Danger

EPÍLOGO

3 AÑOS DESPUÉS.

El día había amanecido soleado y el cielo era muy azul lleno de nubes blancas, podía sentir la brisa cálida y serena golpear mi rostro mientras iba caminando con mi mentón en alto, pero con mi alma aún más rota que antes.

Y aunque el día reclamaba paz y belleza por donde lo viese, las lápidas le seguían dando ese toque de tristeza y frialdad a todo el ambiente, opacando la claridad con su oscuridad.

Hoy era 24 de junio, su cumpleaños.

Podría sonar cruel o quizás que era una mala persona, pero en estos tres años no había venido ni una sola vez a verlo, no podía. Hasta hoy, que pude llenarme de valor y tome la decisión de venir con diego, dylan y david.

_El odia los pasteles de cumpleaños _escuche la voz de diego pero no sabia si hablaba conmigo, no voltee a verlo, mis ojos buscaban su lápida con miedo y desespero.

Obviamente hablaba conmigo. Aquí solo éramos el y yo, el resto eran muertos.

Cada paso que daba lo hacia con ese miedo al que trataba de huirle por varios años.

_Y también las flores _susurre, aun sin voltear a verlo _y lo único que puedes regalarle a un muerto en un cementerio.. son flores.

_No pienses como la gente común, abby _respondió diego en voz baja _el muerto solo quiere tener paz en donde quiera que este.

Un nudo se formó en mi garganta y trague grueso, evitando que las lágrimas salieran de nuevo.

_Quizás..

No iba a llorar, no podía hacerlo justo hoy, se lo prometí.

Ver las lápidas era peor que una tortura, habían varios nombres de tantas personas fallecidas que eso se volvía más doloroso y más pesado para mi.

_Dylan dijo que acaba de llegar con david _anuncio Diego mientras escribía en su móvil _dice que fueron a comprar un pastel y por eso tardaron.

Rodé mis ojos los cuales se cristalizaron.

_Justo lo que no le gusta.

Diego dejó de caminar unos segundos, sus pasos eran más lentos y le seguí el ritmo, sabia que estábamos llegando y unas ganas de vomitar se hicieron presentes.

_Abby. Sabes que estoy aquí para ti _me dio consuelo y puse mi mano en mi nuca para después pasarla a mi garganta masajeando _si quieres puedo pasarle un mensaje a dylan..

_Estoy bien _le corte muy rápido, sacudiendo mi cabeza _puedo hacerlo. Solo… solo quiero estar un momento a solas con el antes de que ellos lleguen.

Diego asintió comprensivo, posó su mano en mi hombro en señal de apoyo para después dejó un beso en mi coronilla, estábamos frente a su lápida y diego lo miro unos segundos a lo que sus ojos se aguaron al igual que los míos.

_Estaré cerca si me necesitas.

Se fue en sentido contrario para dejarme sola unos minutos antes que dylan y david aparecieran.

Inhale todo el aire que pude llenándome de valor para ponerme de rodillas frente a el, y ver las escrituras solo me hizo romperme.

David danger. Amado hijo, hermano, amigo y padre.

24 de junio del 2000 hasta 06 de febrero del 2020.

Tus alas se desplegaron con el último rayo de la tarde, y en la cálida y crecida ascensión te confundiste con las nubes.

_Prometí venir con david para que lo conocieras _solloce, limpiando mis ojos con mi manga _david.. tiene… tiene tus ojos.. tu mismo cabello y tu mismo humor de amargado _solté una risa a través de un llanto.

La brisa golpeó mi rostro y sentía mi mejilla fría y mis ojos aguados.

_Nuestro hijo va a cumplir tres años en unos meses… me.. me pregunta tanto por ti _llore, posicione una mano en el césped y con la otra dejaba pequeños toques en su nombre grabado _me dice que te extraña y espera conocerte pronto… el sabe que papito está en el cielo… dice que eres su héroe por salvarlo.. por salvarnos…

No pude más, me acosté frente a el para llorar haciéndome un ovillo y llamando a david como si eso hiciera que volviera, como si mi dolor lo pudiera hacer regresar.

Lloraba todas las noches en silencio de no despertar a mi bebé o que alguien más me escuchara, pedí que no lavaran su ropa porque dormía con sus camisetas puesta, hasta que cada una fue perdiendo su olor.

El cuarto se sentía vacío al igual que el resto de la casa, lloré cuando tuve a mi bebé porque el no estaba a mi lado tomando mi mano, lloré cuando descubrí su sexo y no tuve a david para gritar de felicidad, pero mi pequeño david es la única fuerza que tengo para seguir viviendo, y el es la viva imagen del amor de mi vida, de la persona que me hizo sentir más viva que nunca.

Me dolía ver a mi pequeño david preguntar por el todo el tiempo, el amor y la atención que le daban sus tíos nunca era suficiente, siempre preguntaba por papá, cuando venía, porque no puede bajar un ratito del cielo… al menos un ratito, para poder abrazarlo y decirle que lo amo. Sus palabras sólo hacían que el dolor fuera peor, yo no era la única que lloraba su muerte día y noche y pedía que bajara del cielo o que alguien viniera y me dijera que esto era una cruel mentira, mi hijo también sufría.

Grité con todas mis fuerzas soltando lágrimas sin ningún tipo de alivio que me calmara, el dolor no era solo mío, también de mi hijo por el cual no podía hacer nada para calmarlo.

_¡Prometiste no dejarme! _grite, hasta que mi corazón dolió _.. ¡Baja y cumple tu promesa!

Yo sentía ese dolor que me hundía y me apretaba el pecho, ese que no podía comparar con ningún otro porque no le era ni parecido.

_Quiero despertar de esta pesadilla _le hable como si pudiera escucharme _quiero que mi alma deje de sentir que esta agonizando así como lo está desde que te fuiste _limpie mis lágrimas _Quiero escuchar tu voz _susurre entre llantos _que me digas tonta o mariposa, quiero que conozcas a nuestro hijo, que puedas cargarlo o dormir con el.. te necesita.

_¿Abby? _escuche la voz de alguien más y me di la vuelta.

_Nixon.. ¿Que haces aquí?

_Hoy es cumpleaños de David _carraspeo, dejando el peso de su pie de un lado _perdón si te interrumpi, nunca dejaba que david pasara solo sus cumpleaños y estos años no a sido la excepción.




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