– Siempre nubla mis sentidos escuchar su historia chicas, sin ánimos de ofender – dijo Tento con el tono sarcástico que caracterizaba su locución – espero que nuestro invitado haya disfrutado tanto como yo
– Estamos para amenizar tu noche querido, es un verdadero placer. Siéntete como en casa – estaba hablando conmigo, pero mi mente había dejado de procesar las oraciones, no escuchaba más que palabras al azar
– Tengo una pregunta para ti Lucy – intervino Tento – ¿Cómo te las arreglaste para llegar a la Laguna siendo una chica ciega?
– Fue sencillo. Jake, el mejor amigo de Christine, fue de mucha ayuda – las risas inundaron mi auto, el volumen de la radio se aumentaba cada vez más. Un grito de desesperación salió de mi garganta y el estruendo se acalló. Me detuve de golpe justo antes de estrellarme contra un árbol, y los seguros de las puertas que se habían trabado abajo, subieron sin hacer ningún intento. Había tratado de detener el auto y salir corriendo desde que comenzó el relato, pero los frenos habían dejado de funcionar. Poco a poco me quité el cinturón y abrí la puerta, estaba temblando del miedo, y ahora me encontraba varado en medio de la oscuridad y el frío del maldito lugar.
Caminé unos cuantos pasos hasta un pequeño faro encendido, alumbraba tenuemente el banco de una plaza abandonada junto a un viejo tocadiscos, una estatua apunto de ser tragada por el monte era la atracción principal del lugar. Entendí que no podría escapar del juego, así que en contra de mi voluntad, hice lo que ellos querían que hiciera, y me senté en el helado banco a esperar las voces del tocadiscos que no tardaron en hacerse presentes
– Me alegra que hayas aprendido a controlar tus nervios amiguito – se burló de mí – has llegado al lugar de nuestra siguiente historia. Rosy estaba ansiosa por conocerte
– Así es Tento – dijo una dulce voz femenina – me encanta contar a las personas mi gran historia de amor