La cocina huele a flan, escucho la cuchara moverse en la olla y mi abuela agrega más leche a la mezcla mientras escucha la radio y mueve la cabeza aprobatoriamente a la noticia política que se transmite. Me apoyo en la puerta viéndola hacer lo suyo, esa es su cocina en la que me enseñó a cocinar, no soy tan buena como ella pero me defiendo.
— Abu... — me acerco hasta la estufa quedando a la par suya — podrías dejarme una porción para la tarde
— de aquí no, están completos...
Hice un puchero y agarre bien mi mochila.
— haré un poco más para vos
— esa es mi abu... te amo — le doy un beso en la mejilla
— y yo a vos, anda con cuidado
Mi casa durante muchos años, mi infancia, adolescencia. Tantos bellos recuerdos, risas con mi madre, mi abuela. Ahora frente a ella pienso en que me falta para volver a ser feliz, quizá regresar a vivir con ellas y olvidar la vida que tengo, quizá extraño a mi familia.
Camino lento hasta abrir la puerta y entrar, escucho voces en la cocina y me dirijo allí, me encontré a mi abuela con mi madre y una amiga de esta, hablan y se ríen como de costumbre. Siento de pronto que mi sonrisa ya no es falsa y estoy sonriendo por verlas, por estar de nuevo aquí.
— Kensy, no escuchamos la puerta — hablo mi madre
— soy silenciosa lo olvidaste... — abro la refri buscando un poco de flan
— atrás de la leche — mi abuela me señala
— gracias — agarro una cuchara y me como mi postre mientras escucho su platica
Una vez escuche y estando en contexto entendí el tema, hablaban de el hijo de Andrea la amiga de mi madre, por lo que entendí termino con su novia y a Andrea no le agradaba mucho, así que la conversación se centro en como le hacia mal la joven a Erick, así se llama el muchacho, hablando de el bueno tiene mi misma edad y hemos coincidido en las salidas familiares, es agradable y me cae bien.
— vos serias una excelente nuera Kensy, nuestros planes de que fueran novios no resultaron — Andrea dice y termina viendo a mi madre
Hago lo mismo y ella se ríe para luego contestar — cuando estaban en el kinder Andrea y yo pensamos en un futuro noviazgo entre los dos, se llevaban muy bien, creímos que al ser mejores amigas nuestros hijos terminaran juntos.
— madre... — dije un poco asustada ante aquella confesión.
— que... — respondió en el mismo tono — se veían lindos
Camine con mi postre hasta llegar a la sala, encendí el televisor y me senté a ver una película mientras en la cocina piensan en un futuro que no sucedió, que nunca podría ser. Al final termine riendome igual por aquella ocurrencia, Erick y yo... que locura.
La mañana paso tranquila y en la tarde luego de el almuerzo lleno de anécdotas y una que otra insinuación por salir con Erick decidimos ver una película en blanco y negro, para ser precisa una película de Charles Chaplin, creo que e el día que más he reído en vario meses, y se siente tan bien, las mejillas ya me duelen.
— te vas a quedar a dormir aquí? — me pregunta mi madre
Lo pienso por un momento, tengo que ir a trabajar y no traje mi laptop, ni ropa adecuada. Pero aun con todo eso quiero quedarme, no quiero volver a la soledad de mi apartamento y tener otra noche de insomnio, puede que aquí tampoco duerma pero puedo levantarme y buscar más flan.
— si, me quedo
Me acosté y acomode mi cabeza en sus piernas como cuando era una niña, no estoy sola, las tengo a ellas. Sonreí.
Casi las siete de la noche, Andrea y yo seguimos aquí, la conozco desde siempre, es una mujer muy estricta y aveces enojada, puede dar mucho miedo pero es una de las personas que más confía mi madre, que ha estado aquí siempre y es muy graciosa cuando esta en confianza.
— mira esto... mira sus ojos — Andrea no ensena el vídeo de un perro en Instagram
Mi madre se ríe, mi abuela pone cara de desagrado y se va a su cuarto, a ella nunca le han gustado los animales, y yo pienso en lo tierno que se mira y la idea de tener una mascota se viene a mi mente. Varios golpes a la puerta nos hace reaccionar y me levanto para ver quien llama a la puerta tan tarde.
Sigo pensando en adoptar un perro, siempre quise uno y nunca pude tenerlo. Abro la puerta sin prestar atención, al levantar la mirada me encuentro con un chico alto, casi de 1.80 cabello castaño y facciones muy similares a la mujer que se encuentra viendo vídeos de gatos sentada en un sillón de la sala. Me sonríe y no puedo despegar mi mirada de su ojos, un café profundo.
— Hola Kensy, tiempo sin verte
Erick me saluda con un beso en la mejilla y entra, cierro la puerta y respondo a su saludo antes de que se note quede embobada al verlo.
— hola, un año si no me equivoco
— desde que te mudaste, así que si un año...
— Erick, hijo ya nos vamos.... esperate.. — Andrea le hace una seña con la mano y le dice que se siente