El resto de la semana Edward no me dirigió nisiquiera una mirada. Me sentía tonta el verlo por los pasillos y ver como seguía de largo, me daba rabia, impotencia y solo me quedaba claro que le estaba haciendo caso a mis palabras, ¿Habre sido solo un juego para el? El hecho de pensarlo me estrujaba el pecho. Me dolia pensar que se alejo de mi porque en realidad no le importo. O quizas, por ser una enojona de mierda. He pensado en tantas cosas, tal vez, yo deba acercarme y....¡NO! ¡Por supuesto que no! ¡Yo no he hecho nada malo! Si el decide acabar con lo que sea que teniamos, entonces yo no ire detras suyo como perrito faldero. No señor. Sin embargo, en cuanto mas pensaba que "lo nuestro" se habia acabado, mas pena me daba. No queria que se acabara tan luego, pero supongo que despues de todo, no eramos el uno para el otro y por ende, esto jamas hubiera resultado. Por favor, somos tan diferentes.
En fin, hoy acababa la semana de tortura y maldecia por tener cuatro horas de clases con el, sin embargo, el no se presento en ninguna de ellas, por un lado me sentía bien y por el otro me sentía mal por no haberlo visto, y me daba curiosidad el porque. Al salir de clases, me despedi de Ethan y de Bea y camine de regreso a mi casa, sin embargo, una camioneta roja algo oxidada se estaciona a mi lado provocándome una sonrisa sincera.
—¿Te llevo?—pregunto bajando el vidrio del copiloto. Yo rei un poco y asentí mientras me subia—¿Estas bien?—pregunto curioso, solo pude asentir sin decir nada y Todd solo me miro.
—Si—dije para tranquilizarlo y rei para que notara que no me pasaba nada.
En el camino no dijimos mucho, mas bien intercambiamos algunas palabras. Todd estaciono frente a su casa y nos bajamos. Me despedi de el dándole las gracias y luego me fui caminando a mi casa. Introduje mi llave y al comprobar el interior vacio y oscuro, me di cuenta que mi madre aun no llegaba, por lo que camine a la cocian en busca de algo para comer y luego subi las escaleras para llegar a mi habitación.
Abri la puerta, encendí la luz y arroje mi mochila en mi cama, cuando siento como alguien me toma de la cintura. Por acto involuntario me voltee con mi puño en dándole en el rostro a quien sea que me había asustado de esa manera.
—¡Mierda! ¡Debes dejar de hacer eso! ¡Demonios!—Edward estaba de rodillas con sus manos en su rostro. Abri mi boca sorprendida, nunca huybiera imaginado que el estaba aca.
—¡¿Que diablos haces aquí?! Imbecil—grite aguntando una risotada. Pues ahora que lo veia, la escena era muy graciosa. Lo ayude ponerse de pie y este se sento en mi cama.
—Queria sorpenderte—dijo mientra se miraba la palma de su mano para verificar su su nariz estaba sangrando, pero solo estaba un poco roja. Frunci el ceño y me cruce de brazos mientra me dedique a mirarlo.
—¿Sorprenderme? Después de que me estuviste ignorando toda la semana…—dije incredula. Pero a decir verdad, mi corazon latia con fuerza.
—Solo estaba dejando que las cosas se enfríen un poco…—dijo alzando su cabeza para mirarme. Lucia distinto. No vestia de negro ni con su chaqueta de los Darksouth. Tenia una camiseta blanca y un pantalon de jeans oscuro que le daba ese aire juvenil que tanto me encantaba en el.
—Eres un completo idiota Edward Scott.—dije sentandome a su lado.
—¿Te dije alguna vez que me encanta como suena mi nombre en tus labios?—frunci el ceño y le arroje con un cojin que estaba tirado.
—No creas que por venir asi a mi casa voy a ser buena contigo—el rio.—No te rias—le dije. Se acerco a mi, pese a que me habia sentado muy a la orilla para no tener que estar tan cerca suyo, pero si me seguia corriendo terminaria en el piso.
—No huyas de mi—susurro en mi oído cuando me tomo de la cintura y se acerco a mi. Mi espalda chocaba con el respaldo de mi cama y suspiré cuando su aroma me invadio. —Tengo una sorpresa para ti—susurro separandose de mi. Frunci el ceño y lo empuje un poco para verlo a los ojos.
—No gracias—dije poniendome de pie.
—No puedes rechazar una sorpresa—dijo—Asi que vístete y te espero abajo.
Me dio un casto beso en los labios y bajo las escaleras. Me quede en mi habitación sin saber que hacer, ¿Debería hacerle caso? Me sente en mi cama debatiedome internamente, miraba mi closet y tampoco sabia que ponerme. Finalmente decidi ponerme un jeans ajustado negro con una blusa blanca. Deje mi cabello suelto, el cual debido a la trenza que tenia hecha, me quedó mas ondulado de lo normal. Baje las escaleras esperando encontrarme a Edward afuera en su motocicleta, sin emabrgo, casi me da algo cuando lo veo muy relajado sentado en el sillon.
—¡¿Que haces ahí?!—pregunte en medio de mi mini histeria. Baje los últimos escalones corriendo y él solo me miro de pies a cabeza y sonrio.
—Te ves preciosa—dijo ignorando por completo mis palabras. Planto una sonrisa en su rostro que me dejo hecha de gelatina.
Edward no podia tener ese efecto en mi, no podia dejar que con ver esos hoyuelos de ensueños mis piernas flauqeen, mis manos suden y mi corazon, bueno...sin comentarios. Trate de ignorar que sus palabras me habian hecho saltar de emocion por dentro, puse mi mejor postura seria y el rio por lo bajo.