Skyler se encontraba sola en su habitación, planteándose si debía hacer o no lo que tanto estuvo pensando. Se levantó con detenimiento de la cama y se tomó el medicamento, luego sus ojos se concentraron en examinar el morral que tenía colgado junto al armario.
Repiqueteó la mesita de noche y en un impulso, tomó el bolso, sacando de su interior el peluche de jirafa. El mencionado por Camille y que le había hecho reconsiderar que, después de todo, tal vez era momento de aceptar por completo el pasado. Nunca olvidaría a su madre y el dolor de haberla perdido seguiría guardado en el interior de su corazón, por lo tanto, evadir la presencia del muñeco solo sería pretender engañarse a sí misma y a sus emociones.
Al sacar el peluche del interior del morral, se aferró a él como si fuera su mayor consuelo. Se dejó caer sobre la colcha y no pudo reprimir las lágrimas que en muchas ocasiones contuvo, procurando demostrar que era alguien fuerte. Era solo una joven quien dentro de poco comenzaría la vida adulta… o quizá no.
Prefirió despejar su mente de cualquier mal pensamiento, no quería sentir miedo. Se limitó a abrazar al peluche, sintiendo con eso que era su madre la que se encontraba en el lugar de aquel juguete infantil. Lo imagino de ese modo, buscando darle serenidad a su lastimada niña interior.
De repente, sus ojos se fueron cerrando, envolviéndola en una ola de recuerdos felices que jamás volverían a ser.
***********************************
Era día de clase de gimnasia, el suplicio para Skyler y la dicha para la mayoría de sus compañeros que gozaban de espectaculares habilidades motrices.
Su mejor amiga se sentó a su lado, mientras que en la cancha sus hermanos, Logan y los demás, jugaban un partido de soccer improvisado.
—No puedo creer que en menos de un mes terminaremos la etapa de estudiantes de instituto —pronunció la rubia, conectando su mirada con la de ella y después dirigiéndola a sus compañeros—. Ni siquiera he decidido a qué universidad iré o lo que estudiaré.
—Es difícil la vida después de la escuela —atinó en declarar, sin despegar la mirada de la cancha.
Theo provocó que Logan se cayera, pero rápidamente se levantó, elevando la mano y saludándola. Skyler sonrió y Alai la codeó de manera traviesa al verla sonreír.
—Iniciamos el año siendo solteras enamoradas anónimas y lo terminamos en una relación estable. Eso es un verdadero glow up.
—Estás loca —contestó, apretujando el cachete de su amiga.
—Aun así, me elegiste como mejor amiga, en ese caso, ¿Cuál de las dos lo es más?
Se mostró reflexiva por un momento.
—Tienes razón, yo por haberte escogido así chiflada —expuso su conclusión, causando que Alai se quejara y riera a la vez.
El profesor Gallagher retornó a la cancha, tocando su silbato con gran potencia. Los chicos dejaron de jugar y ella se levantó de las gradas, se ató la chaqueta del uniforme en la cadera y terminó de acercarse al centro, donde el hombre los esperaba.
—Como es del conocimiento de todos, ustedes terminan su etapa en el internado este mes. Falta poco para que el ciclo escolar acabe y por tardar la próxima semana debo tener sus calificaciones finales. —La mirada severa de Gallagher escrutaba a cada uno de los adolescentes—. La mayoría de este curso tiene prácticamente aprobada la asignatura, pero hay algunos estudiantes que por su paupérrimo desempeño se encuentran con el pie más en el reprobado que en el aprobado.
Skyler tuvo el presentimiento de que ella era parte de aquellos estudiantes de los que el profesor hacía énfasis y cuando la miró directamente, lo comprobó.
—Hoy la clase se enfocará en determinar si estos estudiantes o se salvan y se gradúan con sus compañeros o se quedan y tendrán que repetir la asignatura y graduarse en solitario.
Las murmuraciones y el pánico no se dieron a esperar. Los peores alumnos de la clase, incluyéndola, se alarmaron. Skyler quería su ceremonia de graduación por lo alto, acompañada de sus amigos y de Logan, de todas las personas que quería y la querían.
Logan se hizo a su lado al notar su expresión preocupada y la tomó de la mano.
—Tranquila, de los peores tú eres la que mejor desempeño tiene —susurró el muchacho, intentando alentarla, infortunadamente, su cruda sinceridad le provocaba un sinsabor.
—¿Gracias? —respondió ella, entornando los ojos.
—Sí, eso sonó fatal —admitió Benedetti, rascándose la parte baja de su cabeza, con vergüenza.
—Sé que intentas hacerme sentir bien, no te preocupes —mencionó ella, librándolo de toda culpa.
—Lady, Lorna, Theo, Skyler... —el profesor la llamó a ella y a su amigo, Theo la miró y los dos pasaron al frente junto a los demás que él mencionó.
Eran ocho en total.
Los demás alumnos se ubicaron en las gradas, mientras Gallagher se encargaba de lo que les pondría a hacer a ellos.
—Siendo sincero, no me esperaba que por ser malo con los balones terminaría en esta situación —admitió Theo a su lado.
Skyler contuvo una risita.
—Al menos tú sirves para deportes que no sean con balón, yo para ninguno.
—Uh sí, eso es una desgracia mayor.
Skyler abrió la boca con indignación, empujándolo.
Gallagher los puso a calentar, para luego empezar la tortura. Entre correr alrededor de la cancha y salto de cuerda, fue avanzando la clase. Los dividió a ellos en dos grupos, implementando una competencia de relevos y ejercicios de tiro al arco de baloncesto.
Cuando era el momento de la carrera de relevos, Skyler ya sentía que sus piernas no aguantaban más. Su cuerpo le pesaba y su aliento se comprimía con cada paso que daba.
La sensación de que todo giraba a su alrededor la aturdió, se sostuvo de Theo, el cual la observó con inquietud.
—¿Te estás sintiendo mal de nuevo?
A lo lejos Logan y Brandon se percataron de que algo no estaba bien con ella.