Me encanta que duermas en mis brazos, así puedo acariciarte y jugar con tu cabello.
Te beso mientras duermes y tus labios siguen suaves.
Descansas como nunca lo has hecho y me alegra que sea en mis brazos.
Te sostengo cada vez más fuerte, así como te gusta.
Siento tu piel helada, te abrigo, te doy un beso y te dejo descansar.
Las horas pasaron y seguías acostada plácidamente como te dejé.
Te volví a besar pero tus labios estaban morados, tu piel blanca y fría.
Disculpa que aún te trate como si estuvieras viva. Déjame disfrutar estos últimos momentos
junto a tu cuerpo dormido.
Siempre me gustó mirarte mientras dormías y ahora quiero acompañarte en tu descanso.
Que tu alma baje y me abrace mientras te acompaño en tu eterno descanso. Y cuando muera,
mi alma vendrá a abrazar la tuya que cuida mi cuerpo y que al mismo tiempo está cuidando al
tuyo.