Narrador en primera persona
Laboratorios en Cruel
No me gustaba hacer turnos en la enfermería, odiaba el tema a pesar de que mis conocimientos eran elogiables por el departamento. Aún así de vez en cuando me ofrecía como voluntaria. Siempre pedía el mismo turno, el turno dónde sabía que estaría él, dónde estaría designado Newt.
Eran una de las pocas decisiones a las que podía apelar, para mentirme a mi misma. Aquella falacia me sugería que podía tener un poco de control sobre mi, siempre eh sido una idiota para mentirme, pues sabía que aquello no era ni remotame cierto, en fin, aun así me hacia mucha ilucion, pues aquellos efimeros treinta minutos dentro de cuatro malditas horas valían siempre la pena.
Siempre sonreíamos, aún que no debería ser así lo hacíamos, jugábamos con absurdas historias y mentiras soñadoras, que realmente se sentía bien, era como por un momento volar lejos de ahí, como si de repente el mundo se volviera normal para nosotros.
Juro que era lo más humano que aún podría existir en esta etéreo mundo, pero hoy me había quebrado un poco más, un fragmento de mí se había roto jurando jamás volverse a restaurar.
La pelea con mi hermano me había dolido y aún más me dolía que tuviera razón, pero era egoísta, muy egoísta, por eso me negaba a dejar de ayudar a ese impoluto lugar, si así mantenía a raya la constante amenaza de perderlo.
- ¿Puedo entrar? - El golpeteo en la puerta me distrajo de mi ensimismamiento.
Con un movimiento de cabeza, asentí y le señale que tomara asiento sobre la mesa de exploración. Newt obedeció.
-Me dijieron que estarías ayudando aquí hoy - Su voz resonó jocosa a mis espaldas - Esperaba que fuera mentira.
- ¿Si? Entonces llamaré a Frank, para que te atienda. - Bromeé, después de algún tiempo bajo la sombra de CRUEL mi cordura se inclino a expresar mis más tortuosos sentimientos en forma ilarante - Hoy tocan inyecciones y realmente odio aplicarlas.
Camine hacia la angosta puerta blanca dispuesta a atravesarla, parecía ser parte de mi broma, pero en realidad no era así, mi sonrisa estaba a juego con mis palabras, aún que mi interior se desgarraba con aquella suplica que reclamaba por soledad.
Quería estar sola, sola lejos de las personas a las que día con día les hacia daño, lejos de las personas a las que había sentenciado a olvidar su pasado, para crear un crudo futuro.
- ¡Frank! - Se exaltó al instante. El susodicho era el peor ayudante en la unidad médica, el único motivo por el que se le tenía ahí radicaba en su fuerza. Así que siguiéndome la broma, bajo del banquillo y corrió hasta mi, rodeandome por encima de los hombros con sus brazos. - Creo que preferiré hoy las inyecciones que me dejarán moretones a las que me dejarán sin brazos...
Y estoy segura qué su risa iba a comenzar a inundar el ambiente de, no ser por el hecho de que lo noto. Noto como mi cuerpo temblaba en impotencia, tras la máscara de un bufón.
- Lo viste ¿No? - Su pregunta era más una afirmación. Me conocía y me conocía ya muy bien.
Sabía que mi hermano no me quería, solo podía sentir odio por mi y por ello desde hacía años me evitaba. La mayoría me evitaba de hecho, por ayudar a los ideales de la organización, pero Newt no lo hacía, su comprensión era lo único que me mantenía en una relativa cordura, pues aseguraba que si hubiera podido el abría hecho lo mismo por su hermana.
- Si - Musite derritiendo mi sonrisa, revelando la triste expresión que ahogaba bajo está.
Con cautela sin dejar de abrazarme dió un par de pasos atrás, cerró la puerta frente a nosotros y me dirigió al banquillo metálico que se encontraba frente a la mesa de el mismo material.
- Soy un asco. - Declare.
- No lo eres - Me abrazo por la espalda.
- Claro que lo soy. Soy igual a ellos.
- No. No eres como ellos.
- Ja' como estás tan seguro.
- De lo contrario no sería tu amigo.
- Pruuu... - No pude soportarlo y estalle en una risa burlona - Que modesto - Ironizé aún con una sonrisa - ¿Esa es tu mejor forma de animar a las personas?
- Dime si no funcionó. - Sonrió orgulloso. Yo tan solo negué con la cabeza.
- Te quiero Newt - Admití, volviendo a centrarme en ese inusual lado serio mio - Me gusta que siempre estás a mi lado, me haces sentir menos mala de lo que soy - "Menos basura" Mire hacia el suelo, completamente cabizbaja - Temo por qué algún día veas la verdad en mi y dejé de ser así.
- No tienes que temer - Su amable voz emanaba detrás de mi mi oído - Yo te entiendo, entiendo lo que haces, eres buena y siempre estaré aquí.
No lo calculé, juro que no lo hize, pero gire para poder verlo y eso verdaderamente, lo recuerdo como un dulce recuerdo amargo, pues pude encontrarme con sus diáfanos miel, brillantes y gentiles. Esos que atan corta distancia me cortaron la respiración e hicieron a mi corazón desbocarse de mi pecho.
- _______ te quie... ro - Su mirada viajaba de mis labios a mis ojos, y la mía reflejaba el mismo acto. Comenzamos a cerrar la distancia entre nosotros y quería besarlo. Lo quería, pues el era el único que traía a mi ese sentimiento cálido.