Hace dos semanas:
Escrito de un diario:
No ha vuelto en una semana, eso me aterra porque solo puede significar que en cualquier momento puede aparecer.
Eleena:
Me voy a volver loca. Estoy sentada en mi cama con montones de papeles regados y cesto de la basura en la esquina repletos de intentos de ideas. ¿Por qué acepté lo de pintar el salón? . ¿ Qué voy a hacer? .
Me levanto y me miro en el espejo, tengo un intento de moño en lo alto de la cabeza y todavía estoy vestida con el pijama. Sí, lo sé, peor vestida imposible, pero es que siempre me veo desastrosa cuando estudio.
- Eleena, tranquilízate. Primero te vuelves persona y luego haces algo por conseguir una idea.- Me digo a mi misma y me meto en el baño para darme una ducha.
Me visto con un vestido de mismo tono de azul que mis ojos, me llega por encima de la rodilla. Me desenredo en pelo y dejo que caiga suelto por mi espalda. Pinto mis labios con un brillo transparente y tomo una pequeña mochila donde guardo las cosas que necesito para pintar, el celular y los audífonos.
Salgo de la casa sin rumbo y es ahí cuando se me ocurre que tal vez Esmeralda sepa de algún lugar que me pueda ayudar a conseguir inspiración.
Al llegar a la puerta de casa de los Dasch toco y espero a que me abran.
Darcel me abre, está despeinado y algunas gotas de sudor corrern por su cuerpo, alza sus cejas al verme. Está vestido con una camiseta oscura que se ciñe a su torso y un short oscuro de hacer deporte.
- Hola, ¿Esmeralda está? .
- Hola. No, ella se quedó a dormir en casa de Dapne. ¿Pasó algo? .
- Nada importante. De hecho, tú me podrías ayudar.
- Pasa y dime que necesitas.- Entramos a la casa y trato de no pensar en lo bien que se ve. ¿Por qué tiene que ser tan irresistible? . ¿ Quién se ve bien sudado y despeinado? .
SÍ, solo Darcel Dasch.
Se dirige a la cocina y yo voy detrás de él. Se sirve un poco de agua y me ofrece otro vaso a mí. Así es él, no te pregunta si quieres, sencillamente te lo da. Los demás se tienen que acomodarse a él, nunca es al contrario.
- ¿Me dirás que necesitas? .
- Bueno, es que me pidieron que pinte el salón que se va a utilizar para el festival y no tengo ni idea de que puedo hacer. Entonces estaba pensando que tal vez ir a algún lugar o conocer sobre la ciudad me podría ayudar.
- Ahí es donde entro yo, ¿no? .- Se bebe el agua de su vaso en un sorbo.
- El plan inicial era buscar a Esmeralda, pero no fue posible.
- Debería decirte que no por no considerarme como primera opción, pero tampoco tengo nada interesante que hacer. Espérame un momento.- Deja el vaso en la encimera y sale de la cocina. Voy a la sala y me siento en uno de los sofás a esperarlo. Reviso todas mis redes sociales, me entra un mensaje de Diego.
“Hola princesa, ¿cómo estás? . No he sabido nada de ti en días, por favor perdona la escena del otro día, sabes como es la relación de Alison y mía. Escríbeme.”
Sonrío al leer el mensaje, ¿cómo no lo voy a perdonar si me habla así? .
- ¿Novio?- Doy un brinco al sentir la voz de Darcel, lo que provoca que mi celular termine en el suelo. Voy a estirarme para coger el teléfono, pero él lo toma antes que yo y fija su mirada en la pantalla.
- Oye deja de leer, eso es privado.- Le digo mientras me levanto para recuperar mi celular. Él se aleja de mí y levanta el celular para que no pueda alcanzarlo, si que sabe aprovechar su altura.
- ¿Princesa?, ¿no tiene un apodo más original?- Pregunta burlándose de la forma que me llamó Diego.
- ¿Cómo me llamarías tú? .- Me arrepiento en cuanto la pregunta sale de mis labios, ¿pero qué me pasa? .
Darcel muestra sorpresa al escuchar mi pregunta, pero en menos de un minuto su expresión cambia a una de suficiencia, tan normal en él. Se acerca hasta que siento su perfume y tengo que levantar la cabeza para poder mirarlo a los ojos. Se inclina y cuando su boca está cerca de mi oreja, habla tan bajito que dudo de haberlo escuchado bien.
- Eleena- Susurra mi nombre y se aleja de mí, camina hacia la puerta dejándome con una extraña sensación.
¿Eleena? .¿Así me llamaría?, pero si solo es mi nombre.
- ¿Vienes?- Dice alzando la voz y yo dejo de estar plantada en el piso para caminar hasta su lado y salir de la casa.
Llevamos más de una hora de viaje, en la que permanezco agarrada de la cintura de Darcel para no caerme de la moto. No tengo ni la menor idea de hacia donde nos dirigimos. Hace por lo menos media hora que salimos del centro del pueblo.
Nos detenemos a un lado de la carretera, puedo ver a mi alrededor algunos árboles y la hierba está bastante descuidada y alta, lo que me recuerda a la casa de los Dasch. No se ve a nadie por todo esto.
- ¿Qué hay aquí? .- Pregunto sin tener la menor idea de por qué Darcel me trajo a este lugar. Me quito el casco y lo sostengo en mis manos, él imita mi gesto.
- Sígueme.- Solamente dice eso y empieza a adentrarse entre los árboles. Me apuro en seguirlo, es muy capaz de dejarme sola y este lugar me da un poco de miedo.
Darcel camina guiando el camino, mis ojos se fijan en su espalda, es ancha a diferencia de su cintura que es un poco más estrecha.
- Llegamos.- Lo escucho decir y despego mis ojos de él para mirar lo que está a mi alrededor. Veo una inmensa cascada que me sorprende, el agua cristalina cae desde lo más alto, la hierba en esta parte ya no es tan alta, y los árboles han desaparecido, en su lugar hay millones de flores, lo extraño es que mientras en un lado hay girasoles de todos los tamaños, al otro extremo hay unas flores que nunca había visto, varían entre los tonos desde blanco, amarillo y rosado, se ven preciosa, tanto que ocultan la majestuosidad de los girasoles.
Camino hacia ellas hipnotizada por su belleza, levanto la mano para tocar una blanca que resalta entre todas.
- Eleena, no las toques.- Darcel me grita y yo doy un salto del susto.
- ¿Por qué no puedo tocarlas? .- Me giro hacia él y lo veo caminar hacia mí, me coge del brazo y me aleja de las flores que tanto ansiaba tocar.
- Son venenosas, te pueden hacer daño.- Me dice y yo miro a las flores.
- ¿Son venenosas?, pero si son preciosas.
- Precisamente cuando algo llama tanto tu atención, es cuando más daño puede hacerte, nunca te lo esperas.
Una suave brisa nos recorre haciendo que el cabello me tape la cara impidiéndome verlo, sus palabras se sienten como si de hubiera pasado por ese sentimiento, como si lo conociera muy bien.
¿Cuál es la razón del dolor de Darcel? .