Cientos de nicoyanos cumplen con la tradición de subir cada tres de mayo a un cerro cercano a la ciudad, donde están tres inmensas cruzes.
El ascenso involucra fe, tradición y costumbres Nicoyanas.
La peregrinación hacia la loma comienza con los primeros rayos del sol y culmina al atardecer con un corto servicio religioso.
Hoy día hay camino y se sube en carro hasta las cruces.
Hace algunos años para subir se utilizaba una trocha o camino hecho de forma manual al cual se le llamaba subir por la panza del cerro.
Se dice que en horas de la tarde tiene que llover al concluir el servicio religioso.
Era una aventura para los jóvenes subir por los estrecjos trillos, rasparse las rodillas, aguantar el calor del día, admirar las más bellas vistas que se observan desde lo alto cerro y luego esperar la tarde a eso de las tres o cuatro de la tarde cuando empieza a llover.
Por supuesto que para los más chicos y los adolecentes era emocionante bajar el cerro bajo la lluvia, correr, rodar bajo en el lodo era toda una aventura bajar entre chistes, golpes y caidas.
Era todo parte del Folklore del momento las costumbres y las leyendas.
La tradición no solo atrae a los lugareños sino también a visitantes de otras provincias hoy en dia nos visitan extranjeros intrigados por las leyendas que rodean a esta celebración religiosa.
En Nicoya se habla de una enorme serpiente que duerme en el lugar y que requiere misas para que permanezca dormida.
Aunque como esa se trata de leyendas pues la verdadera celebración es en torno a la cruz cristiana los nicoyanos no dejan de lado esas historias.
Los abuelos de la ciudad también cuentan que ese cerro esconde un "volcán de agua" al cual hay que visitar cada año para que no "despierte" y ocasione una catástrofe para la población.
Sea como fuere la leyenda de las tres grandes cruces del cerro nicoyano atrae cada año a los peregrinos.
Jóvenes y adultos mayores participan en la caminata, que tiene más de cien años de historia.
Al llegar a la cima, la mayoría aguarda por la misa a fin de pedir por el bienestar de la ciudad.
El Sacerdote, luego de leer los evangelios y dar un corto sermón, se dirige a los presentes para bendecir el lugar... "por si acaso".
Este es un lugar rico en mitos y leyendas que se remontan a la era prehispánica de la conquista y la colonia Española.
Una de estas leyendas dice que en la época colonial, el la punta de ese cerro había una laguna donde habitaba una enorme serpiente.
Los enormes y violentos movimientos provocaban grandes terremotos que sacudían a la región y por tal razón existen tres grandes cruces en lo alto de cumbre.
Donde cada tres de mayo el sacerdote y los vecinos de la comunidad deben subir para al cerro para bendecirlo.
Para que la serpiente que duerme presa en su interior no escape y destruya la ciudad.
Algo que hace más difícil y peligrosa la peregrinación es la cantidad de nidos de serpientes venenosas que se encuentran al lado del camino.
Otras leyendas narran que la quebrada que mana del cerro y los bosques aledaños se encuentran encantados.
En ellos se pueden encontrar guacales llenos de plata, cacao o carne.
En el cerro existe una puerta que lleva a un sitio donde pueden encontrarse tesoros.
De vez en cuando se puede escuchar el rugido de un león o silbido de la serpiente que emanan de lo alto del cerro.
Entre la espesura de los árboles vagan los espíritus de los difuntos o que se encuentra habitado por hechiceros nahuales ( indijenas locales ) que podian convertirse en animales.
Los Caballeros del Santo Sepulcro de la ciudad colonial son un grupo de caballeros organizados de forma voluntaria. Este grupo pertenece a los diferentes grupos de voluntariado de la iglesia.
Estos varones han tomado la iniciativa de la colocación de una imagen del Cristo Redentor en el famoso Cerro de Las Cruces. Similar al que se encuentra en Brasil.
Sin embargo, en Nicoya será conocido como: El Cristo de la Gran Nicoya, quién protegerá a todo el pueblo.
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Editado: 09.05.2023