Empieza una nueva mañana para Eleta una nueva vida se le avecina, su cuarto era pequeño, pero acogedor, se para en la ventana, respira el aire, entonces es cuando ella se da cuenta de que esa no era su ciudad. ¡La ciudad parecía antigua como se ven en las películas de los años de la época victoriana, sin embargo, había!! ¡Grifos?!!! Las personas volaban en ellos, parecía algo normal, había otras criaturas, parecían lobos gigantes y pájaros gigantes eran los medios de transporte de las personas. Ella no podía creer lo que vía esa un sueño, se pellizcaba mientras miraba ese mundo desconocido. Eleta se viste y se mira al espejo, era un bello vestido blanco de encajes finos, guantes era como se vestían las chicas de aquella época, su pelo blanco, sus bellos ojos azules, su piel blanca como la nieve y sus finos labios. Tenía unos cachetes peculiares, no eran ni grandes ni pequeños, pero eran tiernos. Lo que más le gustaba a ella era el silencio, por fin sentía paz, no entendía qué pasaba, así que salió a ver a espina. Él se encontraba sentado delante de la chimenea pensativo, la muchacha nunca se había fijado bien en él, siempre parece estar tramando algo, sonríe vagamente como si supiera todo lo que ella fuera a decir, se podría decir que es bien apuesto aunque ella no entiende bien los estándares de belleza él era algo de unos 1.94 m su musculatura se vía promedio no destacaba a lo mejor era su ropa que vestía un traje negro con bufanda era como si usar negro fuera su mayor religión.
— Buenos días, Espín, donde estamos, que significa todo esto acaso estoy soñando? — Eleta
— No estás soñando, niña, estás más despierta que nunca. Bienvenida a la ciudad inmortal Revent esta ciudad está separada del mundo físico, es la ciudad de todos los magos ¿Hermosa no?— Espina sonríe brevemente
— Es muy hermosa, hay muchas cosas que nunca había visto en este lugar — Eleta
Espina— Este lugar no es tan bello como parece Niña puede parecer lindo, pero la verdad es que está podrido... ahora tenemos que irnos, tengo trabajo que hacer —
— Espín!! Tengo nombre no me llames niña — Pone cara de enfado Eleta
— Espín?, acaso me acortaste el nombre, tu nombre Eleta es el nombre de una antigua bruja Celta no es un nombre que una niña pueda llevar, mmm a partir de ahora te llamaras Eli — Espina
Eleta enojada, le da una patada por la rodilla a Espina. Él finge ignorancia, pero la verdad le dolió Espina cae en el piso.
— Jumm Llámame como quieras yo haré lo mismo — Eleta
— Maldita mocosa (susurra)— Espina
Cuando salen para el patio, Eleta se fija en la casa, no es tan grande, pero abarca buen terreno, su forma colonial la hacía ver hermosa aunque se sentía oscura por alguna razón.
Espina— Déjame advertirte algo, en esta casa viven algunas hadas molestas, yo las dejé vivir aquí, pero si crees que son como los cuentos para niños está muy equivocada, las considero como los seres más peligrosos del mundo—
—! ¿Hadas?! En serio y son bellas? Por qué son peligrosas?— Eleta
— Ellas no entienden a los humanos, buenos, ellas no entienden nada, solo hacen lo que fueron hechas para hacer, son 2 tipos de hadas, las del sueño y las del despertar, más adelante te explicaré mejor, ahora tenemos que darnos prisa.— Espina
El levanta la mano y de un pequeño establo sale un caballo negro con alas (Un Pegasus pensaba la niña mientras quedaba embobada con la belleza de aquel animal)
— Un pegaso me encanta, es superbello— Eleta
— es un caballo de la muerte cuando tu hora llega, ellos te llevan al más allá no son Pegasus — Espina ríe mientras lo dice
La coge en sus brazos y la monta en el caballo. Alzan vuelo con rapidez y pasan las nubes. ¿Entonces la ciudad que desapareció y estaban en su vieja ciudad, como podía ser esto? ¿Acaso esa ciudad siempre estuvo hay y nadie la ve?
— Casi siempre mi trabajo es fuera de la ciudad, incluso diferentes partes del mundo, la verdad es que los magos tienen miedo de salir de esa ciudad— Espina
— ¿por qué?— Eleta
— Es fácil, le tienen miedo a la muerte, no te distraigas, ya llegamos — Espina
Se bajan del bello caballo negro, sin embargo, nadie vía o simplemente ignoraba aquel caballo, bueno dicen que la muerte no es vista hasta que te llega el momento. Caminan por el barrio, un lugar muy común, casas comunes, sin embargo, había policías rodeaban una casa que parece que se había cometido un crimen. Un niño y su hermana mayor lloraban junto a un agente, parece que sus padres fueron víctima de algún tipo de animal, sus cuerpos habían sido despedazados y mordidos. Él pasa por la cuerda y se acerca al oficial de más rango que está ahí y le enseña una placa de policía igual.
— ¿Entonces oficial cuál es su teoría de lo que pasó aquí?— Espina
— Mi nombre es Lorance es placer conocer a alguien de alto rango... en cuanto al caso es un callejón sin salida, la familia no tenía perros ni ningún animal que pudiera hacer esto sin contar con que un destrozo así hasta un tigre lo tendría difícil y ¿Disculpa que hace una niña aquí?— Lorance
Eleta se esconde detrás de él.
— Esa niña es un agente en entrenamiento, no se preocupe, ella es especial — Espina
— Si usted lo dice, pero creo que es una escena muy dura para ella.(Es muy pequeña para ser agente especial de verdad en que ha quedado el mundo). —Lorance
Suspira el oficial; entran en la escena, era algo muy desagradable para la vista, los 2 cuerpos desmembrados. Él observa el lugar y hubo algo que le llamo la atención: una figura de un tigre de oro. Se pone pensativo y susurra (algo aquí no tiene sentido)
— creo que sé cómo ayudar — Eleta le dice en voz baja
Ella toca un pedazo de la ropa de una de las víctimas, estaba llena de sangre, Lo lame y...
— Oye qué haces es una escena del crimen, estás dañando evidencias — Lorance
— Déjala oficial tranquilo no va a arruinar nada — Espina
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Editado: 11.05.2023