NOAH
Sus dedos entorno a mi mano se aflojaron y un segundo después me
soltó como si mi contacto le quemara. Noté el latir de mi corazón
acelerarse hasta casi llegar a un ritmo enfebrecido.
Nicholas no debería haber visto eso.
Cuando finalmente decidió encararme vi en su mirada que estaba
completamente perdido y enfadado, pero sobre todo asustado. No me
gusto nada esa mirada.
-No es lo que tú crees-dije dando un paso hacia atrás.-me miras como si
estuviese loca.
Esto era de lo que había estado huyendo desde el principio, esto era lo
que no quería que supiera...
-Explícame ahora mismo porque decidiste hacerte ese tatuaje, Noah...
de verdad que estoy intentando comprenderte, creo que nunca he
intentado algo con tanto esfuerzo pero me lo estas poniendo muy difícil.
Me sentía avergonzada, avergonzada porque este tema era algo tan
intimo, tan mío... no quería ser juzgada por nadie y menos por él.
-¿Qué quieres que te diga, Nick?-dije intentando controlar las ganas de
llorar que amenazaban con volver a llenar mi rostro de lágrimas-Era mi
padre....
-¡Intentó matarte!-me gritó consiguiendo que me sobresaltara-
Maltrataba a tu madre, Noah, ¿Qué demonios te pasa? ¿Lo echas de
menos, echas de menos a ese hijo de puta?
Sus palabras eran crudas, y me dolieron, no necesitaba eso ahora
mismo.
-No lo entenderías Nicholas, porque ni yo misma se controlar lo que
siento, no le echo de menos, es distinto...
simplemente me siento culpable porque las cosas terminases así... él... él
me quería.
Nick dio tres pasos seguidos hasta llegar a mí. Me cogió el rostro entre
sus manos y me obligó a mirarle fijamente.
-No te quería, Noah-dijo con firmeza-No lo hacía, nunca te quiso, el
problema es que eres demasiado buena, joder, no eres capaz de culparle
porque era tu padre, y lo entiendo, ¿vale?, pero tú no tuviste la culpa
por lo que pasó... Fue él el que firmo su sentencia en el momento en el
que te apuntó con esa pistola... la firmo en el instante en el que te puso
una mano encima aquella noche hace diez años.
Negué con la cabeza.
-Conmigo era diferente, sé que te cuesta creerme pero... él juró que no
me haría daño y lo hizo y creo que eso le persiguió siempre hasta que
me vio y...
No tenía ni idea de cómo explicarme, no sabía cómo explicar lo que
sentía en mi interior, porque todo era contradictorio...
me había hecho daño... pero ¿y todas esas veces en las que me había
abrazado, todas esas noches que me había llevado con él a la pista y
habíamos corrido a toda velocidad... y cuando me enseñó a pescar... o
cuando me enseño a hacer nuestro nudo...?
Nicholas cerró los ojos con fuerza y juntó su frente con la mía.
-¿Sigues temiéndole, verdad?-dijo entonces abriendo los ojos-Sigues
teniéndole miedo, a pesar de que este muerto, sigues creyendo que le
debes algo, te sientes culpable y por eso vienes aquí, por eso has escrito
ese epitafio y por eso has traído esas flores que no se merece.
Mi labio comenzó a temblar... sí que le temía... le temía más que a nadie
porque eso era casi todo lo que había conocido de él.
Le temía y agradecía que a mí nunca me hubiese puesto la mano
encima... por eso no entendía porque habíamos terminado así, porque
había decidido ir a por mí ¿Qué fue de su promesa?
No fui consciente de que mi mano subía hasta mi tatuaje hasta que Nick
colocó la suya sobre la mía y la apartó.
-¿Por qué te lo hiciste?
Suspiré intentando calmarme pero no sirvió de nada. Yo sabía muy bien
porque me lo había hecho.
Miré a los ojos de Nick y vi mi reflejo en ellos... un reflejo que no
coincidía conmigo, no lo hacía en absoluto.
-Cuando atas a una persona demasiado fuerte... se lastima al liberarse o
se queda atrapada para siempre. Yo soy de las que se quedan atrapadas.
