No volvi a recibir ni un solo mensaje de Edward, también había querido comunicarme con Todd, pero no había tenido resultado. En definitiva, pese a que el dia de ayer había comenzado bien, hoy todo se había ido a la mierda. Me quede en casa todo el dia sin salir de mi habitacion. Mi madre me había invitado a pasar un dia de chicas, pero ni siquiera tenia el animo para vestirme y salir, asi que le dije que otro dia. Me estuve mandando mensajes con Ethan, quien esta ansioso por que le cuente todo con lujo de detalle, pero ¿Qué le contaria? Edward era un grandísimo idiota.
Sentía un vacio dentro mio, y estaba segura que era por la falta de Bea y Todd, los necesitaba para equilibrar mi vida en esta ciudad, porque sentía queestaba caminando por una cuerda floja, la cuerda floja era Edward, mi madre y todo aquello que me escondian, y solo me mantenia de pie el apoyo y amistad de Ethan. Que penosa es mi vida.
Como no tenia ni un panorama me vi las ocho películas de Harry Potter, solo sali de mi habitacion para buscar comida e ir al baño. Eran las tres de la mañana cuando acabé de ver la ultima, literalmente todo el dia se lo dedique a Harry. Mis ojos me pesaban debido al cansancio, de haber estado todo el dia frente a la pantalla de mi laptop. Apague todo y me recosté en mi cama. No tendía la cama desde el viernes, asi que en mi fallido intento por tratar de arreglarla me encontré con la camiseta negra de Edward. Aun olia a el. Suspire y de mala gana me quite mi camiseta de Hello Kitty y me puse la de el, maldito Edward. En cuanto apoye la cabeza en la almohada me quede dormida, sin embargo, no se cuanto habre dormido cuando sentí la lámpara de mi mesa de noche caerse seguido de una maldicion, me sobresalte sentándome en la cama cogiendo un cogin como defensa. En la oscuridad solo distinguia una silueta.
—¿Q-quien es?—hable temblorosa. Sentí una mano helada en mi pierna y por acto involuntario le avente con fuerza el cogin a cualquiera que se había atrevido a tocarme.
—¡Mierda! Estas loca—reconoci de inmediato esa voz.
—¿Edward? ¿Que mierda haces aquí?—susurre tratando de buscarlo entre la oscuridad.
Sentí mi cama hundirse a mi lado y me corri para darle lugar.
—Shhh…no preguntes por favor—suplico. Estaba tan confundida, el se recostó en mis piernas acariciando mi mano como si de un niño se tratara. Me recosté tratando de no moverlo y me acomode para estar mas comoda. El se acomodo en mi pecho, abrazo mi cintura y paso mi mano por su cuello incentivando a que lo abrazara.
Me quede con los ojos bien abiertos tratando de regular mi respiración meintras acariciaba su cabello y oia su respiración tranquila y calida que chocaba en mi pecho. Esto era una locura, se supone que estoy enojada con él. ¿Deberia echarlo? Aunque siendo sincera, no quiero apartarlo de mi.
Desperte gracias a unos golpes en la puerta. Era mi madre. Me incorpore tan rapido que obligue a Edward a hacer los mismo, sin embargo, estaba mas pendiente de que no abriera la puerta, pues si nos veía era mi fin, para mi suerte y pese a que si intento abrirla, ésta estaba con seguro. Bote todo le aire retenido y voltee para ver a Edward y ahí me quede. Funci el ceño entre sorprendida y curiosa, pero cuando amague a tocar su rostro, la voz de mi madre me obligo a voltear de inmediato.
—Cariño ya me voy, no te quedes dormida—grito desde el otro lado de la puerta.
—Si mama—respondi volviendo mi vista al chico que me miraba como si la que tuviera la cara magullada hubiese sido yo.
Espere a oir la puerta de salida cuando practicamente salte de la cama alejándome de el.
—¿¡Que demonios te paso!?—medio grite, medio susurre. El frunció el ceño llevándose una mano a una de la szonas afectadas. Hizo una mueca dolorosa cuando presiono sobre su labio partido.
—Nada—respondio restándole importancia. Su camiseta blanca estaba manchada con sangre.
—Edward—lo llame—¿Que ocurrió? ¿Por que razón apareciste en medio de la noche? Y mas encima asi golpeado…¿En que te metiste?—pregunte colocando mis manos en mi cadera. Se sento de mala gana, se puso sus zapatillas y revolvio su cabello. Me miro un segundo y bufó con molestia.
—¿No crees que es muy temprano para hacer tantas preguntas?—dijo tirandose para atras en mi cama tapando sus ojos con su antebrazo.
—No cuando vienes asi como asi a mi casa y en ese estado—me cruce de brazos esperando respuesta, sin embargo, el no se inmuto. Tome con rabia mi almohada y se la lance con fuerza en la cara—Eres un completo idiota—le dije.—Minimo has un maldito intento de arreglar las cosas quitando esa postura de mierda.
—¿Postura de mierda?—fue lo unico que dijo cuando quito su brazo de su rostro y me miro con una sonrisa ladina. Gruñi con rabia y el solo rió volviendo a taparse el rostro.
Tome una toalla de mi armario y cuando iba abrir la puerta, Edward se incorporo obstruyéndome el camino. Me tomo por los hombros obligándome a voltear y me acorralo contra la pared apoyando uno de sus brazos en la pared y con el otro sujetaba el manojo de la puerta. Desde aquí podia notar los hematomas en sus pomulos, su labio partido con sangre seca y un pequeño corte en su ceja, sin mencionar en sus nudillos sangrientos y manos lastimadas con cortes leves. Me desesperaba. Lo empuje con la intención de sacarlo de encima mio, pero apenas si se movio, aunque si oí una queja por su parte cuando mis manos golpearon su abdomen. Con cuidado levante su camiseta para notar unos horribles moretones en sus costillas.