Salgo a la entrada de la casa, la brisa me golpea la cara y me revuelve el pelo, genial, debo parecer una loca ahora mismo. Dos minutos después siento un ruido y miro hacia la calle. Veo una moto acercándose, claro, en ella va Darcel, que cliché. Si esto fuera un libro yo sería la típica chica tímida que se pone nerviosa por verlo llegar, y él sería el chico irresistible que te hace tartamudear, "por su parte no está tan lejos de la realidad", pienso, a ver, siempre hay que ir con la verdad de frente y Darcel está... está irresistible.
Cuando me vuelvo a concentrar resulta que ya él está parado enfrente mío, mirándome bastante serio.
- ¿Qué pasó? .- Me pregunta sin rodeos, entiendo que está preocupado.
- Te dije el otro día que Esmeralda estaba rara, bueno, hoy fue a buscarme para que la ayudara a estudiar porque tú no podías.- Por un momento veo arrepentimiento en su mirada y siento haberlo dicho así.- Fuimos a la casa a estudiar y cuando fue a cambiarse se le enredó el cierre de la saya, yo la ayudé... pero le vi un moretón en la cadera.
- ¿Un moretón?- Pregunta, casi gritando.
- Sí, ella me dijo que fue que chocó con la mesa de la cocina, pero...
- Su cadera está por encima de la mesa, además, Esmeralda es la persona menos torpe que existe.- Termina de decir él.
- Tal vez está diciendo la verdad, pero tenía que contártelo, me preocupa que le está pasando algo.
- Es mi culpa, ella...- Cuando Darcel habla veo el miedo en sus ojos.
Me acerco más a él y le coloco una mano en el hombro.
- Darcel, eso no es así, puede ser algo de la escuela o un simple golpe.
- No, es mi...
- Darcel- Él sigue mirando para todos lados, culpándose de algo que todavía no sabemos que fue.- Darcel, mírame.- Clava sus ojos dorados en mí.- No es tu culpa, vamos a averiguar qué sucedió, todo va a estar bien.
- ¿Te puedo pedir un favor? .
- Claro
- Si notas algo extraño, lo mínimo que sea, avísame, aunque ya hayas hablado con mi mamá, cuando sea, lo más insignificante, no importa, me lo dices.
- Está bien.- Le prometo y como no hacerlo cuando lo veo tan desesperado, por unos minutos el chico tan intimidante que conocí hace unas semanas se ha vuelto alguien con miedo, vulnerable.
- Mejor me voy, dejé a mi hermana con una amiga, pero no quiero demorarme mucho.
- Adiós- Se da la vuelta y se monta en la moto, cuando pienso que ya se va a ir me mira.- Gracias Eleena.- Las palabras salen de sus labios perdiéndose en el viento al igual que él en la oscuridad.
Entro a la casa y me quedo pensando, dijo que había dejado a Esmeralda con una amiga, debe confiar mucho en ella para dejarle a cargo de su hermana.
¿Y a ti qué te importa?, me pregunto.
Entro a Whatsapp y busco el chat de Esmeralda.
"Hola, ¿qué haces? ".- Escribo
" Hola, estoy comiendo pizza"
" Qué rico, yo no comí. ¿Tú hermano está contigo? .- Pregunto como quién no quiere la cosa.
"No, él tuvo que salir, pero estoy con su mejor amiga"- Oh, entonces, sí que tiene confianza con ella.
¿Qué pensabas cariño?, que porque sea más seco que comer sin agua contigo, va a ser así con todo el mundo- Me dice una vocecita muy dentro de mi cabeza. Y no, no estoy loca.
"Bueno, que lo pases bien."- Le escribo, pasan unos minutos y no me contesta.
"Acaba de llegar mi hermano, ahora vamos a ver una película, está raro. ¿Por qué no vienes? ."
" Esme, mejor no, no quiero incomodarlos'' .- Respondo.
- Eleena, puedes venir. No vas a molestar a nadie. Además, yo quiero que vengas, por favor.- Escucho la voz de Esmeralda en un audio. Tampoco sería tan malo que fuera un rato, lo hago por la niña, me lo pidió con tanta insistencia.
Claro, no tiene nada que ver con la chica de rostro desconocido que está con ellos.- Vuelve a repetir esa vocecita, parece que está muy activa hoy.
"Está bien, ahora voy"- Escribo y me recojo el pelo en un moño, me miro en el espejo y veo la sencilla blusa gris y mi short del mismo color, no pienso cambiarme, no es como si fuera a una fiesta.
Salgo a la sala y veo a mis abuelos viendo el televisor, bueno, más bien a mi abuela, porque mi querido abuelo está dormido en su sillón.
- Voy a casa de los Dasch, la niña me pidió que fuera porque está aburrida.- A ver, probablemente esté más divertida que yo, pero eso mi cariñosa abuela no tiene que saberlo.
-Claro, llévate las llaves y cuidado por la calle.
- Está bien- Me inclino y le doy un beso en el cachete para irme.
Cuando estoy en la calle voy caminando mientras escucho "Love Story" de Taylor Swift, no puedo evitar cantar la primera parte, eso sí, bajito. No quiero que de casualidad alguien me vea y me mire como si estuviera loca.
Al llegar a la casa de Dash me recorre un escalofrío, no me juzguen, tiene un aspecto muy perturbador. Veo las luces del primer piso apagadas, pero por las ventanas veo que en la habitación de Esme hay luz. Toco dos veces, pero nadie me abre, por lo que busco el número de Esmeralda y la llamo.
- ¿Ya llegaste?- Me pregunta en cuanto contesta.
- Sí, estoy en la puerta.
- Ya abro.- Cuelga y yo me alejo un poco de la puerta, me suelto el pelo y me lo peino un poco con los dedos mientras espero que abran. Por fin siento el ruido de la puerta al ser abierta, pero no es con Esmeralda con quién me encuentro, sino Darcel.
- Disculpa la demora, es que no sabía que venías.- Por dios que pena, voy a matar a Esmeralda, yo pensé que él también sabía que venía.
- Si quieres me puedo ir, solo vine porque Esme me dijo que...- Digo atropelladamente, él sonríe y se le forma un pequeño hoyuelo en la mejilla.
- No tienes que irte, vamos a subir.- Se mueve hacia un lado para dejarme pasar, cuando entro cierra la puerta y nos quedamos en una profunda oscuridad.
- Por aquí- Siento que me toma la mano y me dirige, menos mal porque entre que no se ve nada y yo que me he quedado boba desde que me cogió la mano, probablemente me comería el piso.