No sabía dónde me encontraba, simplemente aparecí aquí, en este extraño y largo pasillo, iluminado por luces intermitentes. Cuyas paredes deterioradas estaban cubiertas por una sustancia verde parecida al moho, y manchadas con algo de un color entre rojo demasiado oscuro y marrón.
Extrañamente no me sentía asustado, o perturbado por encontrarme en aquel extraño lugar. En cambio me sentía indiferente, como si ya hubiera visto y estado en aquella situación. Tal vez el hecho de que supiera que solo era una simple pesadilla (porque lo era) ayudaba a que no me perturbara.
Decidí avanzar por ese largo pasillo sin ventanas, sorprendiendome por lo largo que era, parecía no tener final.
De vez en cuando me encontraba con una silla rota, vidrios rotos o lo que parecía el marco de un cuadro, tirado en el suelo. Caminé y caminé, pero el pasillo no parecía tener fin.
Miré hacia atrás y lo que al principio creí que era una pared negra, resultó ser oscuridad, el pasillo se había quedado en penumbras a mi espalda.
La negrura era tan densa que parecía palpable. Me acerqué un poco, pero algo me repelía. Por alguna razón, sentía que esa oscuridad respiraba y me miraba fijamente, o tal vez algo en su interior lo hacía.
Seguí avanzando, pero está vez podía sentir la oscuridad a mi espalda. Cada paso que daba, ella lo daba también, tragándose todo en su camino.
Sin duda alguna, el pasillo era eterno. Por mucho que caminara, no tenía fin, y no solo eso. No parecía tener cambio alguno a medida que avanzaba, siempre era igual. Mismas luces, mismas manchas, misma sensación de estar atrapado.
Caminé más rápido, tratando de no desesperarme. Debía encontar la salida y despertar de este sueño extraño. Una muñeca llamó mi atención ¡Había algo diferente! Eso sólo significaba que estaba avanzando.
No me moleste en recoger la muñeca, simplemente dejé que la oscuridad a mi espalda (porque sabía que seguía ahí) se adueñara de ella y se la tragara. De todas maneras, no sabía si tenía algún significado encontrar esa muñeca ahí.
Pero pronto lo sabría, porque finalmente encontré una ventana.
Continuara...