Dangerous Love

CAPÍTULO XI

Ha sido un total caos desde que me robaron mi celular. George no deja de preguntar qué es lo que había en esa carpeta y por qué estaba tan codificada para bloquear acceso, Megan cree que no es nada malo porque confía en mí, pero la verdad no creo que deba.
Charlotte tuvo un evento hace una semana, eso no era mentira, pero papá estaba ocupado con asuntos de trabajo y mamá estaba organizando unas cosas por lo que me tuve que hacer cargo de ir y ayudarla en el proceso que haría.
No tenía idea de qué trataba hasta que me di cuenta de que era para una conferencia sobre... la verdad es que no recuerdo bien pero Charlotte sin duda se lució en el evento. Claro que me sentí bastante mal cuando me empezó a preguntar cuál fue mi parte favorita o que entendí y no supe que responder porque seguramente yo estaba en el quinto viaje astral.
Sin duda en algo les había afectado eso que vieron en mí móvil, porque no he visto a ninguno en lo que lleva de la semana, ni siquiera me he cruzado con ellos por los pasillos de la empresa y siendo sincera no sé si esto es bueno o malo.
Podrían estar esperando el momento indicado para delatarme, podrían estar planeando algo más diabólico y macabro o simplemente pudieron haberlo olvidado. No sé qué pensar o qué creer ahora, solo sé que estoy en desventaja, aunque tengo el backup de todo, siento que esa pequeña información me tiene en ligera desventaja.
Lo que sé ahora es que necesito centrarme al cien por ciento en la junta de hoy porque de eso depende mi futuro, literalmente, si fallo por los nervios seguro que me echan a la calle como perro callejero y abandonado.
Es una junta con unos inversionistas de distintos lugares con los que nos conviene colaborar para mejorar la distribución de los productos y hacer crecer aún más el lugar, no sé cómo pero hay empresas por Canadá, California, Australia, Brasil y un montón de lugares más. Literal, a este paso, van a continuar creciendo hasta gobernar el maldito mundo.
Bueno no tanto así pero si crecerán bastante, aunque no es de las más grandes es bastante buena y si la cago literal me joden la vida. Mejor no arriesgarnos.
Además somos pobres, piensa en eso y no la cagues porfa.
Cierto.
Otra cosa a mi lista de problemas.
Dios estoy tan jodida.
Ya casi era hora para la junta y tenía todo mi discurso planeado, me arreglé bastante formal para esta junta, y para que yo me vista formal se necesita ser de verdad algo importante.
Faltaba al menos una media hora, por lo que de los nervios, me dio una hambre extrema, podría acabarme tres hamburguesas y seguiría teniendo hambre. Me pongo nerviosa pocas veces pero cuando lo hago juro que subiría como diez kilos si no tuviera un sistema digestivo rápido.
No tenía tiempo para salir a la cafetería que está a dos calles de aquí y la comida de la tienda de aquí es un asco, pero no me queda de otra más que ir ahí. Me levanté de mi asiento y le avisé a Kayla que no tardaría.
Me adentré por los pasillos, ahora ya no tengo excusa para decir que me perdí pues lastimosamente me aprendí ese mapa con solo verlo unas tres veces. Cuando llegué a la cafetería, había muy poca gente ahí y la mayoría ya era gente mayor dialogando entre ellos. Me acerqué a la barra y pedí algo que tenía como mil calorías y una ensalada, hay que balancear la comida, ya tú sabes.
Una señora me lo entregó de mala gana y me miró como un ogro, jamás había visto a alguien tan amargado como a esa señora. No, olvídenlo, mi padre es más amargado pero ese lo oculta y te hace creer que en verdad le agradas.
—Gracias—murmuré.
Tomé la bandeja y me senté en una mesa a un lado de un señor que parecía de unos cincuenta años más o menos no lo sé, estaba devorándose un emparedado y cuando me vio observándolo me sonrió cálidamente.
—Hola jovencita—me saludó—No te había visto por aquí, ¿sois nueva?
