Capítulo 6

—Susi, yo te adoro-amo demasiado, pero ahora mismo me gustaría golpearte—Digo acercándome hacía ella.

—Hanna no tenemos 5 años, además sólo será una noche— Mira a Harry intentando que también diga algo, pero él sólo se quedó mirando a la nada. No sé si me debo sentir mal al respecto.

—No es mi casa, si el me deja ir , bien—digo ahora cruzando mis brazos y observándolo de reojo. Cuando lo conocí era una persona fría, pero en su interior era tímido. Por lo que estoy segura que no va acept-

—Bien—Dice rápidamente interrumpiendo mis pensamientos.

—¿Bien?— Acaso enloqueció, en que parte no entendió lo de "Ex", al parecer tendré que explicárselo con plastilina. Ruedo mis ojos y lo miró fijamente.

El sonido del celular de Susi interrumpe nuestras miradas

—Si, si. Ya voy, no me apures o no habrá postre—Dice Susi agarrando su bolso. Cuelga y nos observa

—Mm, me tengo que ir, mira nada más como estoy— Dice quitando un rulo de su cabello. Una pequeña risa se escapa de mis labios y la mirada asesina aparece. Si hay algo con lo que no se deben meter, es con su belleza.  La acompaño a la puerta y antes de cerrala grita—No olviden la prote—Cierro la puerta rápidamente y si no me viera al espejo pensaría que tengo las mejillas teñidas de rojo.

—Bien, vamos— Dice Harry mirando la hora en su reloj. Me resigno de contestarle mal y hablarle mal así que solamente lo sigo. En la recepción me dicen que mantendrán vigilado todo el tiempo.

(...)

Llegamos a su apartamento, es grande y cómodo. Mientras pasamos por un gran estante  puedo apreciar varios instrumentos musicales. A veces olvido que él era profesor de música. Ahora no tengo la menor idea a lo que se dedica. Miro de reojo un violín y me quedo estática.

—Nna...

Mis manos comienzan a temblar e intento voltear la mirada pero no puedo

—Hanna

Escucho la voz de Harry en mi oído y salgo de aquél trance

—¿Estás bien?— me pregunta preocupado.

—¿Qué si estoy bien? Pff, no hay porqué preocuparse, estoy perfectamente bien— digo con una gran sonrisa. Si hay algo en lo que me va pésimo es en disimular. Alguien me puede decir que mire disimuladamente y termino girando mi cabeza como el exorcista. Simple.

—¿Tienes hambre?— le pregunto para cambiar de tema. Pero ahora parece que fuera mi casa. Hay que respirar profundamente y calmarse, sólo piensa que estás en una casa normal...Con tu sexy ex. Vale, eso no funciona.

Abre la nevera y observo que sólo tiene leche, champiñones y más champiñones. ¿Qué demonios? ¿piensa hacer dieta? ¡Pero si tiene el cuerpo de los dioses! Calma Hanna, calma.

Si hay algo que más odio son esos hongos, saben asqueroso, puede que a muchos les guste por las vitaminas o lo que sea, pero no  a mi, no hay nada más delicioso que el tocino.

Miro el montón de hongos y luego miro a Harry con una expresión de horror, él sabe que no me gustan ya que casi vómito aquella vez que comí pizza con él y era de champiñones. Es como una señal indirecta de que me vaya.

Cierra la nevera, agarra un papelito que no alcanzó a ver y me lo entrega, al observarlo mi rostro se ilumina

"D*omino's Pizza"

—Pide lo que quieras, yo pago— Dice ahora entregándome el teléfono.

¿Oyeron eso? Esa son grandes y sabías palabras.

—Gracias—digo con media sonrisa.

Pido la pizza con muuucho queso y muuuucho tosino y me siento en el comedor con él. Él ambiente está del asco, tanto que se puede cortar con un cuchillo. Sacó mi celular para entretenerme y por algunos minutos me olvido de la situación mientras juego Cand* Crus* . Alzó la mirada y lo veo observandome, no precisamente a mi cara, bajo la mirada y se dirige a mi pecho.

—¡Maldito pervertido!— digo indignada por la situación. Él me mira confundido y luego de unos segundos comprende la situación.

—Oh, no...Sólo veía que ya no tienes...Él collar— Dice en voz baja pero audible

Collar...ah. Ese collar.
 

*Flashback*

Miro a través de la ventana y observo hacía los árboles; una pequeña mancha se ve a lo lejos encima de uno de ellos. Luego alcanzo apreciar mejor que es un pequeño gato, ya falta poco para salir a descanso por lo que recojo mis cosas y suena la campana. Salto de mi asiento rápidamente y al dar un paso caigo de bruces al suelo, un dolor en mi estómago se expande de repente y gimoteo de dolor.

Veo el rostro más odiado por todos en toda la preparatoria. Marla, se hace la inocente con los profesores, pero termina siendo una maldita con todos los débiles y en esa entró yo. Me siento en el suelo y agarró mi estómago, caí sin apoyarme con los brazos por lo que todo mi peso lo recibió mi estómago. Duele.

—¿A dónde vas, Hannanie?— Dice con una sonrisa en su rostro y su cara con kilos de maquillaje, ya hasta parece una matryoshka. Ella sabe que odio que me digan así, después de todo, no sé cómo se expandieron los rumores de Hannie.

—A donde no te incumbe— digo sarcástica y tratando de apoyarme en el pupitre, ya todos los estudiantes salieron a descanso incluido el profesor, por lo que estábamos solas las dos.

—Mira, no deberías estar aquí, hueles a huérfana—Dice ahora cruzando sus brazos y sacando el antebrazo. Nunca pensé que vería esa pose además que en las películas.

—Mira ¿Sabes qué? Me han dicho cosas peores y mejores personas que tú— Agarro mis cosas del suelo, ya que se desparramaron por todo el suelo, me levanto y la observo abriendo su boca varias veces como un pez fuera del agua, toco mi estómago y salgo al patio donde vi aquel gato.

Llego al arbol y dejo mi mochila en el suelo, el gato era pequeño por lo que nadie lo podía escuchar a no ser que se acercaran y el árbol quedaba detrás de la cancha por lo que yo lo vi desde la ventana del 3 piso. Intento escalar el árbol varias veces pero son fallidas, son los zapatos que me hacen resbalar. Me los quito y ahora tengo más agarre, subo a una rama debajo del gato y lo tomo con mis manos, lo acaricio e intento bajar, a poco o más de un metro mi suéter se enreda en una pequeña rama. Hoy no es mi día.