Capitulo 19

Despierto enredada entre las sábanas y con una pierna afuera. Siento algo líquido escurrirme por la boca y me doy cuenta que estaba babeando, pero al abrir los ojos me encuentro sola en la cama. De seguro Edward fue al baño o algo, así que me seco la baba antes de reirme por ello y agrader que Edward no estaba sino se hubiera burlado de mi. Extrañaba mucho dormir en nuestra cama, dormir a su lado y despertar así. Me estiro abarcando toda la cama y me quedo mirando el techo sin hacer nada. 

Sin embargo, el sonido de las pisadas subiendo las escaleras me ponen alerta y cuando bajo la vista, Edward aparece con una bandeja en la mano. Me ha traído el desayuno. Me incorporo llevando las sábanas a mí pecho para no exponerme y el se rie cuando hago eso, ya sé lo que debe pensar, pero es algo involuntario supongo. 

—Hey, ya dejaste de babear...eso es bueno—dice y por la cara que he puesto él revienta en una carcajada mientras deja la bandeja a los pies de la cama. 

—Idiota—musito y me inclino hacia delante para agarrar el vaso de jugo y beber hasta la mitad. No tenía idea de que estaba sedienta hasta que probe el dulzor del jugo combinado con la acidez de la naranja. —¿Lo acabas de exprimir?—pregunto extrañada. Él asiente mordiendo una tostada y se tumba a mi lado depositando un tierno beso en mi mejilla. 

—Sorprendida ¿eh?—ahora soy yo quien rie y asiento. Le hago una seña para que me pase la camiseta suya que está tirada en el piso y me la pongo. Adoro que huela a él. 

—Bastante—le digo y me preparo una tostada con mermelada—Creo que del tiempo que llevamos juntos, es la tercera vez que me traes el desayuno a la cama. Supongo que debo ausentarme más tiempo para que te nazcan estos detalles...¿no?

Él achina los ojos fingiendo estar ofendido y yo suelto una pequeña carcajada antes de tirarle un beso y continuar comiendo. Él desayuno lo pasamos hablando de diversos temas. Él me pregunta sobre la universidad y yo le cuento sobre el trabajo que debemos entregar. Noto que su rostro cambia cuando nombro a Felipe y hace una mueca como si estuviera aburrido de oír su nombre, pero eso solo me causa gracia. 

—Entonces el latino ese terminó siendo un cerebrito—da como conclusión de todo lo que le he contado. Cabe mencionar que solo nombre a Felipe una sola vez. 

—¿Es enserio Edward? ¿De todo lo que te dije solo se te quedó grabado el nombre de Felipe?—él se encoje de hombros restándole importancia. 

—No, pero no está de más querer saber...¿más?—niego con la cabeza y le lanzo con la almohada agarrándolo desprevenido. Me parto de la risa cuando se tambalea y por poco cae al suelo y él solo me fulmina haciéndome reír más. 

—Extrañé esto—le digo al cabo de un rato. Él deja la bandeja en el suelo y se acerca a mi. Sé introduce bajo las sábanas y me rodea la cintura para posicionarme encima suyo. .

—¿Que parte? ¿El sexo, la comida o tú obsesión por golpearme con la almoahad?—pregunta posando sus manos en mi trasero. Me río echando la cabeza hacia atrás y luego escondo mi rostro en su cuello. 

—¿Todo?—respondo y el sonrie con esos hoyuelos que me dan ganas de besarlo y apretujarlo contra mi. Los abrazo fuerte y nos quedamos varios segundos simplemente abrazados. —Hable con Chad—se me escapa decir. Él me empuja ligeramente para hacer que lo mire a la cara y frunce el ceño sin comprender. 

—¿Y?

—Me habló de los Darksouth—digo algo temerosa. Él vuelca los ojos y suspira como si estuviera harto de este tema. 

—Joder...¿Es una jodida broma? Ya le dije que no quería saber nada de ellos. ¡Maldita sea!—gruñe y amaga con levantarse de la cama, pero lo detengo. 

—Espera.. ¿Que piensas hacer?

—¿No es obvio? No sé porque mierda tiene que recurrir a ti. ¡Tú no tienes nada que ver con ellos!—brama y finalmente se sale con la suya y sale de la cama. Lo quedo mirando sin comprender su reacción. Sabía que se molestaría, pero nunca pensé que se pondría así. 

—Chad está preocupado Edward, él nunca hubiera recurrido a mí sí no creyera que fuera importante. Quizás deberías oírlo. Esto puede ser grave y...

—¡No!—explota. —Este tema no tiene discusión Linda. Basta. 

Dicho aquello sale de la habitación y baja las escaleras. Me quedo allí sentada y presiento que he metido la pata hasta el fondo. Pensé que si lo agarraba con la guardia baja no se armaría este lío, pero me equivoqué. Reaccionó mucho peor de lo que imaginé. Pasan alrededor de unos treinta minutos y Edward aún no sube, así que decido levantarme. Bajo las escaleras, y lo pillo de espaldas hablando por teléfono con Chad. Más bien, gritándole a Chad. Mierda, no quería que se enojara con él. 

—¡Te dije que no la metieras a ella en esto!—le grita. No sé qué le responderá Chad, pero aquello solo lo enfurece más. —¡Me importa una mierda Chad! ¡Los Darksouth ya no son mi jodido problema! ¡Si tanto te importan hazte cargo tu!...y si quieres mantener nuestra amistad, te conviene no mencionarle ni una puta palabra más a Linda. ¿Quedó claro? 

La última frase me deja algo confusa. ¿Que esconde Edward Scott ahora? 

Después de aquello él corta la llamada y lanza el celular en el sillón. Lleva sus manos a la cabeza y le da una patada a una zapatilla que estaba por ahí tirada. Yo por mi parte bajo los escalones y en cuanto él se da vuelta me quedo quieta en mi lugar y me cruzo de brazos. En definitiva no esperaba verme, pero él conociéndome, debió imaginar que no me quedaría allá arriba sin querer saber qué demonios pasa. Él solo suspira y apoya sus manos en la cadera mientras baja la cabeza rendido. Yo termino de bajar el par de escalones que me quedaban y me planto frente suyo.

—¿Por qué reaccionaste así?—pregunto. Él me mira un momento y luego desvía sus ojos a otra dirección, y sé que quiere evadir mis preguntas. 

—Ya lo sabes—dice y ni siquiera me mira. Detesto que haga eso.