Romeo
Aún recuerdo que conocí a Nancy a causa de un accidente con un café, fue mi culpa por traer tantas cosas y creer que podía yo solo con mis proyectos, mi nueva cámara y otro montón de cosas que eran de unas amigas.
Con el pasar del tiempo fui conociendo a la chica de cabellos castaños que me hacía suspirar cada dos por tres, recuerdo como estuve a su lado luego de que le dijeran los soldados que su esposo había fallecido y que había perdido a su bebé, fueron dos años en los que ella tuvo que ir a terapia para sanarse esa herida, estuve a su lado todo ese tiempo y eso la hizo enamorarse de mi o eso es lo que dice, la realidad es que nos casamos por un embarazo.
Éramos como novios, pero sin esa etiqueta fastidiosa, ella era mi musa para la fotografía, yo era un reconocido fotógrafo, aunque sea en ese tiempo, dentro de la facultad y ella era mi modelo principal, luego de esa fatídica tarde, ella perdió un brillo en los ojos que la caracterizaba y que solo logro volver un poco con la llegada de los Gemelos Lothar Alaric y Nancy Adelaida, pero de igual manera, ella cambio muchísimo su forma de ser.
Tuvieron que pasar 7 años para que pudiera terminar algunos de los planes que tuvo con Alaric, termino su carrera y en 1950 tuvimos a los niños, aunque ella solo puede verlos por un rato, sé que sigue llorando en las noches a causa de la ausencia del que fue su compañero durante varios años de su vida.
Hoy era un día especial, los niños estaban cumpliendo 5 años, los padres de Nancy habían venido desde España para festejas a los pequeños, mi madre también había viajado solo para ver a sus dos nietos y, por último, las más importantes, Martha y la señora Navarro, ambas estaban vistiendo a los pequeños, Martha estaba poniéndole un vestido a mini Nancy y la señora Navarro un trajecito a Lothar.
Nancy bajo con su típico vestido, luego de los mellizos se esforzó en volver a tener el mismo cuerpo que tenía, se puso mil dietas y se iba a hacer ejercicio en las mañanas, este día ella no lo disfruta, pero finge que si por los niños
–Te ves hermosa –le dije cuando entro en mi campo de visión, ella solo me sonrió y asintió, era fría y distante conmigo y no la culpo, ella quería una familia y le di la familia que quería, pero yo no era Alaric, los niños no eran su pequeña que falleció –¿no me vas a contestar?
–¿Qué quieres que te diga Romeo? Estoy aquí ¿no te basta?
Se había vuelto arisca, solo los niños le lograban sacar una sonrisa, ambos eran muy inteligentes y odiaban ver a su madre sufriendo, por lo que cada año a parte de su celebración, dejaban que su madre se ausentara luego de esta, les dolía, claro que sí, pero ellos entendían que ese no era al 100% su sueño.
Nancy salió al patio, luego de la muerte de Alaric entro a la carrera de fotografía, no quería nada relacionado con la guerra, ni con ver a las personas fallecer frente a sus ojos o el tener que darle malas noticias a los familiares de sus pacientes, por lo que declino enfermería y estudio fotografía, ella es la que suele hacer los videos, las fotografías de los niños y la bonita decoración de fondo que siempre usábamos, el patio ya estaba algo lleno con niños, amigos de los mellizos y algunos padres de familia que se quedaban.
–Papi, ¿me pones mi moño? –me dijo la mini Nancy, ella hizo que saliera de mis pensamientos y me dispuse a ponerle el moño que nunca faltaba en su cabellera azabache –gracias papi
Los niños estaban emocionados por su fiesta de cumpleaños, lástima que su madre no compartía la misma emoción, luego de unas horas de fotografías de parte de su madre, partir el pastel y que los niños jugaran, el patio se fue vaciando, los padres llevaban a manos llenas, no escatimamos en gastos pues dinero es lo que nos sobra por ahora.
Nancy entro corriendo a la casa cuando escucho el teléfono sonar, después de años, aún sigue con la esperanza de que sea Alaric y lo que le dijeron años atrás sea una vil mentira, entre cuando los niños y yo habíamos terminado de recoger todo el en jardín, entre a la habitación que compartía con Nancy y la encontré empacando sus cosas y con lágrimas surcando su rostro
–¿Qué tienes? ¿Qué te puso de esa manera linda musa?
–Me llamaron de la base militar donde estuvo Alaric –el solo escuchar el nombre de su exmarido hizo que empuñara mis manos –dijeron que tienen pertenencias de él que nunca me entregaron y quieren dármelas, viajare por la mañana, no sé si vuelva, después de todo, Francia fue el lugar donde nací y crecí
–¿Abandonaras a tus hijos? ¿me dejas así nada más? –le grite, pero ella ni chisto, seguía metiendo ropa a su maleta –¡¡ESCUCHAME POR UNA PUTA VEZ NANCY!!
–No hablare contigo en ese estado y no me alces la voz, recuerda que la casa es mía y en cualquier momento te puedo echar a la calle, no colmes mi paciencia Romeo
Respire profundo y salí del cuarto, en ese estado de colera era capaz de muchas cosas y lo último que deseaban era golpearla, ella era mi musa, la mujer que amo, la mujer que me dio dos hijos, aunque ella no lo quiera aceptar.
Escuche como la puerta del cuarto era abierta y cerrada de manera delicada y luego como se abría y cerraba otra puerta, supongo que si tuvo decencia y se despedirá de los niños a cómo debe de ser, el instinto de madre si la llama al final de cuentas.
Me pase la noche en el despacho que iba a ser para su difunto esposo, bebía botella tras botellas hasta que llego el amanecer, quizás había pegado ojo unas cuantas veces, pero no lo suficiente, me sentía demasiado cansado por lo que entre a la habitación y la encontré vacía, su maleta aún estaba por la puerta junto con unas bolsas de mano “ella me abandonara”