Culpa tuya

Capítulo 6

NICK

Ni de coña. 
Creo que la mirada que le lancé a aquella mujer fue tal que hasta mi 
padre se quedó momentáneamente sin nada que decir. A mi lado Noah 
se había quedado callada tras mirarme unos segundos. 
- ¿Mamá te has vuelto loca?-exclamó con fingida alegría. 
¿Por qué coño fingía? ¿Por qué demonios no estaba diciéndole que ni de 
puta coña iba a irse todo el verano a la otra punta del mundo sin mí? 
-Te estás haciendo mayor, y ya te vas a ir a la universidad...- 
empezó a decir Rafaella sin siquiera mirarme, por eso seguía hablando, 
estaba seguro de que si sus ojos se posaban en mi rostro sus labios 
habrían dejado de moverse inmediatamente, petrificada de terror. -Creo 
que es la última oportunidad que tenemos de hacer algo juntas, y sé que 
seguramente no te haga tanta ilusión como a mí, p-p-ero-Y 
entonces se puso a llorar. 
Me llevé la copa a la boca, intentando controlar mis impulsos asesinos. 
Tenía la mano de Noah tan sujeta por debajo de la mesa que creo que se 
le había dormido, pero o eso, o perdía los papeles y empezaba a soltar 
las mil y una maldiciones que me estaba tragando con todo mi esfuerzo. 
Mi padre me miró un momento de reojo y se llevó la copa a los labios. 
¿Había sido idea suya? ¿Había sido él quien le había metido aquella 
locura de idea a su mujer? 
Pero qué coño me preguntaba, por supuesto que había sido su idea, era 
él el que pagaba el puto viaje. 
Entonces mi última esperanza flaqueó. 
-Claro que quiero ir mamá-dijo Noah a mi lado, y sus palabras fueron 
como una bofetada en toda la cara. 
¿Es que acaso yo no pintaba nada en aquella decisión? ¿Qué coño 
estaba haciendo allí sentado? 
Le solté la mano debajo de la mesa; me estaba cabreando cada vez más; 
o me iba de allí o terminaría por soltar todo lo que estaba pensando, pero entonces comprendí que con irme no solucionaría nada, en otra 
ocasión habría montado una escena, pero ahora eso no me serviría, si 
quería que me tomasen en serio, si quería que nos tomasen en serio 
debía quedarme y presentar mi puta opinión: Que no iban a 
arrebatarme a mi novia durante un mes entero. 
Noah, al ver que le soltaba la mano giró su rostro hacia a mí. La miré 
un segundo y vi que aquello la martirizaba tanto como a mí, bueno algo 
era algo. 
Antes de que Rafaella pudiese decir nada más la interrumpí. 
- ¿No crees que deberías habernos consultado antes de pagar el viaje? 
Creo que había utilizado toda mi fuerza de voluntad para formular 
aquella pregunta en ese tono de voz calmado que acaba de emplear. Si 
de verdad hubiese dicho lo que quería le habría gritado lo siguiente: 
¿Pero qué coño te pasa? Sobre mi puto cadáver te vas a llevar a Noah 
lejos de mí un mes, haber si te enteras de una puñetera vez que estamos 
juntos, que no tenemos quince años y que queremos permanecer 
encerrados en mi apartamento al menos una semana entera para 
simplemente follar y follar hasta que nos quedemos sin fuerzas y 
tengamos que salir a la luz del ¡puto sol! 
Rafaella se giró hacía a mí. Fue en esa mirada cuando comprendí que 
cualquier esperanza de que la madre de Noah me aceptara como su 
novio había desaparecido. No me quería para Noah, y su rostro lo 
dejaba totalmente claro. 
-Nicholas, es mi hija, que apenas acaba de cumplir dieciocho años, es 
aún una niña y quiero pasar con ella un mes de vacaciones ¿tan difícil es 
de entender? 
Antes de que pudiese decir nada, Noah saltó en mi defensa. 
-Mamá, no soy una niña ¿vale?-dijo echándose el pelo hacia atrás. Vale, 
perfecto estaba cabreada, así me gusta, adelante Noah. -No le hables 
así a Nick, es mi novio, tiene todo el derecho a no estar contento con 
este viaje. 
No estar contento se quedaba corto, pero dejé que siguiera hablando. 
Rafaella ahora miraba a su hija, tenía los ojos aún llorosos de haber 
llorado antes, y la cara de martirio que puso me dio ganas de vomitar. 
-Iré al viaje. 
¡¿Qué?!

-Pero este será el último, la próxima vez o vamos todos o no voy-agregó 
ignorando como sus palabras eran procesadas por mi cerebro 
consiguiendo que de pronto lo viera todo rojo. 
Su madre sonrió y sentí tal calor en el cuerpo que me puse de pié. 
Mi padre me miró, advirtiéndome con la mirada. 
-Me largo-dije intentando controlar la voz. Tenía tantas ganas de pegarle 
a alguien que mis manos se habían convertido en puños. Noah se 
levantó a mi lado. No sé si quería que viniese conmigo, estaba tan 
cabreado con ella como con su madre. 
-Nicholas, siéntate-me dijo mi padre mirando alrededor. 
Siempre las putas apariencias, y siempre esa mirada de decepción es su 
rostro. Empecé a caminar hacia la salida, ni siquiera me detuve a 
esperar a Noah, necesitaba salir a que me diera el aire. 
Cuando salí fuera, me fui directamente al coche, dándome cuenta de que 
no tenía ni siquiera las llaves, ese no era mi puto coche. Me giré y apoyé 
mi espalda en la puerta del conductor. Noah estaba caminando hacia 
donde yo estaba. 
Esos tacones que llevaba no la habían dejado seguir mi ritmo. Saqué un 
cigarro del bolsillo y lo encendí, importándome una mierda que le 
molestase que fumase. 
Cuando llegó a mi lado se detuvo, sus mejillas sonrojadas, y sus ojos 
buscando los míos. Fijé mi mirada en la gente que entraba en el 
restaurante. Le di una calada al cigarro y solté el humo, sabiendo que le 
llegaría, y que le molestaría, bien, se lo tenía merecido por querer 
abandonarme durante un puto mes. 
-Nicholas, yo no... 
-Cállate, Noah-la corté. 
Escuché como respiraba hondo y desvíe mi mirada a su rostro. Había 
sido brusco, lo sabía pero no sabía cómo controlar lo que sentía en 
aquel momento. Odiaba no tener ningún tipo de derecho sobre ella, daba 
igual que llevásemos saliendo ocho meses, daba igual que fuese mi 
novia, yo seguía sin decidir absolutamente nada en lo que a ella 
concernía, y era en estos momentos cuando notaba que los cinco años 
que le sacaba parecían ser un abismo entre los dos, porque si se tratara 
de una chica de 23 como yo, no tendríamos que estar discutiendo algo 
como esto, no habría madres de por medio, las decisiones las 
tomaríamos juntos, como pareja, y no tendría que estar ahora con 
ganas de matar a alguien.



#3122 en Novela romántica

En el texto hay: romance, amor, culpamia

Editado: 03.01.2024

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