Cuando La Vista No Lo Es Todo

Capítulo 3: Lograr algo nuevo

Estuvimos un par de horas en la biblioteca. A decir verdad, no leí mucho porque no estoy acostumbrado a leer tanto, si alcanzo a ver las palabras, pero al mantener la mirada fija en algo me termina irritando los ojos. Lo que llamó mi curiosidad fue ver que la chica leia con un entusiasmo que se notaba en su mirada, era obvio que esto es lo suyo.

Sonó una pequeña alarma que hizo que la chica y la niña se levantaran, indicando que era hora de irnos. Le mandé un mensaje a mi madre para que viniese a recogerme en lo que dejabamos los libros en su lugar.

De camino regreso a la recepcion, me seguia carcomiendo la intriga de qué hizo la chica silenciosa para que aquel grupo guardara silencio extremo de un segundo a otro. No aguanté mas la duda y me acerqué a Martina susurrandole:

N:- ~oye Martina... qué... ¿cómo hizo Valeria cuando se acercaron a los chicos de la clase?

Martina volteo la mirada a mi con un gesto burlezco y arrogante y dijo:

Mn:- En primera, ¿por qué susurras? No hay nadie mas aqui. Y en segunda, ¿para qué quieres saber? ¿escuchaste lo que los chicos hablaban?

Me detuve a pensar el por qué le susurre, supuse que fue algo involuntario.

N:- perdón, pero solo quiero saber...

Mn:- Bien - dijo mientras seguia avanzando.

Mn:- Pues la verdad logré escuchar un poco de lo que los chicos estaban hablando... hablaban sobre...

N:- la miopia... si, ya lo se

Mn:- si eso... le conté eso a valeria y de inmediato quiso confrontarlos diciendo que la miopia no era un juego y así.

En mi mente no cuadraba muy bien lo que Martina me decía, faltaban partes que no logré ver.

N:- ¿los confrontaron de verdad? Pero, cuando las ví acercarse a ellos no escuché nada después.

Mn:- Claro que no escuchaste nada, porque todo lo dijo en lenguaje de señas. Todos aqui sabemos lenguaje de señas, más que nada por precaución, nadie sabe cuando te topas con alguien sordo-mudo; Talvez deberias aprenderlo tu también. - dijo esa última frase con superioridad y una sonrisa nada común.

N:- Yo ya sé señas... bueno... no al 100% pero si lo básico...

Mn:- ¿A si? Que bien

Llegamos a la salida de las instalaciones y esuché el claxon de lo que parecia el carro de mi madre estacionada al fondo.

N:- Bien, creo que llegaron por mí... 

Mn:- Claro, fue un gusto pasar el rato contigo

N:- si igual... eh, supongo que nos vemos... ¿mañana?

Mn:- ¿mañana vas a venir? - preguntó algo extrañada por lo que les decía. Entonces dudé un poco de los horarios y actividades del centro.

N:- si... ¿por qué? ¿mañana no se viene?

Martina soltó una risa bastante burlezca

Mn:- Jajaja, no prestaste atención a lo que Tabo te dijo en la "clase", ¿verdad? - lo dijo como si hablara con un bebé 

Mn:- deja te doy tu resumen. Tenemos reuniones en el centro 3 veces por semana, pero claro, puedes venir y entrar a liblioteca y esas cosas, no te nuegan la entrada si eres miembro.

Sentí algo de vergüenza, como si hubiese sido importante que prestara atención a la clase. Que de hecho, en este caso si era importante que escuchara.

N:- si claro... perdón.

Mn:- Es la octava vez que te oigo pedir disculpas, no tienes que hacerlo.

N:- ah lo sien... si... ¿Entonces mañana no vendrán?

Martina volteo con Valeria y le dijo algunas cosas en señas que obviamente no logré entender nada.

Mn:- mmm no, mañana iremos al parque que está como a 5 cuadras de aquí. Si quieres puedes acompañarnos

N:- Ah bien... gracias

Mn:- Genial! Entonces mañana nos vemos aqui mismo para decirte donde es

N:- Bien, si... entonces, adiós otra vez y... gracias

Di media vuelta para ir con mi madre al auto. Valeria le dió un codazo a Martina diciendole algo en señas y entonces Martnia me gritó:

Mn:- ¡Oye!, dice Vale que no le hagas caso a lo que los chicos decían.

Volví la mirada a donde estaban las 2, en ese momento alcance a ver un gesto amable en el rostro de aquella chica, o talvez estaba sonriendo, como siempre mi vista me engañaba. Levanté la mano diciendo adiós y subí al auto con mi madre. Saqué mis audífonos y me telefono para escuchar musica como siempre lo hacía, en eso mi madre me pregunta:

M:- ¿Y? ¿Qué te pareció?

N:- Todo estuvo bien...

M:- ¿Ya hiciste nuevos amigos? ¿Quienes eran esas chicas en la entrada? 

N:- Eh son chicas de mi clase... pasamos el rato juntos

M:- ¡Ay que bueno! Me alegra mucho

N:- Si... - respondí mientras me colocaba los audífonos. Llegamos ya tarde a casa, ya no habia nadie mas despierto. Fuí directo a mi habitación cansado, talvez un poco entusiasmado que me hubieran invitado alguien quien apenas conocía, no pensé mucho en eso pues rápido me quedé dormido. 

 

 




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