Los disparos cesaron hace unos minutos, pero no puedo evitar sentir pánico, aunque me mantengo en silencio.
Doy un respiro y localizo el chat de mi madre en el celular. Lentamente empiezo a presionar las letras de la pantalla.
- Te quiero, mamá.
No espero ninguna respuesta y solo bloqueo mi celular, trago saliva y respiro profundo, pero lento evitando hacer algún ruido. El cubículo del baño se siente cada vez más pequeño.
Luego de un par de minutos que parecieron horas, la puerta principal del baño se abre y escucho unos pasos pesados, pero decididos entrar al baño. Una por una tira las puertas de los cubículos sin importarle si alguien dentro o no.
Mi corazón late demasiado rápido, tanto que siento que saldrá por mi boca en cualquier instante. Acaba de aporrar la puerta del cubículo de a lado y puedo sentir que está delante de la puerta de donde me encuentro yo, así que solo sostengo con fuerza mi celular mientras aprieto los ojos intentado no ver y escucho el sonido seco que genera la puerta al estrellarse contra la pared de la cabina.