Leopoldo rodas. Un hombre de provincia, como se describe el mismo ante familiares y amigos que son pocos en realidad.
Vive humildemente. Solo. en una pequeña choza que el mismo construyo, con sus manos toscas y resecas del duro trabajo provincial. Comiendo lo que caza, y bebiendo el agua del pequeño riachuelo que esta en la montaña.
Una mañana como cualquier otra, en esta provincia de colores.
se levanto de su cambuche luego de dormir. lavo su cara un poco con agua de la totuma, y emprendio viaje al riachuelo como todos los dias.
despues de media hora de camino leopoldo escucho dos disparos de escopeta, tal fue el estruendo que penso que estaba herido, los disparos provenian por los lados del riachuelo.
-- ¡carajo! y que fue?--
¡Dice leopoldo! y camina mas rapido.
Luego de llegar alli, leopoldo escucha el chillido de algo entre arboles y hojas secas que crujen con el movimiento.
cruza el riachuelo y comienza a buscar, y sí señor, detras de un arbol de caucho, tremenda sorpresa se lleva, es una majestuosa aguila de cabeza blanca, pico negro y el resto de su cuerpo con plumas negras brillantes, garras grandes y filosas como pa levantar un borrego.
-- Dios santo. ¡Esta herida!
El ave trata de esconderse para no ser vista.
Leopoldo se acerca despacio y el aguila trata de huir pero sus heridas no la dejan, y cae en chillidos.
El hombre comienza a hablarle y saca de su mochila una totuma con agua y comienza a lavar la herida del aguila, envuelbe la misma en el pañuelo rojo de su pantalon y la lleva a su choza.
despues de unos dias de cuidados y gran compañia, el aguila esta ya recuperada, leopoldo la saca afuera como todos los dias, esta abre sus alas de dos metros y comienza a aletear, despues de algunos intentos sale volando hasta perderse en el horizonte.
.-- ¡vuela, mi polluelo vuela!. tu casa es el cielo no aca--.
Dice leopoldo con un poco de tristeza en su voz.
Luego a la mañana siguiente como todos los dias, leopoldo se levanta, lava su cara y sale afuera donde encuentra el aguila encima del sillon de madera agitando sus alas, con dos peces todavia vivos en su pico.
los coloca en el sillon y sale volando.
Leopoldo al ver esto queda boquiabierto y perplejo. coje los pescados todavia corcobeando y los mete dentro el rancho.
Cada mañana a la misma hora el aguila lleva peces a leopoldo.
su amigo!
y leopoldo alegre todos los dias madruga a recibir su amigo polluelo y sus regalos.