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Danna, Kerrie y Ana habían recorrido todo lugar posible, escuchando a su paso la música de todo género y mirando la variedad de gente que había asistido, Ana había encontrado unos minutos después a su alma gemela que había llegado antes que ella, Kerrie no se preocupó mucho, le había dicho a su alma gemela vendría y que si tenían la suerte de encontrarse que la pasarían juntos mientras tanto Danna se perdía admirando todo el lugar.

‘¿Estás aquí?’ se preguntó varias veces, en algunas ocasiones se pellizcaba un poco el brazo tratando de ver si alguien expresaba algún dolor repentino cosa que no paso con nadie.

Fue así que las horas pasaron, cerca de las 9 de la noche el evento principal comenzaba, de la tarima central se extendían poleas y maquinaria que se abría poco a poco como si de alas de una mariposa se tratasen abarcando varios metros, al final se desplegó toda una tarima con cortinas color crema con pliegues en forma de cascada, en su centro se levantaban varios puestos donde el DJ principal ocupaba el centro del mismo.

La música se detuvo de golpe a continuación las luces se apagaron todo era oscuridad absoluta, Kerrie abrazo al novio de Ana por instinto, mientras Ana tiraba de él tratando de alejarla.

Las luces estereoscópicas centellaron del centro de la tarima extendiéndose a lo largo de aquella cascada en varias ocasiones dando el aspecto del volado de una falda ondeada por el viento después de otro centelleo tomaron forma de largas alas que flotaban con el aire producido por los ventiladores debajo de ellas, la tarima se llenó de varios instrumentos, una orquesta musical a cada lado de la zona central, varios bailarines vestidos de ropa vistosa y colorida formaban una fila en la parte delantera.

Las luces nacían del centro expandiéndose como ondas a cada extremo, el sonido de unos latidos aumentaban de intensidad poco a poco tomando fuerza mezclándose con la orquesta, los violines sonaban efímeros, las trompetas y al final el tambor daban inicio al espectáculo principal, el sonido de varios latidos empezaban agudizar en torno a la música que se complementaba a la perfección mientras la orquesta aumentaban en fuerza y ritmo hasta que el latido principal se detenía con un agudo pitido el mismo de una máquina de signos vitales. Acto seguido se desplegó una ola de fuegos artificiales en un espectáculo sin igual.

Danna tenía el corazón a mil por hora era la primera vez que sentía tanta emoción de bailar, de sentirse libre de mover su cuerpo y dejarse llevar por la adrenalina de la aventura que acababa de comenzar.