Haber ido aquella noche con Nicholas había sido un error. Sí, me
atraía muchísimo, y sí perdía el hilo de mis pensamientos cuando
me tocaba o me besaba pero no me gustaba como era. Nicholas
Leister se movía en un círculo que yo había evitado durante toda mi
vida. Las peleas, las fiestas fuera de control, la droga o el alcohol,
pertenecían a algo de lo que yo no quería formar parte. Aún
intentaba habituarme a mi nueva vida, no hacía ni tres semanas
desde que había llegado y todo había cambiado. Lo de Dan aún me
afectaba y el estar comenzando algún tipo de relación con Nicholas
solo empeoraba las cosas porque yo sabía exactamente lo que
alguien como él quería de alguien como yo... y no iba a dárselo.
Podía ser anticuada o rara o lo que sea pero me gustaban las
cosas a la vieja usanza. Quería que el chico que quisiese estar
conmigo me lo demostrase cada día, me gustaban las frases
cariñosas o los gestos dulces y Nick era lo opuesto a todo ello. No
estaba preparada para que me volviesen a romper el corazón, es
más ya estaba roto, ni siquiera había corazón, solo miles de
cachitos pequeños que intentaba pegar cada día que pasaba.
Por ello me dije a mi misma que iba a tener que intentar tener
una relación normal con Nick. No podíamos estar juntos pero eso no
significaba que tuviésemos que odiarnos. Las peleas con él, los tira
y afloja que nos traíamos desde que nos habíamos conocido eran
agotadores y convivíamos bajo el mismo techo por lo que lo mejor
iba a ser que intentásemos ser amigos, si es que ser amigo de
alguien que te hace que te tiemblen las rodillas es algo posible.
Me quedé junto a la puerta de entrada a la nave esperando que
Lion acabara de pelear. No estaba mirando. Odiaba las
confrontaciones físicas y que la gente disfrutara de ellas, incluso que ganasen dinero apostando contra alguien me parecía de lo más
desagradable y humillante.
Nicholas pasó junto a mi lado sin mirarme y fue a reunirse con
Jenna y sus amigos. Quince minutos más tarde Lion ganó su pelea
aunque a diferencia de Nick que solo había sido golpeado una vez,
este presentaba varios golpes en el pecho y un corte bastante feo
en el ojo izquierdo.
Jenna se tiró a sus brazos cuando Lion apareció junto a ella y le
dio un profundo beso mientras la gente vitoreaba a Lion con
entusiasmo. ¿Eso había querido Nicholas que hiciera? ¿Qué cayera
rendida a sus pies porque era capaz de dejar a un tío inconsciente
en el suelo? Ridículo...
Nick se giró hacia a mí cuando la gente empezó a salir por la
puerta. Menos mal que aquel sitio era bastante grande porque debía
de haber por lo menos unas doscientas personas allí reunidas.
Se acercó hasta que pudo cogerme la mano y hacerme salir. Fue
extraño sentir sus dedos entrelazados con los míos pero su forma
de hacerlo era distante, como si más bien lo hiciera por sentidos
prácticos para que no me perdiera entre la muchedumbre que por
afecto hacia mí.
Cuando estuvimos junto al coche de Lion le observé
detenidamente, aunque él miraba hacia otro lado, hacia Lion y
Jenna que se acercaban con sonrisas radiantes en sus rostros.
Algo había cambiado desde la última conversación. Nicholas
parecía molesto conmigo y parecía querer hacer como si yo no
estuviese allí. Me dolió su actitud pero no podía esperar otra cosa.
Cuando los demás nos alcanzaron nos metimos en el coche y
Jenna propuso ir a tomarnos unas copas a un bar que había por allí.
No sé si se le había olvidado o si es que tenía un carné falso pero
las dos éramos menores de edad, no nos iban a dejar pasar ni
aunque fuésemos vestidas de la forma más sexy del mundo, que no
era el caso, a menos en lo referente a mi ropa.
Cuando llegamos al local que era una especie de discoteca, la
cola de gente llegaba hasta la otra calle. Busque con la mirada a Nicholas que se acercó a mí y me rodeo los hombros con su brazo.
—Tú sonríe y finge que te gusto—me dijo estrechándome contra
su costado. Para quien fuera que nos mirase pareceríamos novios o
lo más parecido a una pareja.
El guardia pareció reconocer a Nick porque solo le hizo falta una
mirada para dejarnos pasar sin siquiera pedirnos el carné. Supuse
que iban mucho a aquel sitio y que se gastaban una buena cantidad
de dinero dentro.
Al entrar me soltó como si mi piel le cámara y se acercó a la
barra. Jenna me sonrió mientras Lion la dejaba junto a mí y se
acercaba a Nick. El local era muy acogedor, con sofás redondos y
muchos reservados.
La música era genial y se escuchaba muy fuerte aunque la pista
de baile estaba en el piso superior. Había poca iluminación y
algunas luces de colores me hicieron pestañear varias veces con
rapidez.
—Sentémonos allí—me dijo Jenna tirando de mí hacia un
reservado con un montón de silloncitos muy acogedores que
quedaban a ras del suelo. Lo hice sintiéndome un poco incomoda.
No sabía que podía esperar de aquella noche pero con lo que ya
había presenciado había tenido como para una semana entera.
Lion regresó un momento después con una cerveza para él y
dos Coca Colas de frambuesa para Jenna y para mí. Me agradó el
detalle y le di un buen trago para poder quitarme ese nudo en el
estómago que comenzaba a formárseme al ver desde mi posición
en el reservado como Nicholas entablaba conversación con dos
chicas que había en la barra.
¿Por qué me molestaba tanto? Sentí un malestar en la boca del
estomago y fulminé mi botella con todas mis fuerzas. A mi lado
Jenna y Lion estaban achuchados como tortolitos mientras yo
simplemente podía ver como el imbécil que empezaba a gustarme
cada día más ligaba con dos tías enfrente de mis ojos después de
haberse enrollado conmigo hacía menos de una hora.