaba. Mientras iba en la carretera central, la castaña me dio su dirección, y caí en cuenta que conocía exactamente esa calle. Al parecer Aline y Axel son los nuevos vecinos de Katie.
Al llegar, estacioné el auto frente a esta.
—Gracias, Hannah, eres un sol — me sonrió.
—No hay de que — le devolví la sonrisa.
—¿Te gustaría pasar a comer algo?, mi familia no esta y la verdad me aterra estar sola en esta casa nueva — me miró con ojos de perrito—. Aún no me acostumbro.
Apague el motor del auto en respuesta, Aline dio pequeños saltitos sentada. Ambas salimos del auto y entramos en la casa. Para haberse mudado hace poco, tenían todo perfectamente ordenado, apenas quedaban cajas, las cuales estaban acomodadas en una esquina de la sala de estar. La cada de Aline y Axel era grande y espaciosa, con grandes ventanas y una sala de estar demasiado espaciosa, decorada con cuadros de bellos paisajes y fotografías.
—Tu casa es linda— comente quitándome la mochila.
—Gracias, mamá eligió todo— Aline me quito la mochila de las manos para colgarla en un perchero—. Es decoradora de interiores.
—Eso es increíble, mi tía también lo es, tal vez se conocen.
—No lo dudaría, mi madre conoce a medio mundo— sonrió.
Entramos en la cocina. Era bastante moderna, con muebles blancos que contrastaban con los electrodomésticos grises/plateados. Tenían una amplia isla en medio con unos banquillos blancos a un lado.
—¿Quieres algo de beber o de comer?, mamá me mataría si se enterara que soy mala anfitriona— su comentario me causo gracias.
—Con un vaso de agua estoy bien.
—Eso sí que no, eres mi invitada— la castaña camino a su refrigerador.
La chica sacó dos botellas de jugo de durazno, le paso una mientras sacaba de uno de los muebles un paquete de galletas de mantequilla. Comenzamos a comer mientras hablábamos.