Damons

CAPÍTULO 19

Despertar fue como emerger de un profundo agujero desolado y negro. Todo a mi alrededor, sin embargo, era cálido y acogedor. Se sentía aplastante, como si hubiese sido sumergida en la más profunda oscuridad y me hubiese dejado explayar a través de ella sin objeciones.

Respiré hondamente, destensando mis músculos, sintiendo la caricia de la calidez explayándose por mi piel adormecida hasta que concilié tener noción de lo que me rodeaba. Un cuerpo caliente y pesado rodeaba mi cintura y respiraba en mi nuca electrizando la piel.

Me removí sobre mi sitio para descubrirlo a él, con sus ojos entrecerrados y una sonrisa débil pero complaciente estampada en ese rostro nacarado y perfecto.

― ¡Dios! ―Resoplé, empujándolo lejos de mí. El cuerpo de Landon cayó fuera de la cama, desternillándose de risa a un lado―. Maldito seas, nunca te fuiste, ¿no es así?

Su broma parecía divertirlo demasiado, porque aún no podía incorporarse de la alfombra.

» ¿De qué demonios te ríes? ¿Viste lo que estabas haciendo... dónde estabas?

Landon se sentó sobre la alfombra y colocó su mentón sobre mi cama; la espléndida sonrisa juguetona no abandonaba su rostro por ningún motivo. Maldita sea, se veía tan perfecto de esa forma... era imposible. Nadie podía lucir tan bien apenas despierto.

―Tú me permitiste dormir aquí anoche.

―Pero no ibas a acurrucarte conmigo, dijiste que no...

―Lo que dije ―me interrumpió él―, fue que no haría nada que tú no desearas, Sel; y eso sí lo querías.

― ¿Lees mentes acaso? ―Objeté enarcando las cejas.

―Entonces sí lo querías ―repuso juguetón, mientras se sumaba nuevamente entre el edredón, estirando sus músculos.

Quizá lo observé un poco demasiado mientras veía cómo se tensaba cada milímetro de su cuerpo frente a mí. Los demonios eran unos malditos dioses.

»Hacía mucho tiempo que no me sentía así de bien, Sel... Fue como volver a despertar realmente. ¿Cómo dormiste tú? Aparte de sentirte cautivada por mí, claro.

―Vaya, despertamos hace... ¿dos minutos? Y tu arrogancia apareció para fastidiar ya. Espero no volverme así cuando Despierte ―me quejé. Landon frunció el ceño, apartando su cabello rubio hacia atrás. Era diferente al cabello de Axel, tanto en forma como en color; el de Axel parecía absorber los mismos rayos solares, mientras que el de Landon era ceniza y luz dispersas.

Removió mi cabello inclinando su rostro hacia un lado sin dejar de observarme.

»Landon...

―No respondiste mi pregunta ―su mano acarició mi mejilla mientras acompasaba mi respiración a la suya.

―Estuvo bien ―repuse.

― ¿Sólo bien?

― ¿Necesitas algo más para enardecer tu ego, demonio arrogante? ―Landon remojó sus labios en una incontenible sonrisa.

―Oh, ya veo, se trata de preservar tu vanidad, ¿no? ―Dijo en voz muy baja, ronca, seductora―. ¿Y si extraigo esa información de otra manera? ―De un salto se abalanzó sobre mí y de la misma forma imprevista mi energía emergió de su sueño profundo―. Podría preguntar de otra forma...

Sus labios se acercaron a los míos lentamente. Pero se contuvo en el momento exacto en que todo a nuestro alrededor se volvía estático. La energía fluyó de la boca de mi estómago y corrió a través de mis venas como inyección de adrenalina, dominando cada molécula residente en mi interior.

El flujo fue inconstante y electrizante por la cercanía de Landon, pero también por su prudente distancia. Sus ojos grises me observaron sigilosos, altercando en un lujurioso mercurio brillante. Por su mirada, supuse que también podía sentir el cambio en la energía, esa inyección de frenesí que transgredía mi cuerpo.

» ¿Sel...?

Su voz sonó ronca, viril y al mismo tiempo delicada. Mi respiración se aceleró al oírlo en profundidad. Tragó duro sin apartar sus ojos de los míos y se inclinó un poco más a mí.

»Tranquila ―musitó y cerró los ojos.

Mi cuerpo fue un saco de aire por los eternos momentos en que la energía me dominó, fue como sentirse de nada, de oxígeno o helio, tan liviano y frágil, sucumbiendo desde lo más profundo de mí. Fue cálido y poderoso al invadirme, como fuego crepitando con un incentivo lo suficientemente lujurioso.

Pero el contacto se rompió cuando sentí separarse a Landon de mí. Mi piel resintió el contacto de la suya y el hormigueo regresó necesitando de esa extraña energía invasora, hasta que el abismo se abrió paso allí mismo, en mi habitación.

Los ojos de Landon eran de hielo, gélido y escalofriante tensando su objetivo. Toda su aura demonio se explayó en oleadas dentro de la habitación, pude sentirla traspasar mi piel como filosas dagas. Oh, demonios, él estaba enojado. No, estaba furioso.

―Landon ―llamé tímidamente pero sus ojos no estaban en mí, sino en su objetivo―, Landon ella es mi amiga.

Sus puños se cerraron a medida que giraba hacia mí lentamente. Sus ojos fueron caos enfrentándose a los míos.

― ¿Tu amiga? ―Asentí―. ¿La que dijiste que vivía contigo aquí? ―Hice una mueca y asentí rápidamente. Landon torció el gesto en una mueca de desdén―. Sel, estás consciente de que ella es...

―Su protectora ―rompió el silencio Ari.

Oh, amiga, ¿no podías mantener la boca cerrada?

― ¿Su protectora? ¿Por qué ella necesitaría de alguien como tú, carroñera? Sel, no lo entiendo tú... tú nunca dijiste que ella era uno de esos malditos del cuerpo celeste. ¿Por qué? ―Se volvió hacia mí―. ¿Estás consciente de esto? ¿De lo que significa?




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