Darksouth: Detrás de la verdad

Capitulo 46

Linda

Despierto algo sobresaltada, vestida por completo y temblando de frio pese a que en el auto la calefacción esta hasta el tope. Miro a mi derecha para darme cuenta que estamos frente a la casa de mi padre y luego volteo a mi izquerda para ver a Edward mirándome. No podría descifrar cual es su humor, pero deduzco por su sonrisa timida que es bueno y algo me dice que se debe a lo que hicimos hace un rato atrás. Le devuelvo la sonrisa y su mano acaricia mi mejilla con suavidad.

—Tienes fiebre—dice dejando de acariciarme para poner sus manos sobre mi regazo—Sera mejor que entres…

—Edward…—no quiero dejarlo. El niega sin mirarme a los ojos y quita el seguro de las puertas.

Ni siquiera soy capaz de reaccionar cuando se baja del auto y trota hasta mi puerta para abrirla. El frio me golpea fuerte en el cuerpo y me encojo de inmediato cuando Edward se acerca. Uno de sus brazos cruza mi espalda mientras que el otro levanta mis piernas y me saca sin problema. Enseguida me acerco a su cuerpo calido y lo abrazo del cuello para lograr ocultar mi rostro del frio. Camina erguido cruzando la calle y yo me dedico a mirarlo y admirarlo desde mi lugar. Es el hombre mas bello que he visto, y me pone contenta saber que alguien como el me lleva en sus brazos. Esta serio como de costumbre y sus labios y mejillas comienzan a ponerse rojizos enseguida. Rozo mis labios en su cuello y sonrio cuando lo siento temblar debajo mio. Solo es cuestión de segundos que llegue a la puerta y golpee, pero me dedico a disfrutarlo cerrando mis ojos y queriendo que esos segundos se hagan eternos, pues no estoy segura cuanto tiempo pasara hasta volver a estar asi con el. Edward no me suelta ni un momento cuando llegamos a la puerta, con el pie da un par de golpes y baja la vista para verme. Nos miramos por ultima vez hasta que alguien abre la puerta y nos vemos obligados alejarnos un poco. Mi padre nos mira sosprendidos y Edward me baja con delicadeza. Acaricio su mejilla antes de separarme de el y lo veo cerrar los ojos ante mi tacto. ¡Dios, cuanto lo amo!

—Tiene fiebre—habla mi chico con voz queda. Me besa la coronilla y se da media vuelta con sus manos en los bolsillos. Yo me quedo allí parada viendo como se monta a su auto y se va sin voltear ni un segundo.

Me vuelvo hacia mi padre que no quita sus ojos de los mios y veo detrás suyo a Karin observando con sus ojos bien abiertos y triste donde su hijo acababa de irse. Me animo a entrar bajo las miradas de los dos y me quedo parada en el medio cuando mi padre cierra de un portazo la puerta. Noto que el ambiente depende de un hilo. Karin mira a mi padre y noto que este no es capaz de sostenerle la mirada, en cambio recaen en mi y se acerca a largas zancadas para abrazarme y posar sus labios en mi frente. Me recuesto sobre el pecho de mi padre porque siento que cuanto mas tiempo pase de pie, mas me debilito. Tengo frio, sueño, me duele la garganta, cabeza y mi cuerpo entero.

—Vamos Linda—susurra—Sera mejor que descanses…

Le doy una rápida mirada a Karin que solloza en silencio y nos mira como si hubiera perdido una batalla. Quiero hablar con ella, pero decido que ahora no es el momento. Mi padre me entrega unos antibióticos y sale de la habitación dejándome sola. Me cambio la ropa humeda por la llovizna y me pongo algo mas abrigado mientras me acuesto tiritando de frio. Mi celular esta sobre la cama y deduzco que mi padre lo subió. Lo tomo enseguida y marco el numero de Edward, este me manda directo al buzon y resignada lo dejo a un lado y me permito dormir. Mañana sera un dia largo.

Despierto con dolor de cabeza y de garganta, por lo menos no tengo fiebre. Decido levantarme para preparar mis cosas e irme. Antes que nada chequeo la hora, y recién son las ocho de la mañana. Me doy una ducha corta y al salir del baño me encuentro a Molly sentada en mi cama. La niña tiene los ojos fijos en mi bolso y cuando deja caer sus ojos en mi veo la tristeza que lleva encima. Suspiro  con aire cansino y me siento a su lado, en cuanto lo hago ella se aleja y se cruza de brazos mirando hacia la ventana para no darme la cara. Acaricio sus rizos alborotados y solo mirar su perfil me da un revuelco en el estomago al imaginarme a Edward en este pequeña de cinco años.

—Molly…

—Te vas—dice sin mirarme—Dijiste que ibas a pasar navidad con nosotros. Eres una mentirosa—dice volteando a verme. Tiene el ceño fruncido y me mira con molestia.

—No nena…es que…

—¡Si! ¡Eres una mentirosa igual que todos!

Ni siquiera alcanzo a reaccionar cuando Molly sale corriendo de mi habitación. Planeo ir detrás de ella, pero solo ando envuelta en una toalla. Me visto rápido y salgo de la habitación para ir en su búsqueda, pero la puerta se encuentra cerrada con llave. Trato de golpear a la puerta, pero no hay resultado. Resignada, decido volver a lo mio. En cuanto termino de guardar mis cosas y chequear mi celular para verificar que Edward no me ha dejado ni un solo mensaje, decido bajar. Abajo solo se encuentra Karin sentada en la mesa envolviendo con sus dedos una taza de café. Miro por la ventana y el cielo se puso de un color blanco al igual que las calles y veredas. Ha comenzado a nevar.

—Buenos días—susurro dejando mis cosas sobre el sillón y camino para sentarme a su lado. Ella da un respingo en su lugar y trata de sonreir cuando me mira.

—Hola—saluda—¿Te encuentras mejor?—asiento y soy incapaz de decir algo mas. El silencio nos envuelve y es Karin quien lo corta—Has sabido algo de…



#41646 en Novela romántica

En el texto hay: amor, mentiras e intriga, pandillas

Editado: 25.05.2019

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