Danielle & Ryan

Capítulo 7

 

 

7.

Danielle

La llegada de Steven:

Estaba en tercer año de colegiatura y el primer día de clase llegó un chico apuesto pero egocéntrico al colegio, estaba acompañado de su hermana, recuerdo muy bien ese día, lo presentaron en el curso como nuestro nuevo compañero, siempre he sido una persona muy tranquila y destacada en las asignaturas, pero ese chico me desequilibró emocionalmente, nunca había tenía ninguna ilusión, peor aún enamoramiento sorpresivo, pero su forma de hablar y de expresarse me confundió creía que era el más atento de todos.

No pasó más de dos semanas para que él se acercara a mí a decirme que le parecía simpática, una chica tranquila pero guapa. Siendo sincera a la edad de diecisiete años todo chico que nos hable lindo pensamos que sería el indicado y eso creí de Steven, su forma de hablarme tan intimidante, tan directo hizo que algo dentro de mí creciera y me ilusionara con él.

Su frases como bella, hermosa, se hicieron cotidiano en mi diario vivir, su atención, sus regalos u obsequios se convirtieron en mi refugió, nunca tuve esa clase de atención en mi vida debido a mi niñez oscura.

Acepte fríamente que fuéramos novios, duramos 6 meses de noviazgo aproximadamente, pero cada día era peor que el otro, no lográbamos entendernos, solo peleábamos, y él era demasiado cariñoso con todas, no me respetaba, no me valoraba, no se preocupaba por mí y no me daba mi lugar.

Siendo sincera al inicio me dolió su actuar, pero pude darme cuenta que él no era lo que yo buscaba, y que solo acepté estar con él para escudarme de la soledad que me atormentaba. Nunca pude estar más arrepentida de estar con alguien en mi vida.

***

Mientras caminaba con Sofía fuera del campus, vi a lo lejos a un muchacho que me miraba fijamente, sentí un poco de miedo al verlo, cada vez se acercaba más y cuando pude reconocerlo era Steven.

- ¡No puede ser!, de millones de personas en el mundo tuve que topármelo a él- Expresé de manera disimulada a Sofía.

- Que sorpresa encontrarme a la señorita Danielle, la más linda de todo el colegio-. Sonreí hipócritamente y lo saludé. –A los años que te veo Steven, ¿qué haces aquí? le preguntaba de manera falsa.

- A esto le llamo destino preciosa- susurro mientras me miraba directamente a los labios.

- Yo le llamo mala suerte- exclamé mientras volteaba mis ojo para atrás en expresión de desagrado.

- Pequeña y sabrosa Danielle, aún recuerdo tus besos y tú….

Lo detuve rápidamente.

- Mira te presento a una amiga, su nombre es Sofía va junto conmigo en la carrera-. –¿Qué tal mucho gusto?- expresó Sofía.

- ¿Cómo has estado mí Danielle?, ¿qué has hecho de tu vida?-. ¿Aun esperando por mí?. Susurró.

- Ni en tus mejores sueños Steven-

Sofí vio mi cara de incomodidad, mi cuerpo y mente querían salir corriendo de aquel lugar, ella lo presentía.

- Bebé es súper tarde y debo llevarte a tu casa.-

La amo, siempre sabe qué hacer y decir en el momento justo.

- Tienes toda la razón, ¡mamá va a matarme!

- Doña suegrita, mándale saludos de mi parte-.

Reí de manera incomoda -fue un placer volverte a ver Steven, pero debo irme-. Exigió que le diera mi número celular, tenía tantas ganas de decirle que no tenía número pero se escucharía tan obvio, accedí a dárselo y el muy inteligente me llamó para confirmar que mi número sea el correcto.

- Bueno, ahora si debo irme. Espero algún día volvernos a ver y seguir con esta bella charla- Por supuesto que mentí como le iba a decir, “Espero jamás volverte a ver chiquillo engreído y aburrido”.

Cuando me despedí de él, tuvo el atrevimiento de agarrarme por la cintura y susurrarme al oído. – ¡Sigues igual de guapa como él día que terminamos!, espero volverte a ver muñeca.- Sonreí con una cara de asco y me aparte de él educadamente-.

- Adiós, que disfrutes lo que sea que vayas hacer-. Y me marché rápidamente.

No es posible, recordé una parte turbia de mi vida colegial. Sofía se me rio en todo el trayecto a casa y se me burló de todo el espectáculo que habíamos montado.

- Muñeca ya llegamos a casa- Nos reímos.

- Sofía, no jodas con eso- le respondí mientras la golpeaba en el hombro.

- Gracias por lo de hoy, de salvarme de ese loco.

- Favor con favor se paga muñeca, y se siguió riendo y burlando de mí.

Algo bueno salió de esto, esa noche reímos hasta más no poder.




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