He estado todo el día en casa. no soy de salir constamente con amigos o viajar a otra cuidad,
Algunos me dicen que debería hacerlo, que realmente lo necesito, que debería disfrutar más de la vida. U otros simplemente dicen que soy muy aburrida o que soy amargada, y está bien, no los juzgo, pero tampoco me agradan sus comentarios. Bueno, después de todo no les respondo lo contrario, porque una parte de mí cree que es verdad
Después de ordenar, observo a mi alrededor comprobando si está todo limpio y sí, ya dejé todo en su lugar. Nuestra casa no es grande, pero es muy acogedora.
Vivo solo con mi madre.
Principalmente, soy Mabel Blázquez, la mayoría me llaman por maby o bely, y tengo 20 años.
Por mi lado bueno es que me encanta tener conversaciones agradables, pero con muy poca gente, me encantan los animales especialmente los gatos, y es por eso que tengo tres gatitos, uno se llama Beto que me regaló mi mejor amigo, el otro se llama Apolo que me lo regaló mi hermana para el día de mi cumpleaños y mi gatita hembra, que rescate de un abandono. Su nombre es Bella, tiene casi 11 años. Prácticamente, es mi compañera de toda la vida.
Mi pasatiempo favorito es leer, pintar cuadros y escribir.
Y por el otro lado, es que sufro de depresión, desde los 13 años comencé a tener nerviosismo muy seguido, con el tiempo fue siendo un trastorno de ansiedad generalizada, lamentablemente me llevo a una depresión. Nadie lo sabe a excepción de mi mejor amiga Cataleya, es que no me gusta ser débil ante los demás.
Una vez intenté ir a terapia, solté todo lo que necesitaba decir, supuse que después me iba a sentir bien, pero fue todo lo contrario, mientras iba de regreso a casa, me sentía rara, no paraba de pensar —"¿Por qué lo hice?" "No lograré nada con desahogarme" "que absurdo, solo soy débil" "Solo estoy exagerando"—, y así fue todo el viaje, mis pensamientos malos me atormentaban una y otra vez. Y desde ese día no he querido volver.
Volviendo a la realidad, me asomo a mi ventanal, dando cuenta que el sol se desliza hacia el horizonte dando su despedida del día.
Me agrada salir a estas horas del atardecer, especialmente cuando estamos en otoño, me gusta ver las hojas caer, pero me gusta más recogerlas y pegarlas en mis cuadros de pinturas. O a veces escribo frases de motivación encima de ellas y las pego en la pared de mi habitación.
Me dispongo a salir, pero antes me pongo un abrigo, ya que hacía mucho frío afuera.
Al frente de mi casa, cruzando al otro lado del camino, hay un banco para sentarse junto a una hermosa vista a la playa. Así que me dirijo hacia allá. No tardo en llegar después de unos minutos.
—Dios, que frío, espero no enfermarme—.
—No hay nada mejor que tener tu lugar favorito cerca de casa—. Pienso. Dando un gran suspiro
Estar aquí me ayuda a estar conmigo en paz conmigo misma, pero a veces igual me hace sobre pensar que me provocan ataques de ansiedad.
Me pongo mis audífonos y procedo a escuchar la canción de tasha layton-into the sea
A veces escuchar esta canción me hace sentir bien y a la vez identificada por alguna razón, porque la canción no solo habla de Dios, sino también de un corazón roto.
Hace tres años conocí a Joshua, era un chico muy optimista y alegre. A los tres meses de conocernos me pidió ser su novia, duramos aproximadamente 7 meses de novios. Lamentablemente, las cosas no terminaron como yo esperaba, al principio iba todo bien, pero con el tiempo él fue cambiando, ya no era tan cariñoso, nos veíamos muy pocas veces, casi ni me enviaba mensajes, intenté que él me explicara la razón de su extraña actitud, pero solamente me ignoraba, entonces creí que se estaba aburriendo de mí y me aleje sin decir nada, la verdad es que me dolió bastante porque él logró hacerme sonreír muchas veces sin fingir, me hacía olvidar de todo lo malo que me rodeaba, le había contado sobre mi depresión aunque nunca le expliqué la razón de ello aun así pensaba contarle más adelante, pero por desgracia todo término antes de hacerlo. Tenía la esperanza de que me iba a volver a buscar y no lo hizo.
Mentiría si dijera que ya lo superé, pero cuando realmente se quiere a alguien no es fácil olvidarlo, solo se aprende a vivir con su ausencia.
Supongo que por algo pasan las cosas porque después de todo, aprendí que muchas veces cuesta alejarse de quien consideraste cómo un amor de verdad, y más cuando recuerdas las veces que te hizo sonreír, cuando decía que te amaba, y cuando diste todo de ti, duele bastante. Lo mismo pasa con los amigos, terminó con una amistad que creías que iba a durar toda la vida, Pero lamentablemente ese cariño se acabó cuando menos te lo esperabas.
Estas cosas pasan porque debemos ser conscientes que las personas van y vienen y que para todo hay un final y no siempre termina feliz, pero todas las cosas malas que nos pasa es parte de madurar, de aprender un poco de ellos. Es así con las cosas buenas que es parte de disfrutar.
Saliendo de mis pensamientos me doy cuenta de que ya es anochecer, pero por las farolas, observo que a unos metros de mí se encuentra un chico alto de cabello negro, se ve como de mi edad, a su lado se encuentra una hermosa niña del mismo color de cabello que el chico. Bueno, supongo que son hermanos. Nunca los había visto por aquí
Ellos están disfrutando del hermoso paisaje al igual que yo. Sonrío al ver cómo el chico hace estallar a carcajadas a su hermanita.
Pero el chico parece estar triste, me di cuenta de que él solo intenta ser fuerte por su hermana. Al notar eso me dio mucha curiosidad.
Sin embargo, también me hizo recordar aquellos tiempos, cuando tenía 12 años, un día estaba llorando desconsoladamente hasta que mi hermana mayor que en ese entonces tenía 14 años, se acercó a mí y mientras ella secaba mis lágrimas, me decía:
—tranquila que todo va a estar bien, no olvides que eres fuerte y que algún día saldremos de esto—.sabiendo que ella también estaba mal, sonreía para mantener la calma a pesar de que los problemas en casa se hacían más grandes a medida que íbamos creciendo , pero aun así nos teníamos una a la otra. Hoy en día que no demuestro mucho afecto con la gente, ella ha sabido quererme y entenderme. Pero como dicen por ahí, —nuestros hermanos son ese apoyo en días de dificultad donde podemos sentirnos escuchados y comprendidos—. Aunque tengamos personalidades muy diferentes.