Cuando te acuerdes de mí

DIVAGANDO

—Gracias por dejarme quedar a dormir, así será más fácil si nos vamos al campamento juntas, — me dice Geraldine mientras preparo la cena en la gran cocina de la casa Rockenford, de repente una sonrisa aparece en su cara. — ¿Y entonces? ¿Ya te dijo que dejará a la bruja por ti?

—No, no sé cómo sentirme después de lo que me dijo… sé que me vas a regañar pero es que no sé cómo reaccionar Geral. — le digo sin mirarla y entonces ella se para de la periquera y camina decidida a mi lado mientras pico los vegetales.

— ¿Pues qué fue lo que te dijo para que tengas esa cara? — pregunta buscando mi mirada, ella siempre cree que puede descifrar a las personas así, pero cuando se da cuenta que me cuesta decirle las cosas se endereza. —Oye Lina, yo me preocupo por ti, Pancho es un gran amigo mío desde hace años, pero tú y yo somos chicas, yo no tengo hermanos y tú tampoco, mi familia ya no está y la tuya tampoco, perdón si a veces parezco madre sobreprotectora pero… vamos que conozco a los hombres cuando solo quieren una cosa.— me hace reír con su comentario, ella tambien ríe unos segundos y regresa su seriedad comprensiva, admito que ella es la única con la que he compartido mi vida últimamente, mi única amiga… así que … ¿mi mejor amiga? — ¿Sabes que puedes confiar en mi verdad? Soy una tumba. — ella apaga el fuego de la estufa y tomándome de la mano me jala hasta el sofá más cercano, se sienta a mi lado y espera a que yo reaccione.

—Él me confirmó que sí se va a casar…

—Ese hijo de perra… ¡no! ¡Perdón, perdón Dios! Su madre es una mujer increíble, ¿y solo a eso te llevó al bosque? ¿A romperte el corazón?

—No, primero prometió que no volvería a besarme de nuevo, los dos acordamos ser solo amigos, yo le ayudaría a ya sabes… contarle cosas de su niñez, íbamos muy bien, después seguimos hablando de eso… y… me volvió a besar. — le digo bajando los hombros y ella me mira justo como una madre enojada.

— ¡Lina!

—Ya sé, ya sé… estuvo mal… soy una tonta terca que no sabe resistirse al hombre que ama, después nos separamos y me compró con una versión de sus hechos.

— ¿Cómo? ¿Qué te dijo?

—Me dijo que él tenía que hacerse cargo de las empresas de su abuelo y que sabía que casándose con Zoe su padre lo ayudaría con los proyectos de dichas empresas, sin mencionar que si no acepta atenderlas despedirán a cientos y miles de personas.

—Y supongo que con eso te dejó claro que no podría estar contigo jamás ¿no?

—Sí, pero no solo eso… me dijo que él sentía cosas fuertes por mí, me dio a entender que él me amaba Geral, ¿y sabes que me propuso?

— ¿Qué?

—Ser algo así como… su amante antes de su boda.

— ¡Mierda! ¡Es que no puedo creer que Pancho te proponga algo así! ¿Y qué le dijiste?— me pregunta y ella misma niega al verme triste. —Le dijiste que si… ¿verdad? — me vuelve a preguntar pero esta vez me intenta comprender.

—por años soñé con encontrarlo y fabricaba ideas sobre nuestra relación, sobre vernos felices, pero ahora está a punto de casarse con ella… y creo que al aceptar su propuesta fue porque quería una probadita de lo que hubiera querido para mi vida con él, ¿Geral, Pancho es un hombre malo?

—mierda Lina…— me dice con ojos húmedos y me jala para abrazarme, así me mantiene. —No… Pancho no es malo, pero si es un idiota, escúchame… — se endereza y me mira. — No negaré que tal vez seas muy importante para él Lina, pero cuando una persona te ama sin prejuicios se queda contigo a pesar de las adversidades, aun que miles pierdan su trabajo, aunque se pierdan miles de empresas, si él te amara te escogería a ti sin pensarlo sobre todas las cosas, yo creo que una parte de él si te ama, pero esa parte es el niño que dejaste, él ahora esta confuso, ve su vida profesional acabada… por ya sabes, tendrá que dejar la universidad, nos dejará y cumplirá para salvar a esas personas de perder su trabajo, pero tambien sé que si quisiera quedarse buscaría la forma, hay muchas y él no lo quiere ver, yo sé por Alberto que él se siente comprometido por su abuelo, lo amaba y dejar sus empresas es como no aceptar por lo mucho que él luchó. Pero sabes… estoy segura de que si Pancho te recordara ahora definitivamente te elegiría a ti, lo difícil está en hacer que te recuerde a una semana y media antes de su boda.

— ¿Entonces estuvo mal lo que hice?

—Pues… todos tenemos libre albedrío, puedes hacer lo que quieras, pero debes tener en cuenta que al final él se casará y ella tendrá el final feliz mientras tú te habrás encariñado más de él.— levanto la mirada y acepto que tiene razón.




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