“La pesadilla de anoche fue aun mas horrible que la primera, al principio todo era igual, Todd y Ice peleándose, pero luego en vez que de que July apareciera, fue Peat con una navaja en la mano quien entro en mi habitación y Ice no discutía con Todd, estaba gritándome, por un lado estaba Peat amenazándome y por otro Ice, y yo no sabía hacia dónde ir, estaba encerrada por ambos, hasta que ellos comenzaron acercarse a mi, se acercaban mas y mas y justo cuando crei que Peat conseguiría lastimarme, me desperté. Esperaba que estas pesadillas no fueran recurrentes, por el contrario no podría seguir en paz con mi vida, sobre todo porque a Ice lo veo una vez a la semana, cuatro horas al día”
Trate de parecer normal, como que nada del dia anterior me afecto, asi mi madre no se preocuparía y no estaría encima mio como si fuera una niña, la conocía muy bien como para saber que a veces suele ser la mujer mas exagerada de la tierra. Me puse unos pantalones negros largospara tapar mis rodillas raspadas y una camiseta de tirantes antesde bajar a desayunar.
—¡Buenos días!—dije mientras me sentaba a desayunar con mi madre.
—Buenos días a ti también, ¿Cómo estas?—le sonreí ampliamente a mi madre y ella enarco una ceja.
—Muy bien—respondi mientras me servia el te.
—No creas que no me doy cuenta de lo que haces—me miro con esa típica mirada de madre, esa mirada que te dice que lo sabe todo y tu te preguntas, ¿como lo hacen?—Solo te cuido Linda.
—Lo se mama, pero estoy bien, solo fue un pequeño susto—ella apretó mi mano y me sonrio con dulzura.
Pudimos tener una charla normal y fluida sin que nada se interponga, hasta que el teléfono sono. Mi madre contesto y luego me miro.
—Es tu padre—dijo. Y esas palabras fueron suficiente para que mi mañana se fuera a la mierda.
Solo hable dos minutos con el, luego se excuso de que tenia mucho trabajo y que me llamaría en la semana, a pesar de todo, me alegró oir su voz, pero eso no quitaba el hecho de que no estuviera molesta con el y espero que mis respuestas cortantes hubieran sido señal suficiente para que se diera cuenta. Despues de casi unmes vengo hablar con el, es que ¿Acaso es una jodida broma? siento que me estan tomando el pelo.
—Ya lo oiste cariño, el te llamara en la semana—dice mi madre para hacerme sentir mejor. ¿Como lo hace? ella no parece para nada afectada. Hice una mueca arrugando mi nariz y me encogi de hombros.
—Esta bien, voy a salir un rato y vengo enseguida—dije mientras corria a buscar mi abrigo.
—¿Que? ¿Crees que sea buena idea? Después de lo que paso ayer…
—No puedo estar todo el tiempo encerrada, voy y vuelvo. Estare bien—a mi madre no le quedo de otra que asentir, luego de eso sali.
Corrí por las veredas hasta llegar a mi destino, necesitaba esto mas que nada. Reconocí enseguida el letrero viejo y oxidado y me adentre en busca del dueño. Para mi suerte el lugar estaba vacio y Bock estaba del otro lado del mostrador. Me sonrio de inmediato cuando me vio.
—Rubia, que sorpresa—le devolví la sonrisa y me acerque hasta donde el estaba.
—Hola Bock, quería disculparme por como me fui la otra vez, fue descortes de mi parte—dije a modo de disculpas, el hombre rio e hizo un ademan con la mano restándole importancia.
—Oh niña, para nada, no te das una idea de los verdaderos insultos que he vivido desde que tengo este viejo gimnasio—rei y pase mis manos por mi cabello con nerviosismo—Pero algo me dice que no estas aca solo para disculparte—mordi mi labio y negué. Bock presto toda su atención en mi.
—Me gustaría inscribirme aquí para tomar algunas clases—Bock alzo las cejas con sorpresa.
—Bueno, yo no tengo ningún problema—dijo regalandome una sonrisa amable, sonrei feliz hasta que oi el “pero”—Lo único malo, es que aca no entrenamos a mujeres, tu serias la única—suspire con aire cansino y mordí mi labio inferior pensando.
—A mi no me molesta—dije después de unos minutos. Estaba tan desesperada por querer aprender a defenderme que no me importaba en lo absoluto tener que estar rodeada de hombres.
—¿Segura? Aca vienen muchos hombres y…
—Esta bien, yo…me hare cargo si algo sucede—Bock rio y negó. Deje caer mis hombros con pesadez y me incline hacia el mostrador para apoyar mi menton en mis manos. El mostrador quedaba a la altura de mis hombros.
—Tengo un salón disponible, no suelo ocuparlo porque es muy chico para que entrenen, aunque por lo general lo usa un muchahcho que es de mi confianza y el solo viene de vez en cuando…pero podría dejártelo a ti ¿Qué dices?—asenti enseguida dando unos pequeños saltos de alegría—Bueno, en ese caso, bienvenida a BockGym—Bock extendió sus brazos y yo solo pude reir.
Me puse de acuerdo con Bock en cuanto a la paga, pues le insisti en que me cobrara un poco mas, ya que, usare ese salón sola, sin embargo, el no lo acepto. Por otro lado, Bock prometió que no dejaría que ningún idiota me molestara, por ser la primera mujer en ir a su gimnasio después de unos largos años, dijo que yo recibiría todo su cuidado, y yo no podría estar mas de acuerdo y segura con sus palabras.