NICK
Al instante de darle a enviar, supe que todo esto iba a terminar en
problemas. Justo en ese momento estábamos saliendo de mi
apartamento. Lion, iba al volante del Lamborghini que yo había
alquilado, su hermano Luca conducía un Audi que no tenía ni idea a
quien habían pedido prestado mientras que yo me encontraría con ellos
allí.
Le había pedido a Steve que me trajese mi moto, hacía tiempo que no la
utilizaba y la prefería antes que llevar mi Range Rover, que llamaba más
la atención al ser más grande. Nada de todo esto me hacía mucha
gracia, pero una parte de mí sentía la adrenalina recorriendo mi
sistema nervioso por completo, algo que en el fondo había echado de
menos. No es que ahora no estuviese genial, pero las peleas, las
carreras, las locuras que solía hacer me habían proporcionado un
escape que era difícil dejar atrás sin más.
Me decía que hacía esto por Lion, pero también lo hacía por mí, quería
esto, es más, lo necesitaba. Todos los recuerdos que había removido el
tema de mi madre, mi hermana despidiéndose de mí en el aeropuerto, la
sensación de que Noah me ocultaba cosas de su pasado y saber que no
había sido capaz de curarla de sus pesadillas me tenía en un estado de
nervios constante, y no ayudaba saber que absolutamente todo el mundo
nos quería ver separados.
Lo que pensaba hacer hoy no es que me fuese a ayudar a la hora de
ganarme la confianza de Noah y mucho menos la de su madre, pero me
había prometido a mí mismo que esta sería la última vez. El capullo de
Cruz estaría aquí esta noche y me moría de ganas de partirle la puta
cara o por lo menos ganarle en las carreras para vengarme por lo del
dinero. Quería matarle con mis propias manos por haber estado
involucrado en el secuestro de Noah, y tuve que hacerme de todo mi
autocontrol para convencerme a mí mismo de que sería mejor mantener
las manos alejadas de ese imbécil, si no quería meterme en más
problemas. No podía llegar a casa ni con un rasguño, porque Noah
sabría exactamente lo que había estado haciendo y no era algo con lo
que me apetecía lidiar.
Me repetí una y otra vez que ella estaba a salvo con Jenna, lejos de toda
esta mierda y segura de todos y de mí. No la quería esta noche conmigo,
había momentos en los que simplemente necesitaba estar solo y este era
uno de ellos.
Me puse el casco y me subí a la moto. Era genial correr al aire libre; no
había querido sacar la moto por Noah. Aquella chica que adoraba,
podía ser de lo más imprudente cuando había coches, carreras y altas
velocidades de por medio y la quería tan lejos de todo esto como fuese
posible.
Atravesamos la cuidad hasta llegar la nave industrial donde solíamos
hacer las peleas y las apuestas. Este año las carreras no iban a ser en el
desierto, sino en la cuidad. No sería un tramo demasiado largo pero las
apuestan eran increíblemente altas; si ganábamos la carrera, nos
llevaríamos una gran cantidad de dinero y Lion lo necesitaba.
La música estaba a todo volumen cuando atravesé con mi moto los
grandes grupos de gente. Muchos de ellos me vitorearon cuando me
vieron llegar y la adrenalina empezó a correr por mis venas nada más
sentir que volvía a estar con mi banda. No podía negar que lo había
echado de menos.
- ¡¿Mira quién tenemos aquí?!-gritó Mike, el primo de Lion acercándose
hasta a mí.
Choqué el puño con él mientras me apeaba de la moto y dejaba el casco
sobre el asiento.
- ¿Qué pasa, tío?-dije evaluando lo que tenía a mi alrededor.
Hacía mucho tiempo que no veía a esta gente y a los pocos minutos me
encontraba rodeado por todos ellos. Todos hacían bromas y me
tomaban el pelo, todos bebían como auténticos borrachos y la música
estaba tan alta que me dolían los oídos.
Lion llegó unos minutos después y todos le vitorearon cuando lo vieron
llegar con semejante coche. Todo esto me recordó las carreras del año
pasado, en como mi demonio rubio había corrido ganándole a Ronnie,
sorprendiéndonos a todos y a mí casi matándome de un infarto, claro.
Nunca olvidaría lo increíble que había estado en esa carrera, Noah
sabía correr, y verla hacerlo me había puesto igual de cachondo que de
cabreado.
Mientras la gente a mí alrededor bailaba y hacía el gilipollas a la espera
de que llegasen los demás, saqué un cigarrillo y me apoye contra la
moto. Necesitaba saber que Noah estaba bien y que había llegado a
casa.
No me había contestado al mensaje y eso no me daba muy buena espina.
Seguramente estaba enfadada, pero estaba con Jenna así que no era lo
mismo que si la hubiese dejado plantada en medio de un restaurante
romántico... ¿no? No podía llamarla porque oiría el estruendo que sonaba a mi alrededor
así que probé a mandarle otro mensaje.
" ¿Qué tal la cena? ¿Estás ya en casa?"
Le di una calada al cigarro y un minuto después la vi en línea.
" En pijama y acostada."
Suspiré aliviado al quitarme ese peso de encima. Con Noah en casa,
podía relajarme y concentrarme en lo que tenía que hacer esa noche, o
sea, correr, ganar y despedirme de todo este mundo para siempre.
Media hora después y mientras la gente seguía emborrachándose y
preparándose para vernos correr, nos reunimos con un tío llamado
Clark, él había sido quien había organizado la ruta a seguir de la
carrera y nos colocamos en círculo mientras nos enseñaba donde
empezaba y acababa el recorrido. Seríamos cuatro corriendo esta vez;
esta carrera era de las gordas, porque había que pagar para poder
entrar y nada más y nada menos que cinco mil dólares cada uno, claro
que quien ganase se lo llevaba todo, aparte de lo conseguido en las
apuestas claro está.
-Si no hay problemas estaréis de vuelta en diez minutos, tenemos las
zonas listas para poder cortarlas, pero la pasma puede presentarse de
improviso, eso yo no lo controlo-dijo Clark mirándonos a los cuatro
incluidos Lion y yo. Los otros dos eran bastante buenos, y uno de ellos
pertenecía a la ex banda de Ronnie que ahora era de Cruz.
Le había visto, se encontraba en una esquina rodeado de todos sus
miembros, todos ellos tan drogados como él mismo. Odiaba a esa gente,
pero una parte de mí quería vengarse por lo de la otra noche, quería
hacerle pagar, pero no a golpes, aunque lo deseaba, sino hacerle pagar
con dinero, eso que ellos tanto valoraban y deseaban.
-Os veo aquí en diez minutos-nos dijo y me acerqué a Lion y su hermano.
-No creo que sea muy complicado ganar, pero no quiero líos, si la cosa
se pone difícil, lo dejamos ¿está claro?-les dije a ambos. Luca pensaba ir
de copiloto con Lion, yo odiaba tener a alguien de copiloto, me distraía
y no conseguía dominar el coche por completo, no como cuando era yo
solo el que conducía. Ambos asintieron y nos giramos listos para ir a
donde estaban nuestros coches.
Entonces un destello claro captó mi atención. Mi cuerpo lo supo incluso
antes de que mis ojos se clavaran en el Audi rojo que acababa de llegar.
Mi corazón se detuvo y cuando sus piernas largas salieron por el hueco
de la puerta y después su cabeza con el pelo rubio alborotado a su
alrededor, toda la adrenalina que había estado sintiendo se disparó por
cuatro por todo mi sistema nervioso.