Capitulo 44

Linda

Cuando volvi a casa, mi padre estaba vuelto loco caminando de un lado a otro con el teléfono en la oreja, al igual que Karin. Molly estaba sentada en el sillón con lagrimas en sus mejillas y al ver aquella imagen me quede parada en el umbral de la puerta tratando de preocesar todo. Mi padre es el primero en notar mi presencia y cuelga el teléfono corriendo en mi direccion y abrazandome con fuerza. Karin y Molly se abrazan y se acercan a nosotros. Sus rostros preocupados me hacen sentir fatal. No pretendia preocuparlos asi, pero ¿Qué les diría?

—Lo lamento—es lo primero que digo cuando mi padre deshace el abrazo—Yo…tome mal el camino, iba distraída—digo con torpeza—…y mi celular se quedo sin carga, asi que…tuve que adivinar como venir…

—Me tenias preocupado—dice mi padre y vuelve abrazarme—Crei que te había pasado algo..

—No—digo tratando de sonrier—Solo una torpeza mia.

Molly abraza mi cintura y yo le correspondo el gesto y la cargo en mis brazos. Karin soba con suavidad mi espalda y toma las bolsas de las compras y las lleva a la cocina. Dejo a Molly en el piso y ella me sonríe secando sus mejillas rojizas por las lagrimas.

—Ire a cargar mi celular y bajo.

Aviso mientras subo corriendo las escaleras. Me encierro en la que es mi habitación y enciendo mi celular, que tiene la carga suficiente para utilizarlo y llamo a Sandy. Le cuento brevemente lo que me paso y le pregunto si ha visto o le ha sucedido algo extraño, pero ella niega a todo y me asegura que esta bien. Me quedo algo mas tranquila y luego corto la llamada. Me tumbo en mi cama procesando lo que me acababa de suceder. ¿Cómo le digo a mi padre que debo irme mañana a primera hora? ¿Cómo hago para rechazar pasar navidad aquí? Aun faltan dos días para las fiestas. Todo me da vueltas y tengo ganas de vomitar. Debe ser por el mal momento que pase y ahora me esta pasando la cuenta. Decido quitarme la ropa y ponerme algo mas comodo. Trato de poner mi mejor cara en el espejo para que no piensen en que algo anda mal conmigo, y bajo con la intención de cocinar y hacer como si nada hubiera pasado. Ultimamnete se me da muy bien fingir.

La cena quedo deliciosa pese a mi distracción de cada rato y a mi dedo rebanado cuando trate de cortar el pollo. Por suerte, solo fue un roce pequeño y Karin me entrego una curita para que no se infectara mientras continuaba cocinado. Al ver a todos repetirse por segunda vez me hizo sentir muy bien y olvidarme por un rato el momento con Pinzas. Yo apenas probe bocado, pero nadie pareció notarlo, estábamos muy metidos en charlas y anécdotas graciosas que mi padre contaba de mi cuando era niña. Aseguro decirme que Molly se parecía mucho a mi en ese sentido, y la sonrisa de la niña se ensanchaba cada vez que mi padre la asimilaba conmigo. Comimos el postre viendo una película que Molly eligio. La sirenita.

—Es mi película favorita—se defiende la niña cuando Karin y mi padre se quejan.

—La mia igual—digo en apoyo a Molly y ambas chocamos palmas cuando no les queda mas remedio que ver La sirenita con nosotras.

Aprovechamos a ver la secuela y precuela de esta. Cuando vamos en la mitad de la ultima, mi padre y Karin están dormidos y Molly hace su mayor intento por mantenerse despierta junto conmigo, pero el sueño es mas pesado y cae rendida en mi regazo. Acabo por ver la película yo, pero ni siquiera le estoy prestando la atención debida. Simplemente me quedo pensando en la historia que inventare cuando les deba decir que me tengo que ir en la mañana. No quiero irme a decir verdad. Me di cuenta que prefiero estar aca que en casa con mi madre y sus mentiras. Pero no quiero arriesgarme, no se de lo que Pinzas es capaz de hacer y no quisiera provocarlo. Sin embargo, cuando apago la television y planeo coger a Molly en brazos para llevarla a la cama un golpe seco en la puerta hace que me sobresalte del susto y por ende, despierte a la niña. Ella me mira somnoliente y abre sus ojos como plato cuando el golpe en la puerta se incentiva. Mi cuerpo se pone en alarma por miedo a que sea Pinzas o alguien relacionado con el. Me levanto del sillón y le ordeno a Molly que se quede allí, sin embargo, el golpeteo cada vez es mas fuerte y termina despertando a mi padre y a Karin.

—¿Quién es?—pregunta Molly.

Mi padre se pone de pie y se adelanta a la puerta. Es tarde, y algo me dice que no es nada bueno lo que hay detrás de la puerta. Karin me hace una seña con la mano para que me una a ella y a Molly. Titubeo un poco antes de animarme acercarme a ellas. Mi padre abre la puerta y oigo una voz aterciopelada y furiosa que reconoceria donde fuera. Doy un respingo y me adelanto a la puerrta, pero me obligo a retroceder cuando mi chico de ojos oscuros empuja a mi padre y entra de todos modos. Sus ojos revolotean en busca de alguien y los clava en mi. Su pecho sube y baja con exageración como si hubiera corrido. Noto su nariz roja debido al frio, y un raspon muy notorio se hace ver en su mentón. El silencio es doloroso, pero aun mas doloroso es ver los ojos de Edward posándose detrás mio. El retrocede un paso como si alguien le hubiera dado un empujon. Abre la boca con sorpresa y frunce levemente el ceño mientras sus ojos se vuelven cristalinos. Y noto cuando ponuncia esa palabras que  acaban con todas mis dudas. No le sale la voz, pero logro leer sus labios cuando pronuncla la palabra “Mamá”