NICK
Siempre que me quedaba en esa casa terminaba pasando algo
desagradable. Que actuáramos como si no estuviésemos juntos, lo que
me faltaba. Bastante me costaba ya mantener a los buitres lejos de
Noah, y ahora ni siquiera iba a poder intervenir. Me moría de celos solo
de pensarlo y estaba seguro que iba a terminar fastidiándola de lo lindo
en la dichosa fiesta. Lo mejor que podíamos hacer y así se lo había
dicho a Noah era ir solos sin ningún tipo de acompañante. De esa forma
iba a poder estar tranquilo e iba a poder pasar la maldita noche sin
tener que liarme a ostias con cualquiera que osara insinuarse a Noah.
No tardé mucho en marcharme, necesitaba estar solo y recuperarme de
todo lo que había pasado después de las carreras. No tenía la tabla de
surf en el coche y por eso aparque en Santa Mónica y empecé a correr.
Mi mirada fija al frente y solo concentrado en mis músculos trabajando
y en mi respiración agitada. No debería de afectarme tanto lo que mi
padre me había pedido, sabía que tampoco era nada del otro mundo
pero me había tocado algún punto sensible que no sabía ni que existía.
Solo pensar en no tocar, besar o simplemente mirar a Noah como a mí
me daba la gana, me sacaba de mis casillas.
Después de no sé cuánto tiempo terminé caminando solo por las tiendas
que había junto a Santa Mónica. Con las manos metidas en los bolillos
de mi sudadera ignoré a la gente que me rodeaba y seguí caminando.
No hemos solucionado nada, había dicho Noah cuando por fin decidió
salir de esa maldita valla. Haber visto como se escondía de mí, como
salía corriendo, como me gritaba cosas que hasta entonces no me había
parado a pensar...
todo ello me tenía demasiado nervioso. No quería perderla, no quería
que nos pasase lo mismo que a Lion y Jenna, y solo de pensarlo creía
que me ahogaba. Era una sensación parecida a cuando finalmente
comprendí que mi madre no iba a regresar...soledad. Sin Noah estaba
solo, estaba perdido.
Solo una cosa consiguió que pudiese volver a respirar con tranquilidad.
Los dos días siguientes los pasé con Lion. Estaba que daba pena,
borracho y sucio tirado en el sofá de su casa, además la peste a maría y
suciedad acumulada daban a aquella pequeña casa un aire de descuido
preocupante. Luca parecía estar a sus anchas en su antigua casa y se
aprovechaba del mal estado de su hermano para hacer y deshacer lo que le daba la gana. A pesar de haberse tirado cuatro años en la cárcel,
seguía teniendo todos esos malos hábitos y no quería pensar lo que
podía influir en Lion.
-Deberías darte una ducha, tío, apestas-le dije a Lion mientras que con
una bolsa iba tirando todas las mierdas que había sobre el sofá y la
mesita andrajosa de la esquina.
Me estaba cabreando por momentos, no tenía porque limpiar toda esta
mierda pero me trague mi mala leche y les ayude a limpiar un poco.
Luca que había llegado hacia media hora estaba tirado en el sofá con
tres pizzas de pepperoni sobre la alfombra y con el partido de los Giants
a todo volumen en la televisión.
-Dejarme en paz, joder, solo quiero emborracharme y perder el
conocimiento.
Solté la bolsa exasperado.
-Mira Lion, ya han pasado dos putos días ¿vale? No te digo que lo
superes pero ya va siendo hora de que te levantes del sofá, joder.
-Jenna seguro que está destrozada y todo por mi culpa, todo por no ser
lo suficientemente bueno para ella... puto dinero y putas clases sociales.
-Es que a quién se le ocurre liarse con la hija de un magnate, hay que
ser gilipollas-esa fue la magnífica contribución de Luca a la
conversación a lo que Lion le tiró una lata de cerveza bacía a la cabeza.
Tenía que hacer algo para que estos idiotas volviesen a estar juntos, por
muy jodido que estuviese Lion, no era persona si no estaba con Jenna.
-Estas equivocado si crees que Jenna está tirada en su cama llorando
por ti. -dije lavándome las manos en el fregadero.
Eso captó la atención de Lion, que se incorporó en el sofá y me miró-
Esta con Noah en la playa, iban a salir por última vez con los de su
clase antes de marcharse a la universidad.
- ¿Qué está con esos capullos pijos de ese puto colegio de mariquitas?
Elevé las cejas mirándolo con condescendencia.
-No me mires así, quitándote a ti son todos unos capullos redomados. -
De un salto se levantó del sofá y se fue hacia el baño-tardo cinco
minutos, después me llevas a esa playa de pijos a la que sueles ir.
Dejé la bolsa en el suelo y le sonreí a Luca divertido. Al menos había
conseguido que se levantara del sofá. Ya le daría su merecido por
llamarme pijo gilipollas y mariquita redomado.
Tengo que confesar que a mí tampoco me había hecho ninguna gracia
que Noah estuviese bebiendo con los de su clase en la playa. Y por
mucho que me hubiese prometido a mí mismo que iba a dejarla en paz,
una parte de mí había utilizado el pretexto de Jenna y Lion para poder ir
y ver que todo estaba bien... que ella estaba bien, para ser más exactos.
La pequeña reunión se hacía en casa de una de las compañeras de
Noah, Elena no se qué, que tenía su propia playa privada...
como todos, vaya.
Aparqué en la puerta de su casa, observando que había más coches de
la cuenta para una pequeña reunión. Cuando entramos, había más de
cien personas, casi todas en bañador y con la música muy alta
resonando por todas las habitaciones. Lion parecía tan fuera de lugar
rodeado de toda esta gente que lo obligué a salir a la parte trasera.
Allí junto a la orilla habían hecho dos hogueras y un gran grupo estaba
sentado a su alrededor, quemando nubes y bebiendo directamente de la
botella.
-Yo pensando que estaba llorando y mírala-dijo Lion señalando a dos
chicas que venían andando por la orilla, agarradas la una a la otra y
arrastrando una botella de lo que parecía ser tequila.
Jenna y Noah.
Genial .
Nos acercamos a ellas y en cuanto nos vieron sus rostros se quedaron
de piedra para después empezar a reírse a carcajadas.
-Mira quien tenemos aquí, Noah, el capullo numero 1 y el capullo
numero 2-dijo Jenna sonriendo a la vez que se llevaba la botella a la
boca y hacía una mueca de asco.
Ambas iban vestidas con pantaloncitos minúsculos y la parte superior de
un bikini.
Joder.
-A mí me gusta mi capullo-dijo Noah soltándose de Jenna y acercándose
a mí. Me tiró los brazos al cuello y la sostuve con cuidado.
-Joder, pecas, menos mal que iba a ser una simple reunión-dije
apartándole el preciso pelo despeinado de la cara.