—No, ya llevo casi dos meses aquí—admití—solo que no suelo venir a la cafetería.
—Ya veo—dio otro mordisco y se esperó a tragarlo para volver a hablar—¿tendrás algún evento hoy? Te ves muy formal.
—Sí.
—Cuéntame.
Me transmitió tanta confianza y le conté sobre la junta y lo estresada que me sentía, los nervios y esas cosas sencillas que cualquier persona tiene, obviamente no le conté nada del caos pero sin duda me prestó atención a cada palabra que le conté. Me dio tan buena vibra, nos quedamos charlando un par de minutos más como si fuéramos amigos de toda la vida.
—Bueno, fue un placer hablar contigo Blake, pero creo que tienes un público al que asombrar—me sonrió.
Sonreí de vuelta, una genuina sonrisa y asentí. Me levanté de mi asiento y dejé la bandeja sobre las demás que estaban ya sucias, comencé a caminar pero en el camino me encontré a Gwen llorando en una esquina, escondiéndose de todo y todos, aún tenía al menos quince minutos pero con Gwen nunca sabes cuánto tardarás en charlar.
Aunque no puedo dejarla así...
¿Andar a la junta que asegurará tu futuro o consolar a la chica problemas?.
Puedo hacer ambas.
—Hey, ¿Qué ocurre? — me acerqué a ella y pregunté.
—Blake—sollozó y me dio un fuerte abrazo—¿Por qué la gente e-es así?
—¿Así cómo? —intenté consolarla.
—Recién que venía al trabajo, m-mi novia me trajo y.estos tipos que venían caminando detrás—pausó para sollozar unas cuantas veces—nos dijeron cosas...cosas muy feas y yo n-no sé si...
—¿Y les hiciste caso? —pregunté apartándola de mi para que me viera—¿A personas que no viven tú vida?
—Yo...
—Es tú vida Gwen y tú decides con quién quieres pasarla y con quién no, tú decides que creer y que no. La gente no tiene derecho a opinar sobre algo que no conocen o no han vivido, solo porque no es "normal"—dije con firmeza—La gente hace el feo a lo que no puede entender, sin importar si está bien o mal siempre van a juzgar, lo que importa es lo que tú decidas creer.
Lloró aún más. Soltó todo ese llanto que tanto estuvo tratando de contener y cayó de rodillas al suelo. Me hinqué frente a ella para que supiera que no está sola y traté de consolarla lo mejor que pude hasta que se calmó y me dijo que me apurara, sabía que tenía la junta y no quería arruinarlo.
Así que me levanté y corrí a donde sería la conferencia, mientras corría vi el reloj pegado en la pared y me di cuenta de que iba dos minutos tarde, corrí con toda la fuerza posible, esquivando a gente bien uniformada y saqué volando papeles en el transcurso.
Cuando llegué, mi jefa estaba ahí de pie con el reloj en la muñeca mirándolo con angustia, al verme sentí como me regañaba con la mirada pero después la suavizó como si sintiera lástima.
No fue hasta que desvié mi mirada a los cristales que daban vista al interior de la sala de reuniones y vi a Kayla en el frente presentando una diapositiva que no era la mía, aún no comenzaba, sé que puedo hacerlo.
—Lo siento tuve un inconveniente—intenté excusarme pero Morgan, mi jefa, no paraba de verme como si no tuviese opción.
—Blake, en verdad lo lamento—comenzó—pero no puedes ser impuntual.
—Solo fueron cinco minutos, en verdad, tengo todo planeado, solo déjame...
—Es que ya están todos dentro y me dijeron...—se interrumpió a sí misma como si no pudiese decir lo que sea que estaba a punto de decir—no se tolera la impuntualidad en esta empresa.
—En serio, déjame solo presentar esto, te juro que no te arrepentirás—intenté tanto poder convencerla.
—Blake, no puedo dejarte hacer eso, puedo perder mi trabajo—dijo casi en un susurro.
—¿Por qué? —insistí—Si lo hago bien no perderás nada.
—Es que no entiendes—siguió con su rostro de lástima—Tengo superiores que me pidieron que Kayla presentara...
Oh no.
¿Estamos de joda verdad? ¿Es una maldita broma? ¡Me tienen que estar jodiendo! 
Esto no puede estarme pasando a mí, no, necesito el trabajo, el dinero en verdad lo necesito. No puedo creerlo...
