Capítulo 18:

- Ele, todo va a ir bien relájate.- Alison trataba de tranquilizarme desde mi cama, había llegado hace unas horas.

- Y si todo sale mal, si a la gente no le gusta.- La inseguridad empezaba a asaltarme, a mala hora había aceptado. Estaba caminando por todo mi cuarto como una desesperada.

- ¿Dónde está mi amiga?, porque estoy segura que esta no es.- Alison se levantó de la cama, me agarró del brazo para que dejara de caminar y le prestara atención.

- Me da un miedo terrible que no les guste y…

- Eleena Díaz, escúchame bien y que no se te olvide, eres una pintora excelente y sé que yo no sé mucho de arte, pero sin duda puedo asegurarte que sabes llegar a las personas con todo lo que pintas, ¿eso no es lo más importante? .

- Pero este trabajo es muy grande, no es lo mismo.

- Ele, si tú no te crees una artista, nadie lo va a hacer. Me parece imposible que no te des cuenta de lo talentosa que eres.- Mentiría si dijera que sus palabras no hicieron que me sintiera más segura. Alison tenía ese poder en mí desde que la conocí, sabía leerme y acabar con lo que no me dejaba avanzar. No tenía una hermana pero sin duda ella era lo más cercano a una.

 Con un abrazo cerramos la conversación y empezamos a recoger todo lo que necesitamos llevar para el concurso de belleza, se celebra hoy para dar por empezado el Festival de Aura.

 Mis abuelos se encargan de llevarme a donde me tengo que alistar para el concurso, resulta que es nada más y nada menos que en la casa del alcalde del pueblo, queda a menos de una cuadra del parque donde se va a celebrar el festival.

 Mi abuelo regresa a la casa donde todavía están Diego y Alison esperando a que sea la hora de ir al baile. Mi abuela, en cambio, entra a la habitación donde me dijeron que me podía vestir,   busca el vestido que tengo que ponerme, el cual no he visto todavía porque ella quería darme la sorpresa. Cuando lo saca de la bolsa, donde lo tenía guardado, me quedo con la boca abierta. Es de un azul muy claro, por un momento me recuerda a la cascada del lugar donde me llevó Darcel hace unos días, una fina tira del mismo color lo engancha a mi cuello, el escote es en forma de corazón. Lo que más me gusta es como se ciñe en la parte de arriba hasta la cintura, donde tiene un pequeño rastro de piedrecitas que lo hacen brillar dejándolo que caiga suavemente hasta el suelo, la mitad de la espalda queda libre de la tela. 

 Se ve tan precioso que me da miedo hasta tocarlo.

- ¿Te gusta? .- Mi abuela pregunta con una arruga en la frente que relaja en cuanto sonrío.

- ¿Bromeas?, es precioso. ¿De dónde sacaste un vestido así? .

- Fue un regalo para ti.- Solo responde.

- ¿Mis padres? . ¿Alison? .¿Diego? .

- Me pidieron que no te lo dijera y yo tengo palabra, así que mejor empieza a vestirte.- Hago una mueca a su respuesta, pero ella se mantiene en su posición y me acerca el vestido para que empiece a arreglarme. Cuando termino de vestirme, me siento en un pequeño tocador donde empiezo a maquillarme, me acuerdo cuando mi mamá me enseñó. Realmente no soy de maquillarme mucho, solo en ocasiones muy importantes.

 Cuando estoy lista me levanto lista para ir al salón donde se va a realizar el concurso. Mi abuela me acompaña a la puerta, donde ya mi abuelo nos espera. Justo cuando llegamos al parque es que recuerdo que Darcel va a ser mi pareja, desde la discusión no nos habíamos visto más. Podría decir que la razón de que mi cuerpo empezara a temblar producto a los nervios era por miedo a que me dejara plantada, pero, ¿para qué mentirme?,  sabía que Darcel no me abandonaría así, aunque hayamos discutido la última vez que nos vimos, el motivo de mis nervios era sencillamente él.

 Con todos los pensamientos no me había dado cuenta de que todavía no había salido del auto, cuando mis pies tocaron la verde hierba el nerviosismo se triplicó, dentro de pocos segundos llegarían las personas y verían el salón, ¿les gustaría?, ¿lo juzgarían?.

 Recorrí todo el lugar con la mirada, vi a varias chicas, con preciosos vestidos y sus parejas, esperando a que empezara el concurso. Poco me interesó si eran preciosas o faltaba poco, yo solo necesitaba encontrarlo.

Darcel:

¿Alguna vez han sentido la imperiosa necesidad de parar el tiempo?, pues yo la sentí cuando llegué al parque y mi mirada se detuvo en Eleena, en medio del lugar mirando a su alrededor buscando a alguien, una gran parte de mi quería pensar que a quién sus ojos de ángel querían ver era a mí. Aproveché que no me había visto para detallarla, el vestido era del mismo color de sus ojos, cosa que confieso que fue lo que me encantó desde el primer momento que lo vi en la vitrina de esa tienda. Sabía que le quedaría precioso, pero la realidad superó por mucho la imagen que tenía en mi mente. 

  Nuestras miradas se encontraron y una suave brisa me golpeó haciendo que me recorriera un escalofrío, se veía como una diosa, solo podía pensar en algo y era que quería tomarle una foto en ese momento exacto cuando me sonrió como si me lo mereciera. Fui caminando hasta donde estaba y me di cuenta de que estaba nerviosa, la forma en que se encajaba las uñas en la palma de la mano la delataba.

- Hola.- Me saludó, mientras veíamos como empezaban a pasar las personas para el salón.

- Hola, te ves preciosa.- No pude resistirme, tenía que decirlo, sino sé que me arrepentiría por el resto de mi vida.

- Tú también te ves muy bien.- Sus ojos me examinaron y por la sonrisa que apareció en sus labios sé que le gustó lo que vio.

- ¿Estás nerviosa?- Le pregunté, aunque ya sabía la respuesta.

- Es la primera vez que le voy a mostrar a tanta gente lo que me gusta hacer, si sale mal no sé si tenga valor de volver a pintar.- Su mirada se clavó en el piso como si tuviera miedo de mostrarme lo que estaba sintiendo. Antes de darme cuenta ya estaba levantando mi mano para levantar su cara y que me mirara a los ojos, cuando lo logré vi todo el miedo que tenía en ese momento y lo único que quería era poder borrar esa mirada triste, esa inseguridad.