Amarillo, marrón, negro. Son los colores que veo sobresalir de ella. ¿Y quién es ella? Pues la más gruñona, la salvaje, llena de exigencias y manipuladora como nadie. Pero eso sí, su mirada es hermosa, mucho más impactante cuando te la encuentras desde un lugar oscuro bajo el sol. Son como dos reflectores que miran tu alma. Luego de conocerla, se vuelve cautivadora. Y de verdad que lo es, pero solo si la conoces. Pues, si te desconoce te gruñe, y… quizás te ataque, depende si está de buenas o de malas. Y su apariencia, volviendo a eso, los colores que te mencioné. La primera impresión es fea, y tomarle fotos es difícil porque siempre luce como un trapo arrimado. Su pelaje es suave, lo mantiene cedeso a punta de revolcones en la tierra caliente de la mañana, pero no el del mediodía, porque ese quema. Se sacude la arena en mi cama, y cepilla con su lengua su suave y abundante pelaje, claro, también sirve de marca, pues no hay ropa que se salve. Me encanta hundir mi nariz en esa bola peluda, pero eso es un secreto que te confieso, por favor, no se lo cuentes a nadie. No reveles que me encanta el pelo de mi gatita, Gutu.
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Editado: 19.01.2024