Cuando La Vista No Lo Es Todo

Capítulo 6: Sentir algo nuevo

Ese sonido realmente me asustó porque había olvidado el lugar donde estaba, era la campana que indicaba el cambio de clases para los alumnos, pero en este caso, indicando que las clases habían terminado. Entonces abandoné mi misión por descubrir el libro misterioso por miedo a ser descubierto gracias al ruido. Alcé la mirada nuevamente para tratar de hubicar a Valeria nuevamente y sopresivamente apareció del otro lado de la mesa, caminando hacia mí con una sonrisa. La chica me tomó de la muñeca, y siguió caminando a la entrada de la biblioteca, entonces entendí que tendría que acompañarla, talvez a buscar a Martina. Mi curiosidad tenía algo contra mí ese día, pues me bombardeó nuevamente con la idea del libro, pues no ví sí había dejado el cuarto libro en la mesa o qué había pasado con él. Tratando de ser discreto, caminé dando pasos más lentos, quedando así un poco atrás de ella y poder ver de reojo su espalda o su otra mano y, viendo su bolso, se notaba la forma de un libro dentro del mismo. Sería ese aquel misterio que me atacaría por las siguientes noches. 
Sin darle más importancia a eso, regresé a mirar hacia enfrente, mas que nada para evitar estamparme con... cualquier cosa, y que la chica me tomara por alguien torpe. Al hacerlo, Valeria nos en el pasillo, quedando fuera de un salón del que salían como hormigas organizadas, varios niños de edades no mayores a 15 años. Pensé que nos detuvimos por dejar que el grupo pasara y posteriormente seguir caminando, pero esa teoría murió rápidamente con el hecho de que Martina salió de ese salón. Surgieron los porqués y bastantes teorías nuevas que trataban de poner respuesta a lo que mis ojos veían.
Instintivamente iba a saludar a Martina, pero me detuvo su rostro, que lucía cómo una lucha entre el sentimiento de tristeza, aburrimiento o talvez agobio de algo. Supuse que fué un día pesado para ella, pues esa era el gesto que yo pondría después de un día malo. Pero para no quedar mal, simplemente saludé agitando la mano, y Valeria que estaba a un lado mío me siguió en mi saludo. Martina al vernos sonrió un poco.
Martina fué directo a abrazar a Valeria y después se puso a un lado de ella, dejándola enmedio de los tres. Caminamos fuera del lugar y Martina se detuvo para hablar con Valeria (hablar en señas). No entendí nada de lo que decían por un buen rato, hasta que Martina me miró y dijo:
M:- Así va a estar la cosa. Primero vamos a buscar algo para comer, ¿Traes dinero?
N:- Eh.. si
M:- A bueno, luego que crompemos para comer, iremos al parque para comer allí, y ya después sí vemos vemos nos sobra tiempo, buscamos qué hacer. ¿Está bien?
N:- Si, no hay problema
M:- Vamos entonces, síguenos, no sé sí conozcas por aquí jaja
N:- No, no conozco la verdad jaja
Caminamos un par de cuadras, hasta llegar a un lugar que decía algo en un idioma asiático, no sé diferenciar entre lo chino y lo japonés así que no haré comentarios respecto a la temática del lugar. Entramos y no había mucha gente, el local era algo pequeño y olía bastante agradable. Fuimos los tres al mostrador donde atendía una señora de rasgos asiáticos y detrás de ella un señor quien era el que preparaba la comida. La señora no parecía mayor a 50 años; y al mirarnos, rápidamente apareció una sonrisa que se desbordaba de su cara. Pero lo curioso de todo, es que sólo sonrió, no dijo ni una sola palabra. En mi mente surgió la cuestión sobre sí aquella señora también era sorda. Valeria tomó un par de encuadernados y me pasó uno de ellos, al mirarlo ví que era un menú traducido de una manera muy pobre, pues las palabras se mezclaban con letras que no conocía sin darle mucho sentido a las oraciones. 

M:- Escoje lo que te guste, y ya me dices qué quieres para pedirlo
Le dí una revisada al menú y guiándome por las imágenes pedí algo no tan grande por miedo a que no me guste. También porque traía un presupuesto reducido pues iba a pagar con mi dinero para emergencias, que es unos cuantos billetes escondidos en mi cartera por cualquier cosa que suceda. 
N:- Creo que pediré esto - Le dije a Martina a la vez que le señalaba la imagen de lo que había elegido.
M:- A bueno, ¿será que puedes ir a apartar una mesa para nosotros?
N:- ¿La que sea?
M:- Si, nada más para esperar la comida y luego irnos
N:- Vale - Ya había olvidado que no comeríamos en el local. Y me surgieron las ganas de sugerirles que nos quedemos a comer aquí y luego salir a caminar.

Antes de ir a escoger una mesa, quise asegurarme de que sí se pudiera pedir la comida y observe a las chicas hacer el pedido de una manera muy curiosa, pues en ningún momento se escuchó nada. Ví como Martina y Valeria señalaban en el menú lo que habíamos pedido y la señora asentía con la cabeza y anotaba en una libretita el pedido. También la señora giró un momento a la cocina y les empezó a mostrar uno por uno lo que parecían unos botes con diferentes salsas y aderezos. Martina y Valeria se comunicaban no por palabras ni por lenguaje de señas sino más bien un lenguaje mudo basado en si y no. Y regresó a mi mente la idea sobre la señora sorda. 
Entonces las chicas terminaron de hablar con la señora y voltearon a verme, y eso último las sorprendió pues creo que no notaron que estaba ahí cerca. 
M:- ¿Qué pasó? ¿No hay lugar para sentarnos?
N:- ¿Qué? Ah no. Quiero decir, no sé. Las estaba esperando
Fuimos entonces a buscar una mesa y ahí esperar nuestro pedido. 
M:- La señora no habla español, oh bueno, un poco. Sólo conoce algunas pabralas.. pabra.. pala, palabras. Eso.
N:- ¿Enserio?, ¿Ya habían venido antes? 
M:- Varias veces. Al principio fue difícil endenternos, pero después de varias veces pudimos Hablar con ella - Dijo eso último haciendo comillas con sus manos
N:- Ah qué cool
Mi telefono vibró y al revisarlo ví que era un mensaje de Valeria:
V:- Sí te gusta la comida coreana? 
N:- Así que es un local coreano ajsj 
N:- No sabía que cultura era
V:- Sisi, a mi y a Martina nos gusta la cultura asiática
V:- Sobre todo lo coreano jsjsj
N:- Pues nunca he comido comida así... creo 
V:- Nunca nunca?!
N:- Si, jamás
V:- Pues espero te guste jsjsjs
V:- Sí no te gusta puedes reclamarme jajsj, yo quería venir aquí 
Mientras me escribía con Valeria, Martina me dijo:
M:- Entonces, ¿Te gusta Valeria?




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