Edward
La veo salir tratando de pasar inadvertida, y sé que no puedo dejar que se vaya sin antes hablar con ella. Me saco a Nikki de encima y aprovecho que todos están metidos en la fiesta para salir detrás de ella. Me encuentro a Ty queriendo salir también y chocamos en la salida. Él me mira sorprendido y yo frunzo el ceño.
—¿Vas de salida Ty?—pregunto. Él me mira un segundo y niega sonriendo.
—No, olvidalo—dice. Me palmea el hombro y se da la vuelta para unirse al grupo. Me quedo mirándolo algo raro, pero recuerdo que debo alcanzar a Linda.
Salgo con la intención de tener que corretearla, pero la encuentro sentada a la orilla de la calle con la vista al frente. Está sumergida en sus pensamientos. Ahora que la veo recuerdo cuánto la he extrañado y odiado a la vez. Nunca lograré comprenderla, nunca podré saber qué pasa por su cabeza, ni porqué se cierra tanto a mí. Me coloco detrás de ella y carraspeó para llamar su atención. Estar encerrado por casi dos semanas, me ha servido para darme cuenta que Peat es un hijo de puta, y que Linda jamás podría estar con él. Aún así, hay tantas cosas que no me cierran todavía.
—Si que eres dramática Rizos—digo con la intención de alivianar el ambiente. Ella se voltea enseguida y me sonríe un poco antes de ponerse de pie.
—Pues...tú sabes que amo el drama—dice siguiendome el juego.—¿Cómo estás?—pregunta acomodándose el cabello detrás de sus orejas. Coloco mis manos en mis bolsillos delanteros y me encojo de hombros.
—Bien—ella asiente y el silencio nos invade. —Se que tú padre me ayudó—digo. Ella pestañea varias veces y sonríe. Demonios, si habré extrañado esa sonrisa.
—Si. Karin también ha venido—asiento sin decir nada. Yo no le he pedido a ella que viniera a salvar mi pellejo, así que no le debo nada.
—Queria disculparme, por cómo te traté—Linda muerde ligeramente su labio y me obliga a lamer los míos. En cuanto me percato de este tonto juego involuntario, aparto la vista y rasco la parte posterior de mi cabeza.—Estaba enfadado y...celoso—admito.
—No te culpo Edward.—dice. La miro y asiento sin saber que más decir. —Me pone muy feliz verte tan bien...a pesar, de que cortaste tu cabello—abro los ojos sorprendido y río un poco. Ella se une a mí risa, y de pronto me encuentro con el mejor sonido que he escuchado en estos días.
—Si bueno, estaba hecho un asco y me molestaba como mil demonios—ella rie y agacha la cabeza. No quiero que piense que me corté el cabello por ella, aunque en cierta parte, si fue por ella.
El silencio nos invade nuevamente. Me siento dónde ella estaba antes y la invitó a sentarse a mi lado. Linda acepta y en cuanto se sienta, su aroma me invade provocándome jodidas ganas de besarla y hacerla mia. Cierro los puños para contener mis impulsos y trato de evitar mirarla para no caer en la tentación. No sé si podremos estar juntos de nuevo, pero lo cierto es que en este momento, sé que lo mejor es estar distanciados.
—Hoy abrirán el bar—dice. Volteo a mirarla y sus ojos azules me completan. Esos hermosos luceros que extrañe como loco.
—Asi es—respondo—¿Vendrás?
—No lo creo—dice apartando la vista. Yo aún la miro—Pienso que es mejor mantener distancia...¿No crees?
Quisiera decirle que no. Quisiera pensar que no. Pero yo sé, que esto ha ido demasiado lejos. Detesto esto, detesto tener que alejarme de ella, pero estar juntos ahora, solo sería forzar una relación que ya se quebró. No quiero herirla más de lo que ya lo he hecho, y tampoco quiero que ella me lo haga a mí. Es doloroso, y quizás sea imposible, pero hay que intentarlo. La amo, joder, si que la amo.
—Tambien lo creo—concuerdo. Me duele ver su rostro. Tal vez no se esperaba esto por mi parte. Podría jurar ver sus ojos cristalinos.— Podríamos ser amigos—digo y ella rie un poco. Pero fue una risa triste.
—¿Amigos? Edward, no creo que pueda ser tu amiga —dice. Doy un leve asentimiento y en ese momento un auto gris conocido aparece delante nuestro. Reconozco al idiota que lo conduce.
Miro a Linda esperando ver sorpresa, pero solo da un asentimiento ante el tipo y me mira. ¿Será que ahora anda con él? ¿Acaso ya no me ama? Frunzo el ceño y me pongo de pie en cuanto ella lo hace. Podría jurar que algo se quebró nuevamente. Linda se aleja algunos pasos y pasa su mano por su cabello antes de mirarme. Vuelvo a notar sus ojos apagados y aquello, me destruye por dentro.
—Nos vemos—dice antes de rodear el auto y subirse al copiloto.
Algo anda mal aquí. Me quedo con miles de preguntas en mi cabeza. Odio está jodida situación. El auto desaparece con la persona que amo y que no logro reconocer del todo. Sé que ella tiene el maldito derecho de hacer lo que quiera, yo no doy su dueño, pero me mata esto, me mata no poder saber qué pasa, que hay entre ellos y sobre todo, quién demonios es él. Una mano en mi hombro me obliga a voltear y suelto un bufido cuando noto que se trata de Nikki.
—¿Ves? Te lo dije. Ella no es lo que tú crees—la miro queriendo mandarla a la mierda, pero solo quito su mano de mi hombro y camino de regreso al bar.—Yo si fuera tú no confiaría tanto en la gente que te rodea.
Paro de caminar y volteo a mirarla. Nikki se acerca con una sonrisa de suficiencia. Cruzo mis brazos sobre mi pecho y la miro. ¿Que mierda trama?
—¿Que quieres decir?
—Durante tú ausencia he notado...cosas raras—dice. Me mira viendo mi reacción, pero no planeo explotar. No aún.—¿Notaste que Ty estuvo a punto de salir cuando Linda salió?—aparto los ojos de ella y miro en otra dirección. No dejaré que me llene la cabeza.
—Nikki, te conozco...te encanta armar lío por todo—digo sin mirarla. Ella rie y pasa su dedo índice por mis brazos cruzados.
—Solo quiero que abras los ojos, Ty y Linda traen algo entre manos. Los he visto muy acaramelados últimamente. Se van juntos, llegan juntos y él siempre corre tras ella. No sé, a mí se me hace raro—ella se encoge de hombros y luego se va.