Nicholas frunció el ceño y me miró con impotencia. Creo que era la
primera vez que le veía sin palabras.
Me acerqué a él y le rodee con mis brazos. No quería que se sintiese así,
no quería esto para él, yo lidiaba bien con mis problemas, él no tenía
por qué preocuparse.
-Creo que necesitas ayuda, Noah.
Cuando dijo eso me aparté.
-¿Qué quieres decir?
Me observó con cautela antes de seguir hablando.
-Creo que deberías hablar con alguien imparcial... alguien que pueda
ayudarte y que intente comprender como te sientes, que te ayude con las
pesadillas.
-Tú me ayudas-lo corté de inmediato.
Nicholas negó con la cabeza, parecía tan triste de repente...
-No lo hago... no sé hacerlo, no sé cómo hacerte entender que estas
equivocada, que no hay nada de lo que debes tener miedo.
-Cuando estoy contigo me siento a salvo, tú me ayudas, Nick, no
necesito a nadie más.
Se llevó las manos a la cabeza, parecía estar sopesando qué decir a
continuación.
-Necesito que lo hagas por mí-soltó entonces-Necesito verte feliz para
poder serlo yo, necesito que no temas a la oscuridad ni a tu padre
muerto y mucho más que eso necesito que dejes de creer que debes
quererlo o que debes defenderlo porque Noah, tu padre era un cabrón y
un maltratador y eso nadie puede cambiarlo, ni tú ni nadie ¿lo
entiendes?
Negué con la cabeza lentamente, me sentía perdida... no sabía que
contestarle porque esta era la primera vez que admitía en voz alta estos
sentimientos y estaba pasando lo que más temía, que me estaban
juzgando.
-Quiero que vayas a un psicólogo.
Lo dijo tan en serio, tan seco, tan frío, casi como una orden.
-No estoy loca-dije apartándolo de un empujón con mis manos.
Nicholas lo negó rápidamente.
-Claro que no lo estás, joder, el problema es que tienes un trauma
infantil que nunca has llegado a superar, y después de lo que pasó hace
un año, al revolver tu pasado, estas peor y creo que no sabes cómo
sobrellevarlo... Noah, solo quiero que seas feliz ¿vale? Plenamente feliz,
y me he jurado a mí mismo que voy a protegerte pero no puedo pelear
contra tus demonios, eso tienes que hacerlo tú sola.
-¿Yendo a un loquero?-contesté de malas maneras.
-Psicólogo, no loquero-me corrigió con dulzura a la vez que volvía a
acercarse a mí-yo fui a uno ¿sabes? Cuando era pequeño... después de
que mi madre se fuera empecé a tener insomnio, apenas dormía, y
tampoco comía, estaba tan triste que era incapaz de superarlo por mí
mismo. A veces hablar con alguien que no te conoce, ayuda a ver las
cosas con perspectiva...
hazlo por mí, pecas, necesito que al menos lo intentes.
Parecía tan preocupado por mí... y odiaba tanto sentirme un bicho raro,
no poder estar a oscuras y esas pesadillas que me perseguían casi
siempre...
-Por favor.
Le observé unos instantes y comprendí que esto lo haría por él. No
quería que pensase que estaba loca ni traumatizada ni nada de eso
porque no lo estaba. Iría al loquero, cumpliría y si él se sentía más
tranquilo, pues entonces habría merecido la pena.
-Este bien, iré.
Sentí su suspiro de alivio en mis labios cuando se inclinó firmemente
para besarme.
No quería volver a mi casa, pero no se lo dije a Nick porque sabía lo
que me diría. Mi madre iba a estar hecha una furia y lo último que
quería hacer en ese instante era enfrentarme a ella.
-¿La he cagado, verdad?-dije pasándome las manos por la cara después
de que Nick me dijera lo que mi madre le había dicho antes de salir de
casa.
Sentí sus dedos acariciar mi nuca mientras seguía con la vista en la
carretera.
-En la forma de decírselo, tal vez, pero por lo menos lo has hecho.