—¿Qué?
—Que llegaras tarde solo fue un plus—agregó—no debería estártelo diciendo pero en verdad creo que tu presentación es buena...
—Entonces déjame entrar...
Lo dudó un segundo y miró a todos lados y derrotada negó con la cabeza.
—Lo siento, pero tengo una hija que mantener y no puedo perder el trabajo—dijo—Puedes entrar a tomar las notas pero es lo más que puedo hacer.
—Bien...lo entiendo.
Se fue de ahí con la mirada baja y lástima impregnada en cada facción de su rostro, no puedo culparla, si yo hubiera estado en su posición hubiese escogido a mi familia antes que a mi empleada. Sin embargo no me quiero rendir, no puedo rendirme tan fácil.
Entré a la oficina y me senté en una de las últimas sillas y saqué una libreta de notas. En cuanto su presentación dio inicio todos pusieron atención y yo fui anotando cada aspecto importante. Kayla tiene una buena presentación pero no es lo ideal para estas personas, si tan solo hubiese investigado algo más hubiera sido genial.
Cuando terminó de dar la presentación ella se notaba bastante alegre y segura de sí misma, pero su sonrisa desapareció al ver la cara de disgusto de todos los empresarios e inversionistas de la sala, como cada uno se veía entre ellos intentando hacer algún sentido.
—¿Es todo? —preguntó uno.
—Sí...
—Bien—entrelazó ambas manos y las puso frente a él mirando a Kayla con una mirada desafiante—¿Cómo es que eso nos beneficia a nosotros?
—Pues...tendrían una mayor...eh...
—No creo que nos conviene invertir en ese proyecto suyo.
—Pero...
—Si colaboran con nosotros recibirán el quince por ciento de las ganancias—dije mirando mi libreta—si invierten en el proyecto la rapidez del proceso será más eficaz y por lo tanto, si se llega al público deseado a tiempo, las ganancias serán increíblemente grandes. 
Todos se giraron a mí.
—¿Y tú quién eres? —me preguntó el hombre.
—Blake, del departamento de negocios internacionales—respondí con firmeza.
—¿Solo Blake?
—Sí, solo Blake.
—Bien, solo Blake, cuéntanos por qué crees que eso nos convencerá.
—El impacto esperado del producto en esa ciudad es bueno, es una de las ciudades consideradas mejores en cuanto a economía—comencé—tener una compañía ahí sería prácticamente éxito asegurado. Si los Scott invierten en la construcción del edificio y ayudan a dirigirlo obtendrán gran parte de la ganancia. Sabemos que lo que se vende aquí tiene un gran impacto por lo que no será difícil recuperar lo que se invirtió, generando así un éxito asegurado.
Levantó ambas cejas en sorpresa.
—Resumiste lo que la chica intentó explicar en solo unas palabras que fueron suficientes para convencerme—admitió—sin embargo...
—¿Sin embargo?
—¿De cuánta ganancia estamos hablando aproximadamente? —preguntó con curiosidad—¿Cómo estás tan segura de todo lo que dijiste?
Bueno esa conversación con aquel hombre fue bastante larga, con intervenciones de Kayla y sus abogados. Tuvimos algunos desacuerdos que inteligentemente logré resolver. El hombre parecía bastante asombrado y creo que fue un poco ofensivo ese gesto suyo.
Claro que al final Kayla terminó el tema y me dejaron sin habla. Lo bueno fue que el hombre accedió y cerró el trato, dijo que tendría una charla con el jefe para cerrar algunos detalles pero que estaba oficialmente dentro.
Cuando salí de ahí dentro, Kayla me miró con cierto rencor, si me hubiera pasado lo mismo estaría igual, pero desde un principio era mi oportunidad un desafortunado encuentro me hizo llegar tarde, no perdí mi momento pero aun los créditos serán para Kayla y solo unos cuantos para mí.
No era mi presentación, no es mi ganancia.
Estoy comenzando a creer que el universo nos odia
No, el universo no. Quien nos odia es Aarón.
Y ya no lo aguanto más.



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En el texto hay: mafia, romance, acción

Editado: 01.03.2022

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