Cuentos

Nariz redonda

 

Todas las mañanas se encontraban dos cerditos al pie de un guayabo. Uno era pinto, a quién su amo le llamaba cariñosamente: “Nariz redonda”.

El otro cerdito no tenía pelo alguno en todo el cuerpo, y su amo le llamaba con enojo “Cerdo pelón”.

En una ocasión cuando estaban platicando, el “Cerdo pelón” dijo:

-Veo que nuestro amo me mal mira, y siento que me llama con enojo; en cambio a ti, te quiere más, te llama con cariño, no sé por qué vivimos así.

“Nariz redonda” le contestó:

- ¡No te preocupes compañero! Nuestro amo sí nos quiere, verás que cuando nos guisen y nos coman, hasta los dedos se van a chupar.

Entonces nos dirán si somos de nariz redonda o si estamos pelones, pues nuestra carne habrán de saborearla por igual.

Esto quiere decir que después de muertos, nadie vale más ni menos.

 




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