Ya era muy tarde cuando llegaron Azalea y su madre de nuevo a la mansión, era casi la hora de la fiesta pero ellas ya iban arregladas, sólo se ponían los disfraces y ¡listo! Pero no fue nada agradable ver a _________ sonriente como nunca y preparándose para ir también.
¿Qué crees que haces niña? – Le preguntó la señora Castillo muy enojada al ver a ____________ correr con su rostro húmedo que sólo la embellecía mucho más –
¡Buenas tardes señora! Acabo de darme un baño para arreglarme y poder ir a la fiesta…
¡Qué ya terminaste todos tus deberes! – Exclamó muy admirada la señora con gesto de descontento –
¡Sí! y ahora me preparo para…
¡Mamá! Se suponía que no terminaría a tiempo – Gritó Azalea completamente alocada, en eso su madre le cerró la boca con una mirada que destilaba veneno –
¡____________! ¿Has terminado todo lo de la lista? – Preguntó volteándose de nuevo a verla –
¡Sí señora! – Respondió algo nerviosa al ver la reacción que tenía –
¿Y tienes algo que ponerte? – Volvió a preguntar mirándola como siempre lo hacía… ¡Con desprecio! –
¡Sí! Gaby me trajo un hermoso vestido de princesa que…
¿Qué dices? ¡Será el mismo vestido que le he pedido a mi prima y no me lo había querido dar! – Gritó Azalea dejando ver su alto egoísmo –
¡Hija! Quizá no sea ese…
¡No! Ese debe ser… ¿Por qué se lo da a ella? ¡Su prima soy yo! – Alzaba la voz cada vez más en un berrinche inapropiado para su edad –
¡Cálmate Azalea!...
¡No mamá! Debo ver ese vestido – Dijo saliendo de la casa y pasando por el jardín como un rayo entró en la habitación de ____________ dejando ver rabia cuando comprobó que sí se trataba del mismo vestido –
¡Azalea! – Gritaba detrás de ella su madre y ___________ también, ya se había asustado, nunca había visto un ataque de celos y egoísmo de ese nivel en Azalea –
¡Es el mismo! ¿Por qué a ella sí se lo da? ¿Por qué? ¡No te pondrás este vestido! – Gritaba como loca y tomando el vestido en sus manos lo comenzó a desgarrar como podía –
¡No! Por favor no, señorita Azalea no lo arruine ¡No! ¡No! – Lloraba _____________ tratando de quitárselo pero era inútil, ella parecía fiera que cae encima de su presa y no la soltará hasta que la mate –
¿Qué pasa aquí? – Preguntó la mamá de ____________ entrando en la habitación ya que los gritos se escuchaban por todas partes de la mansión –
¡Mamá! – Logró decir nada más, ______________ estaba que se ahogaba en llanto, ¿Por qué hacía eso? ¿Por qué destruía así sus sueños? –
¡No te atrevas a ir a esa fiesta! ¡Eres una sirvienta! No te debieron invitar en primer lugar pero Gianluca te tuvo lástima y por eso lo hizo, pero descuida, yo te disculpo con él – Le dijo cínicamente saliendo del cuarto de _____________ y su madre la siguió con rostro de satisfacción, ¿Cómo no decirle que lo que había hecho estaba mal? ¡Merecía un castigo! Pero entre brujas se apoyan –
¡No llores hija! ¡Por favor! No llores – Decía la señora María abrazando a su hija que estaba en el piso abrazando lo que quedaba de su precioso vestido, sus lágrimas caían como gotas de lluvia sobre esa tela tan suave que aún parecía un pedacito de nube en sus temblorosas manos –
¡No mamá! No, esto no es justo… ella nunca quiso que fuera a esa fiesta, ¡Nunca! Yo no merezco ir… la señorita tiene razón, el joven Gianluca me invitó sólo por lástima, fue su buena acción del día y nada más… nada más… mamá – Lloraba amargamente hundiendo su rostro en el pecho de su madre, un pecho cuyo corazón estaba siendo atravesado con una daga al ver el sufrimiento de su inocente hija –
¡No! Eso no lo digas _____________, tú mereces todo, además no creo que el joven Gianluca te haya invitado por lástima, él te invitó porque quiere que vayas a disfrutar de esa fiesta como todos, no digas eso – Pero era inútil, nada de lo que decía parecía ayudar aunque sea un poquito a calmar el llanto de _____________, ya ni lágrimas brotaban por sus ojitos hinchados y enrojecidos de tanto llorar –