5005 palabras
Lucy me despierta mojando mi rostro; a pesar de la situación, sigo teniendo el sueño pesado, así que ella encontró esa solución a mi falta de empatía con sus esfuerzos.
Lucy respira profundo y se detiene inmediatamente, pero siento que su mirada sigue sobre mí, un poco enojada, como si estuviera a punto de regañarme, pero solo la escucho suspirar, supongo que se ha dado por vencida.
Veo a Lucy a los ojos y muerdo mis labios, tiene razón.
Ella suspira y, sin previo aviso, alza su mano como si fuera a golpearme; yo cierro los ojos y espero el impacto de la palma de su mano contra mi rostro, pero un sonido hace que mi miedo desaparezca.
Lucy contiene la respiración, al igual que sus ganas de desperezarme de una bofetada; en cambio, respira profundo y arregla su atuendo.
Abigail aclara su garganta fuertemente llamando la atención de Lucy, tal vez solo quería recordarle algo. Lucy cambia su mirada de lugar, suspira y luego vuelve a observarme.
Ella siempre se ha preocupado por mí desde que me ayudo a escapar de una muerte segura, pareciera que siente la obligación de cuidarme, aunque tenga casi la misma edad que ella. Lucy sale de la habitación llevándose a Abigail con ella, su hermana menor. Me levanto de golpe y cambio mi polo, me pongo los pantalones más cómodos que tengo y tomo mi mochila. Salgo de mi habitación y veo a Ángelo jugando con un cuchillo, los grabados del mango blanco que tiene llaman mi atención; lo lleva de arriba abajo y, eventualmente, lo clava en la mesa de madera para luego retirarlo con fuerza y volver a empezar su jugueteo; lo saludo con la mirada, intentando no interferir en su actividad, pero parece ignorarme; de todas formas, no me he llevado bien con él desde que se unió a nosotros. Danna me saluda enérgicamente moviendo su brazo de lado a lado, obligándome a detenerme por un momento.
Ella ríe incómodamente, observa hacia el techo y luego vuelve a centrar su mirada en mí; yo empiezo a impacientarme, pues me mata la curiosidad de saber qué es lo que Lucy quiere mostrarme.
Río al recordar cómo fue que la conseguimos.
Sé a dónde va esto, pero no quiero perder más tiempo, solo quiero saber qué es lo que Lucy me quiere mostrar porque… bueno, curiosidad.
La mirada de Danna ha cambiado, toda la energía que había en ella parece haber desaparecido de repente, pero, después de un momento, sonríe otra vez mientras me observa a los ojos, aunque no se ve del todo feliz.
Sonrío intentando animar a Danna y continúo mi camino hacia la habitación de Lucy, ingreso sin llamar a la puerta y la veo sentada en su cama, nerviosa, un poco tensa. Me acerco a ella intentando no hacer mucho ruido, pero ya sabe que estoy ahí.
Sonrío un poco avergonzado.
Obedezco sin perderla de vista. Ella hace contacto visual conmigo, traga saliva y toma aire. Parece estar decidida.
Lucy se apresura en hablar, se traba un poco y pareciera que actúa más rápido de lo que piensa.
Sonrío y poso mi mano en el hombro de Lucy. Ella se queda callada y se sonroja.
Sonrío una vez más intentando llenarla de confianza. Parece funcionar, pues ella suspira para calmarse.
Me sorprendo, pero sonrío.
Lucy sonríe y me abraza, yo la correspondo. Luego de soltarnos, ella me guiña un ojo.
Río.
Ella me observa a los ojos.
Lucy sonríe y suspira antes de volver a decirme algo.
Sonrío y asiento con la cabeza.
Ella me hace una señal para que abandone su habitación, así que la obedezco. Una vez en la sala, suspiro y veo como Casandra termina de arreglarse, aclara su garganta y mueve su cabeza para estirar su cuello. Me acerco a ella para preguntarle exactamente cuál es el plan, pero pareciera que lee mis intenciones.