–Tú y tus cosas de última hora– dijo Liam mientras jugaba con una pelota de tenis entre sus manos.
–Bueno debemos estar preparados para todo, además lo que me dijo ese borracho era verdad algunos de los equipos siguen en el juego mientras otros se retiraron, bueno eso es lo que me dijeron–
La bodega era enorme, todo en su interior estaba cubierto de una capa gruesa de polvo, animales e insectos muertos, grafitis con todo tipo de frase y un montón de chatarra oxidada, Gabriel le había llamado a ese lugar porque tenían que revisar los últimos detalles que usarían en sus sutiles señales para la prueba de las almas gemelas, aunque añadió que harían algo para reforzar el lazo.
–¿Te dijeron que se van o los viste irse?– pregunto Liam no tan confiado de esto último.
–No los vi en la reunión así que supuse, luego nos anunciaron que preferirían parejas que sean almas gemelas fue ahí entonces que se confirmó todo lo que me dijo el borrachín–
–Bueno ya sabemos que señales hacer, que tipo de sonidos emitir y los gestos para transmitir la sensación así que ¿Qué más quieres hacer?–
–Escuche algo que no debería ser un problema, pero se podría volver un problema– dijo Gabriel acomodando sus cosas en una esquina a la que aún quitaba el polvo de encima.
–Mira si me vas a salir con cosas buenas y cosas malas, mejor me voy de aquí ya es mucho lo que hemos hecho para que me salgas con un, pero sobre otro además estamos a días del festival hagamos lo que hagamos es muy poco el tiempo para planificar una nueva estrategia–
–Venga Liam no te enojes– se acercó Gabriel dándole una palmada amistosa en su espalda –ya hemos resuelto el problema de la comunicación solo nos falta mejorar como equipo–
Liam lanzo una mirada sin entender a lo que se refería, como equipo eran buenos, su coordinación para proteger la espalda del otro al igual que su estilo de pelea eran ideales para salir de situaciones extremas además de que ambos se conocen desde años para saber las mañas del otro.
–Creo que uno de los exámenes que haremos será de pelea, lo cual no tenemos ningún problema, pero necesito estar en sintonía contigo, sé cuándo golpear y cuando no, tú por ejemplo peleas para defenderte y noquear al rival, yo por lo contrario prefiero neutralizarlo dejándolo inconsciente ya en casos extremos con una fractura o dos–
–¿Qué tiene que ver eso con la sintonía?–
–Yo sé cómo peleas y puedo esquivar la mayoría de tus golpes – Gabriel se detuvo mientras alzaba unos guantes de pelea –¿Tú serías capaz de esquivar los míos? Además, jamás te he visto pelear por tu vida y en este trabajo, aunque no es necesario nunca esta demás–
Liam recordaba el entrenamiento con Pitonisa podría parecer una mujer frágil de contextura estilizada y nadie imaginaria que sus golpes fuesen proyectiles imparables o que su defensa era inamovible, sabia pelear mejor que nadie mientras guardaba las apariencias, de ella aprendió un millar de trucos de defensa y ataque como si su vida dependiera de ello.
–Te dije que si esto escalaba a un punto donde todo se salga de control yo me iría ¿Recuerdas?–
–Sí, sí lo recuerdo, aunque jamás esta demás estar preparado, solo te lo propuse como una idea tanto de saber nuestros estilos de pelea como para mejorar nuestra amistad, sabes que no te lo pediría por nada, en tal caso tu madre me encontraría y te acompañaría en el más allá– sonrió
Liam lo miraba con cautela sin creer al cien por ciento todo lo que le decía, su palabrería no funcionaba con él, bueno no siempre.
–Está bien– acepto –lo hago porque hasta ahora no ha pasado nada que me sea extraño y para mí es mejor si no llego a ver a tus jefes– Liam tomaba el otro par de guantes de pelea que Gabriel extendía.
Gabriel dio unos pequeños saltos, mientras golpeaba los guantes de boxeo acomodándoselos a sus manos, Liam estiro un poco mientras ambos se alejaban a la parte central de la bodega.
–Bueno dame el primer golpe, te la debo por todo lo caótico del asunto– Gabriel se paró recto como un poste, listo para recibir el golpe de frente.
Liam le tomó la palabra al pie de la letra, lanzándole un gancho con su brazo derecho, pero Gabriel era hábil en el arte de la defensa, sujeto el brazo de Liam para luego levantarlo con su propio cuerpo lanzándolo de espalda.
El cuerpo de Liam golpeaba con fuerza el piso, un golpe seco que le estremeció levantando el polvo del piso.
–Te dije que sería una pelea verdadera– dijo Gabriel tomando posición de defensa.
Liam sacudió la cabeza era un ingenuo confiando que aquello sería una pelea justa no del todo, se levantó un poco aturdido.
–Si así lo quieres, que sea una pelea de verdad–
Liam tomaba una posición de ataque, prefería mil veces ser el que da el primer golpe a recibirlos y que ese primer golpe fuese el último.
La pelea aumentaba de tono, mientras los golpes y las patadas volaban en coordinación a sus respectivos estilos de ataque, ninguno daba tregua para que el otro pudiera tomar una bocanada de aire.
–Eres muy lento– espeto Gabriel –sé defenderme de ti porque puedo predecir hacia donde van tus puños, tus contrincantes no se dan cuenta por qué ya están en el piso suplicando que los sueltes–