Capítulo IX : La biblioteca y el Genio

Ciudad Revent hermosa ciudad de magia, la fantasía es lo normal y aun así existía una mansión que todos evitaban, pero algo había cambiado, una niña jugaba en su jardín.

Eleta jugaba con las hadas del sueño, a pesar de su mala experiencia con ellas, parece que logro entenderlas un poco.

— Muchas gracias, princesa, jugar con usted es muy divertido — Hada del sueño, revolotea alrededor de Eleta

— Gracias a ustedes, la verdad me aburro mucho, Espín no juega conmigo, además sale y se desaparece, Ángelo fue en busca de comida — Eleta suspira

— Para pagar tu humildad, que tal si te llevamos a un lugar divertido — Las hadas dicen con sus pequeñas risas

— No sé, no quiero dormir eternamente — Eleta se pone en alerta

— Tranquila, no haremos eso más, pero te llevaremos a una biblioteca dentro de la casa — Hada

—¿ En la casa?? Nunca la vi ... — Eleta sorprendida

— Vamos princesa, encontrarás muchas cosas divertidas allí — Las hadas toman a Eleta por las manos y la llevan dentro

La llevan delante de la chimenea de la sala, un hada prende el fuego.

— Vamos niña, entra al fuego, tranquila, no te va a hacer daño — La risa pícara de esas hadas no son nada confiables para Eleta

— No, no gracias, mejor me voy — Eleta preocupada, dice

Las hadas empujan a Eleta y ambas caen dentro del fuego, Eleta cierra los ojos, para su sorpresa no se equivocaban, de momento se encontraban en una habitación llena de libros y estatuas, obras de arte sin duda un lugar misterioso.

— Wow es un lugar precioso; sin embargo, qué esté escondido ya me dice que Espín no le gusta que entren o es un lugar peligroso, será mejor que me fuera — Eleta dice decepcionada

— Espera niña, sabes aquí hay un Dijin un ser capaz de realizar deseos a los humanos, al menos eso escuché — Hada

— Concede deseos, eso existe, no me diga que sale de una lámpara?? — Dice Eleta sorprendida

— Ven, aquí está — Hada

Pasan una mesa bien decorada, en su medio se encuentra una campana dorada, Eleta no sabe por qué, pero le daba muy mal sentimiento, su piel se erizaba. Llegaron a una copa negra, no se veía especial, sin embargo, Eleta lo sentía, algo grande se escondía en ella.

— Solo bebe de la copa y el Dijin saldrá a cumplir tus deseos — Hada

— No se suponen que salen de las lámparas, beber eso no me acaba de convencer — Eleta

— No todo es como lo dicen, las verdades siempre se esconden detrás de las mentiras para confundir — Hada

Eleta mira el hada, a pesar de no estar convencida, Eleta tiene un deseo, algo que siempre ha deseado y la persigue en sueños. Bebe la copa sin pensarlo mucho, pero bebía y no se acababa. Era como si la copa le quitara energía vital a Eleta.

— Qué es esto, me siento mareada — Eleta suelta la copa que sigue llena, como si nunca hubiera bebido

Un humo negro sale de la copa y toma forma, Piel roja, orejas puntiagudas, vestido estilo árabe.

— Mi nombre es Abdel, Dijin de la copa de la envidia, niña pude adoptar forma física, ¿Quién eres? Normalmente, solo puedo proyectarme astralmente. Tu poder mágico no es normal para agradecerte, puedo concederte dos deseos, normalmente es uno así que se agradecida — Abdel dice con una voz de alguien muy sabia

— ¿¿Puede ser lo que sea?? Existe alguna restricción o condición?? — Eleta muy sorprendida

— Puedes pedir lo que quieras, solo déjame decirte, existen dos tipos de deseos, los buenos y los malos, solo está en tu decisión, cuál elegir, cuidado con lo que deseas —Abdel

— Mmm está bien, lo primero que deseo saber quienes son mis padres y si están vivos — Eleta

— Sus deseos son órdenes— Abdel se ilumina y se apaga al instante

— Tu deseo no puedo responderlo, por lo menos no completamente, pero puedo decirte que están vivos, pero, sin embargo, no puedo ver quienes son, ni donde se encuentran, esto es muy raro, eso solo significa una sola cosa, tus padres no están en este universo, mis poderes solo tienen efecto en mi propio universo del cual fui creado, no puedo saber quienes son, si se encuentran en otro universo, existen infinitos de universos paralelos es imposible localizarlos — Abdel

— ¿¿No entiendo, dices que no están en este universo?? — Eleta confundida, dice

— Pide el segundo, ya no puedo hacer más por ese deseo — Abdel imponente

— Bueno, ahora estoy más confundida que antes, una amiga murió, se llama Renata, puedes revivirla — Eleta aprieta sus manos en su pecho

El Dijin sonríe un aura negra lo envuelve, el miedo llega a Eleta

— Tus deseos son órdenes, el ser llamado Renata está de nuevo en este mundo — Abdel desaparece en una risa oscura

— Qué hice??!, algo no me gusta — Eleta dice muy asustada, su corazón se siente apretado

En ese momento, atrás de Eleta aparece Espina.

— Eli no tienes idea lo que has hecho, pude observar el final, de todos los deseos que podías pedir, tenía que ser ese — Espina sonríe, parece que algo divertido se avecina por lo menos para él

— ¿Por qué no me detuviste? Acaso siempre fuiste tan cruel — Eleta

— No confundas que no deje que te hagan daño con esto, quiero emoción en mi vida vacía, una de tus funciones es sacarme de mi aburrimiento eterno y quise ver qué deseos tenías, te confieso que nunca pensé que pedirías algo como eso — Espina

Eleta está muy decepcionada con el comentario de Espina. Pero ella por dentro sentía que había hecho algo malo.

— ¿Qué hice exactamente Espín? Acaso está mal, querer ver de nuevo a tus seres queridos — Eleta

— Bueno, eso ya los verás tu misma, pero antes — Espina

Espina atrapa a una hada por sus pequeñas alas.

— Explícame pequeña, cuál fue tu objetivo al traer a Eli a la biblioteca — Espina mira amenazadoramente al hada

— Solo queríamos que la princesa fuera feliz — Hada muy asustada