Cupido No Se Enamora

❤️Tres❤️

KAYLEE HAMILTON.
 

 


Tengo que acercarme a Jayden.

 

Y así poder fijarme con quién tengo que emparejarlo.

 

Ahora mismo lo estoy observando mientras come una hamburguesa en la cafetería solo ya que todos se encuentran viendo quienes van a entrar al equipo de fútbol.

 

La verdad parezco un poco acosadora haciendo esto, pero es por mi trabajo.

 

Una vez que acaba la hamburguesa y veo que se está por ir salgo corriendo en su dirección para tirarme encima suyo.

 

— Ahora quien es la que se tiró encima del otro. —Hablo aun en el suelo.

 

— Perdón no quería que te fueras.

 

Junta las cejas confundido.

 

— Estabas espiando me.

 

— ¿Si?

 

— Podés salir de arriba mío.

 

Veo que aún sigo encima suyo y enseguida me levanto.

 

— Perdón.

 

Bajo la mirada apenada.

 

— ¿Para que me querías?

 

— No quiero que me odies sin conocerme.

 

— No te odio, ¿De dónde sacaste eso?

 

Cómo se lo digo.

 

¿Le digo que soy Cupido?

 

Saben que, se lo voy a decir total no pierdo nada con que él lo sepa.

 

— ¿Soy Cupido?

 

La primera reacción de Jayden fue reírse en mi cara, al menos no me trato de loca.

 

— Si que estás loca.

 

Hablé demasiado temprano.

 

— No estoy loca, soy Cupido.

 

— Pues demostrarlo.

 

— No me dejan usarla por algo llevo estos guantes.

 

— De acuerdo hagamos como que te creo, ¿Por qué me lo estás diciendo a mi?

 

Me siento en la silla enfrente de la que estaba él.

 

Jayden también se sienta y se me queda mirando serio a espera de mi respuesta.

 

— Porque se que por mi culpa lo pasaste mal.

 

— Hablando de eso, ¿Me odias o estás enamorada de mi?

 

Ante eso último no pude evitar que mi cara ardiera de calor.

 

— Nada de eso, deje de usar mi poder en cuanto supe de ellos.

 

— ¿A que edad supiste que eras Cupido?

 

— A los diez.

 

— Aún no entiendo por qué me contas todo esto.

 

— Porque quiero ayudarte.

 

— ¿Ayudarme?

 

Me mira confundido sin entender de lo que estoy hablando.

 

— Como fue mi culpa que te lastimaran tantas veces, voy a encontrar a tu otra mitad, pero como no puedo usar mi poder te ayudaré de forma mundana.

 

— Me parece justo, pero empezamos con en dos dias.

 

Levantó mi ceja mirándolo confundida.

 

— ¿Por qué?

 

— Por que no voy a venir a la escuela.

 

Sin decir nada más se levanta y sale de la cafetería.

 

¿Por qué no va a venir?

 

¿Que está ocultando?




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