Cuando las rosas florecen

Elio

Elio:

 

Salte de la cama nada mas desperte, hoy seria el dia en que por fin saldría de esta estupenda mansión,  la carta de selección segui ahi, no habia sido ningún sueño y podía sentir que mi vida tenía algo de valor, para que la princesa escribiera personalmente debía significar algo, ademas mi carta era la única que había sido escrito por ella, mi hermano recibió un igual a la mia solo que la de él había sido escrita por lord Clyde, nunca le mostré la mía por miedo a como reaccionaria, ya le habían quitado muchas cosas no quería que esto se volviera una de ellas, solo una vez vi a la princesa, estaba sentada en la barandilla de uno de los balcones del palacio, no pareció notarlo pero incluso desde lejos se veía hermosa, pero sabía que las cosas bellas no podían ser para todos.

 

Mi habitación no era mucho mejor de lo que era la de zac pero era un poco más espaciosa y tenía un sirviente que me atendía, era algo supongo, me vestí con el traje de la academia y salí corriendo a la habitación de zac cuando escuche voces, camine en silencio aunque conociendo las habilidades de mi hermano no serviria de mucho, dalia debía estar adentro, esa sanguijuela sedienta de poder no podia tener mas sujeto a mi hermano de lo que lo tenía ahora, la única razón por la que la que no hablaba con Zac sobre ella era por que si lo hacía podía romper su corazón y no era algo que yo debiera de hacer.

 

Entre solo cuando escuche que ella se iba, abrí con cuidado la puerta y vi a Zac llorando, usualmente lo dejo pasar por que siempre ocurre pero esta vez se que es algo más,  me aproximo a él y antes de que se derrumbe y quedé de rodillas, me acerco a él y trató de tranquilizarlo

 

-hoy sera el ultimo dia-Me asegurare de que así sea, por fin saldremos de esta mansión y obtendremos la libertad que tanto anhelamos- solo debemos aguantar

 

-Tengo miedo-lo abracé y dejé que se tranquilizara, no sería la primera que lo hiciera pero no era algo a lo que quisiera acostumbrarme-Puede que nunca podamos volver, lo sabes ¿no?

 

-Lo se, pero eso era lo que queríamos o no Zac- Amo a mi hermano pero no puedo seguir aquí, no cuando la culpa me carcome, y aunque quiero que Zac sea tan libre como yo si su amor por Dalia afecta mi libertad tendré que olvidarlo-Debes ser fuerte

 

-Espero que la princesa no sea tan cruel como la representan por que en verdad deseo obtener el deseo que ofrece el puesto-y claro al ser hermanos lo que le llama la atención a uno en un momento le llamara la atención al otro- Bueno, el transporte de la academia no debe de estar muy lejos, vamos ya

 

-Padre no nos saldrá a despedir- le recuerdo con cautela, Zac se levanta con agilidad y sujeta con sutileza la  única maleta que hay en la habitación, uno de sus ojos me miran, parecen apagados pero no del todo, aun tenemos oportunidad- Vamos ya, no quiero ver a su esposa fingir su empalagosa amabilidad

 

-Ella y su hijo se han ido a la finca del campo, padre debió de haber ido a alcanzarlos- Se rasca la cabeza , se aproxima a un cajón de un burro viejo y con poco de polvo, saca un marco con el cristal estrellado, la última vez que fuimos realmente felices, apartó la mirada y salgo al pasillo, mi maleta está afuera tal y como la dejé, los sirvientes no se molestaran esta vez en esconder mis cosas, total ya no tendrán que preocuparse de mi

 

Baje por las escaleras y me encontré con el viejo mayordomo, el único que nunca se mostró demasiado hostil con mi hermano ni con mi madre, el único que trato de mantenernos a salvo, aunque de eso fue mucho tiempo atrás, ahora sirve como un perro las órdenes de la nueva esposa quien es una mujer ambiciosa que solo busca el poder que solo la familia Meros le puede ofrecer, por que aunque es muy hermosa y sabe que los hombres la admiran jamas se atreveria a ir por el Rey de tempet pese a su gran astucia, todos saben que entre mas lejos estes de esa familia mas tiempo podras vivir, pero para Zac y para mi es mejor que muchas otras cosas.

 

-Al fin se va joven amo- Rio mientras paso a su lado, si en verdad fuera un joven amo no permitiría que cargue con esta maleta yo- Espero que sobreviva

 

-O en serio, yo pediria lo contrario por que si logro ganar el favor de su majestad lo primero que pediré será destruir a todos en este mansión- su quijada se descompone y su cabello blanco se eriza, sus ojos no pueden seguir viendome cuando a su lado baja Zac ya vestido con el uniforme, sus ojos están muy rojos pero veo que se ha endurecido su rostro para evitar mostrar alguna emoción

 

-Joven  maestro- dice con burla el mayordomo antes de desaparecer

 

-Sigue siendo una rata- Zac desciende hasta  la planta baja, escuchamos con ansias los chirridos  de las puertas metálicas abriéndose, el transporte se detiene en la entrada y de él bajan los enviados del palacio, de entre ellos sale uno vestido de azul marino, miro a mi hermano y se que él se ha dado cuenta de quién se trata- no creí que viniera en persona

 

-Yo tampoco- Salimos por la puerta principal donde miramos a los enviados del palacio y al heredero de la familia Revant, el amigo de la princesa y posible futuro rey, inclinamos la cabeza en señal de respeto- Es un gusto tenerlo aquí lord Revan

 

-El gusto es mío- su voz parecía dulce pero notamos de inmediato de que su actitud no era real, en cuanto a sus acompañantes cargaron nuestro equipaje en la parte de atrás me señaló con el dedo y me pidió acercarme- Así que tú llamaste la atención de la princesa



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En el texto hay: deciciones, pasadooscuro, dolor amor

Editado: 12.03.2022

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