“Desde aquella vez las cosas han cambiado. No lo he vuelto a ver, desapareció nuevamente con la diferencia que ahora me importa muy poco. Por otro lado, el dia de ayer recibi una llamada un tanto extraña, una llamada que de cierta manera había alegrado mi dia. Molly fue quien me llamo, es una niña de lo mas dulce y que esta muy feliz por tener una hermana mayor. Me sentía mal por no sentir lo mismo, pero estaba mas que decidida a darle la oportunidad que ella merecía”
Como hoy era sábado y no tenia nada que hacer me prepare para mi maratón de películas viejas, una costumbre que inicio cuando era pequeña y mi madre me hacia ver peliculas como Footloose, Dirty Dancing, El club de los cinco, Flashdance, y mi favorita de todas, Mujer bonita. Ella no estaba en casa, asi que tenia la casa para mi sola. Hice un recipiente lleno de palomitas, me tape con mi manta y puse play a la panatalla de mi laptop pero antes de que la película se reproduciera, mi teléfono comenzó a sonar. Conteste de mala gana hasta que oi la voz de quien llamaba.
—¿Bock?—pregunte incrédula. Ahora que lo pensaba, no veía a Bock hace mucho tiempo.
—Hola rubia...—dijo del otro lado, sonaba igual que siempre con esa calidez que me hacia sentir en paz—Hace tanto que no te veo…y no has vuelto por aca ¿Todo esta bien?
Uff. Si tan solo supiera.
—Si, claro—respondi.
—Eres una pésima mentirosa. Edward me conto todo—abri mis ojos mas de lo normal al oir el nombre de Edward. ¿Que le habra contado? suspire con cansacio y me quede en silencio sin saber que decir—¿Por que no vienes? Me gustaría hablar contigo.
—Es que…estoy muy ocupada y..—mire a mialrededor en busca de una excusa para no tener que salir, pero no se me ocurrio nada convincente para Bock.
—Rubia...—dijo con ese tono de advertencia como si supiera cada uno de mis movimientos.
—Bien—dije rendida. Podia imaginarme su sonrisa ganadora—Voy enseguida Bock.
Mire con pena la pantalla de mi ordenador antes de apagarlo, guarde las palomitas rogando que no se pusieran blandas cuando regresara y subi a mi habitación para cambiarme el pijama por algo comodo, aunque ¿Hay algo mas cómodo que un pijama? Me coloque un pantalon de chandal gris y un sueter color negro y apenas recogi mi cabello en una coleta alta y desarmada.
Camine hasta llegar a Bock. Este lugar se me hacia algo extraño ahora, me sentía incluso incomoda entrar, recordaba todo lo que había vivido aqui en el poco tiempo que llevo en esta ciudad. Me arme de valor y entre. Bock y Peter fueron los primeros a los que vi, el gimnasio estaba casi vacio por lo que mi vergüenza no fue demasiada. Leas sonrei desde la puerta y entre con pasos lentos atenta a cualquier cosas que me indicara si Edward andaba por aca.
—Aquí esta la desaparecida—dijo Peter en cuanto me vio. Estaba mucho mas flaco de la ultima vez que lo vi. Lo abrace con alegría y el correspondió a mi gesto.
—Hola Pedro ¿Como estas?—pregunte mostrando interes. El hizo una mueca y se encogio de hombros.
—Vivo y hambiento hasta la muerte—respondio haciendome reir.
Bock puso su mano en mi hombro y me acerque para darle un pequeño abrazo, me sentía apenada por todo lo que había pasado aquí. No queria involucrar a Bock ni a Peter en mis asusntos personales, o mejor dicho, en mis rollos con cierta persona que no quiero nombrar.
—Ven conmigo—dijo Bock caminando hacia su oficina. Asentí mientras le daba un leve empujon a Peter logrando que perdiera el equilibrio y casi cayera sobre un monton de toallas sucias tiradas en un rincon. Solte una risotada y entre corriendo a la oficina por miedo a que quisiera vengarse por ello.
Al calmar mi risa y mirar a mi alrededor, todo se vino a mi la ultima vez que estuve aquí con Edward. Debía hacer a un lado esos pensamientos, y creo que es por eso que he evitado a Bock, simplemente se me era imposible no relacionar al chico de mirada oscura con todo este lugar. Preste mi atención en la fotografía que estaba encima del escritorio y que antes no estaba allí. Era Bock con su hija y su nieta, se veian adorables.
—Es muy linda—dije refiriéndome a su nieta. Bock sonrio con orgullo.
—Lo es—dijo mirando la foto con nostalgia—Se llama Emilia—sonrei y asentí mientras dejaba la fotografía en su lugar.
—Es muy lindo nombre…
—Si, lo es—dijo sin quitar sus ojos de los mios—No me desvíes el tema.
Alce la vista para ver a Bock y deje caer mis hombros rendida. No tenia escapatoria. Estuve por lo menos dos horas hablando con Bock. Contándole todo lo que había pasado en el gimnasio como fuera de el. Me desahogue como nunca, llore y una parte de mi agradecía haber venido, pude sacar ese peso que había llevado conmigo todo este tiempo. Bock me escuchaba atento como ese padre o abuelo que siempre esta ahí para su persona favorita ¿Es normal que le tenga mas confianza a Bock de lo que le puedo tener a mis padres? su mirada pacifica me hacia sentir segura, no habia prejuicios, ni reproches en esos ojos, solo la mirada de alguien que sabe escuchar.